Domingo Martín: “He fichado a Limón para el AD. Cartaya por su buen trabajo en todos los equipos en los que ha estado”

Esta semana se asoma a esta ventana semanal el amigo Domingo Martín Álvarez, que aunque nació en el ‘Brasil Grande’, situado antaño junto a lo que hoy es la Casa Colón de nuestra capital; se siente cartayero ya que desde pequeño se trasladó a este pueblo costero onubense debido a la profesión de su padre.

Su vida laboral ha estado dedicada a la docencia y es Diplomado en Magisterio, aunque a él siempre le gusta fardar de que fue maestro de escuela.

Como buen aficionado al fútbol, durante al menos dos décadas compaginó su profesión con su pasión, siendo corresponsal del Huelva Información por lo que cada lunes podíamos leer sus crónicas deportivas del conjunto cartayero e incluso escuchar sus narraciones en la emisora local. Y actualmente acaba de ser elegido presidente de la Agrupación Deportiva Cartaya.

A Domingo le conozco hace bastantes años, aunque no es menos cierto que desde su jubilación coincidimos más ya que pertenece al igual que yo a la junta directiva de la Asociación de la Prensa Deportiva Onubense. Y puedo dar fe que se trata de una persona cordial, afable, servicial, campechano, empático, amigos de sus amigos y también bastante reivindicativo.

Pero para descubrir un poco más a nuestro protagonista nos pusimos en contacto con él para hacerle una entrevista. Y con la afabilidad y cortesía que le caracteriza accedió a la primera. Así que vamos al lío ya. 

P. Todo niño sueña con ser algo de mayor ¿cuál era tu sueño?

R. Mi sueño era ser médico.

P. Rememoremos tu niñez ¿Como la viviste?

R. Nací en Huelva, en la casa de mis abuelos paternos que residían en una de las viviendas del antiguo Brasil, patio de vecinos que se ubicaba en lo que hoy es el hotel Tartessos en la Avenida Martín Alonso Pinzón. De ahí viví mis primeros seis años en Moguer, donde fui a mi primer colegio, el Pedro Alonso Niño, tuve mi primer maestro, Don Salvador, y vi mis primeras películas mudas, la mayoría de Charlot y del Gordo y el Flaco. Solo podían ir al cine los que iban a misa el domingo a la iglesia parroquial, ya que al salir de la misma los franciscanos nos daban un ticket con el que podíamos ir al cine que había en una sala del convento de Santa Clara, en la Plaza de las Monjas. De Moguer nos trasladamos la familia a Cartaya por la profesión de mi padre, Guardia Civil.

En Cartaya me crie, crecí y terminé mi formación académica que entonces se estudiaba por libre y nos íbamos a examinar en el mes de junio a Huelva, al instituto Rábida, donde nos jugábamos a un solo examen las materias de cada curso de bachillerato y las correspondientes reválidas. Eso si que eran unas verdaderas oposiciones¡

Recuerdo con nostalgia mi niñez, a pesar de las incomodidades de las viviendas de entonces, ya que se carecía de agua corriente o luz eléctrica. A pesar de eso se podía jugar en las calles, ya que apenas había coches, cuando aparecía alguno deteníamos nuestros partidos de fútbol y seguíamos cuando el ocasional vehículo pasaba a nuestra altura.

P. Tu vida profesional la has dedicado a la docencia ¿por qué escogiste magisterio?

R. Como te dije quería ser médico. Pero para eso tenía que ir a Sevilla o Cádiz, las ciudades más próximas que disponían de facultades de medicina, y las condiciones económicas de la familia no lo permitían. Mi padre me dijo que eligiera de lo que se pudiera estudiar en Huelva. De lo poco que entonces se podían los jóvenes escoger, me decidí por magisterio. Y pese a que no era mi primera opción, este médico frustrado se tornó en un joven maestro que después se sintió plenamente satisfecho con su profesión.

P. Recuerdas tu primer colegio y en qué destino?

R. Perfectamente. Mis primeras armas fue en el colegio privado La Hispanidad, de Huelva, para hacer una sustitución en el último trimestre del curso. Y mi primer destino como funcionario interino fue en Encinasola, en el colegio público Rufino Blanco, también para hacer una sustitución en el último trimestre del curso, del año 1981.

P. ¿Cuál ha sido el primer consejo que has recibido y de quién, tanto en lo profesional como en lo personal?

R. En lo personal me lo dio mi padre. Que fuera siempre con la verdad por delante, a pesar de que, a veces, esa sinceridad pudiera ocasionarme algún problema. Ese consejo también me sirvió en lo profesional. No soporto la hipocresía.

P. Hablemos de política, ya que tú eres filiado al PSOE, eso sí, siempre has estado en el sector crítico ¿cuál es tu opinión al varapalo recibido en las elecciones municipales y autonómicas?

R. Varapalo que no llego del todo a entender, ya que, al parecer, muchos votantes han votado en contra de Pedro Sánchez, y, que yo sepa, no era alcalde de ninguna localidad. Los programas electorales pocos los leen y han perdido la alcaldía compañeros y compañeras que venían haciendo un buen trabajo, a mi modesto entender. Pero el pueblo elige y eso es salomónico.

P. Haciendo un símil y como buen futbolero que lo eres, siempre me he preguntado ¿que si los afiliados a un partido político se asemejan a los de un equipo de fútbol? Es decir, que siempre están con el equipo se gane o se pierda o por el contrario en política a la hora de votar hay algunos que se decantan por un contrario.

R. No hay muchas semejanzas. Los que somos de izquierdas somos muy críticos con los nuestros, sino no evolucionaríamos. Tratamos de guardar la fidelidad a unas siglas, pero no es descartable que el militante se plantee, a veces, la abstención o recurrir al voto útil pensando siempre en lo que sería mejor para tu partido.

P. Hablando del deporte rey, ¿cómo ha sido eso de hacerte presidente de la AD Cartaya?

R. Algo inesperado. Todo surgió hace dos años, cuando la junta directiva de entonces anunció su no presentación a un tercer mandato y abrió el proceso electoral. Un grupo de socios me llamaron para integrarme en una posible candidatura para evitar que el club volviera a caer en manos de una junta gestora si nadie tomaba el relevo, solución que ya habíamos vivido en otras épocas del club. Preparada la candidatura, sufrimos un atasco, porque surgió el problema de designar al socio que la encabezara como presidente. Entramos en un punto muerto y ofrecí mi cabeza para desatascarla, ya que tenía experiencia como directivo en el milenio pasado. En la asamblea de la elección presentamos la candidatura y nos vimos sorprendidos cuando la junta directiva saliente volvía a presentarse. Entonces nos pareció lo más sensato retirarnos, ya que no nos parecía procedente participar en una votación que podría dividir a la masa social. Lo único importante era y es el Cartaya y nos parecía bien que la junta directiva que no quería seguir hubiera cambiado de opinión.

Así que, de nuevo nos vimos sorprendidos cuando al finalizar la liga de nuevo la junta directiva convocaba elecciones, cuando aún le restaban dos temporadas para cumplimentar su mandato. Solo tuvimos que recuperar aquella candidatura que yo conservaba intacta y volver a dar un paso al frente. Ahora solo se presentó la nuestra, por lo que resultamos elegidos, no sin antes pedir que se sometiera a votación antes de nuestra proclamación consiguiendo un respaldo unánime de los socios presentes en la asamblea. Y ahí estamos, cuando aún no han pasado ni quince días de mandato, planificando el cierre de esta temporada y el comienzo de la próxima. Es mi último servicio a la causa rojinegra.

P. Por cierto, te tengo que felicitar por el fichaje de Manuel Juan Limón como entrenador. Máxime cuando la flamante alcaldesa de Huelva lo tenía como el hombre para coordinar la cantera recreativista ¿te costó convencerlo?

R. Gracias, pero ha sido fácil. Limón es buen amigo, ya ha estado en etapas anteriores en el Cartaya y le conozco desde el milenio pasado. Sé de su buen trabajo en todos los equipos en los que ha estado y no recuerdo que lo hayan cesado nunca. Cuando al final de la competición liguera esta temporada el Ayamonte no optó por darle continuidad en el banquillo, le dije que si yo salía elegido presidente del Cartaya contaba con él. Aceptó enseguida y juntos estamos embarcados en este proyecto deportivo y espero que esta singladura de las próximas cuatro temporadas la hagamos juntos, porque los objetivos no se pueden conseguir en solo una campaña.

P. Siguiendo en clave recreativista, supongo que seguirás la actualidad del Recre ¿Desde la distancia como ves la final frente al Cacereño por el ascenso a Primera RFEF?

R. Como aficionado es obligado seguir la actualidad del Decano. Esta última eliminatoria para ascender es toda una finalísima y puede ocurrir cualquier cosa. Aunque espero que se imponga la solidez de cuadro onubense y que se consiga recuperar la categoría perdida hace dos temporadas y sea el comienzo para, aprovechando esa dinámica ascendente, se consiga volver al fútbol profesional.

P. Dejemos a un lado al conjunto albiazul, pero sigamos en clave choquera. Se habla y mucho de que Huelva es la cenicienta de Andalucía en cuanto a infraestructuras. para ti, cuál dirías que es la más prioritaria.

R. Sin duda alguna, las ferroviarias. Sigue siendo una odisea desplazarse a cualquier sitio, si no vas en tu vehículo, cuando en algunas capitales andaluzas están ya recibiendo inversiones públicas para ¡líneas de metro!

P. Que te parece si hacemos un cambio de juego y hablamos de gastronomía, ya que sé que eres de meterte entre fogones ¿cuál es tu plato estrella?

R. Los de cuchara. Los guisos y potajes. Acabo de hacer unas manitas de cerdo que me van a dar para varias raciones.

P. Siguiendo en clave culinaria. Si tuvieses la ocasión de compartir una cena con un personaje del pasado o actual ¿por dónde pasaría tu elección y qué le preguntarías?

R. Me hubiese encantado cenar con nuestro Jesús Quintero. Seguro que nos hubiesen echado del local o nos hubiese dado el amanecer con sus profundos argumentarios. Le hubiese preguntado por su opinión sobre los medios de comunicación actuales.

P. No me gustaría dejar en el tintero y por aquello que recientemente tu hija te acaba de dar tu primera nieta ¿cómo llevas lo de ejercer de abuelo?

R. Pues ya te puedes imaginar. Como abuelo primerizo no quepo en mí de gozo. Me faltan pañuelos para limpiarme la barbilla. Después de los disgustos de la pandemia, este natalicio nos tiene a toda la familia en una nube de felicidad.

P. Estamos llegando al final y me gustaría darte las gracias por prestarme tu tiempo. Pero no sé si te gustaría añadir algo más que durante la entrevista no te haya preguntado.

R. Ha sido un placer. Siempre disponible para los amigos.