viernes. 29.03.2024
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Almudena Gómez: “El deportista debe formarse para que, al acabar su carrera, acceda al mundo laboral"

La judoka onubense es una de las deportistas más reconocidas, con 12 medallas nacionales y 2 internacionales. Toda su experiencia competitiva y curricular la pone ahora al servicio de la formación de los futuros profesionales.
Almudena Gómez: “El deportista debe formarse para que, al acabar su carrera, acceda al mundo laboral"

La protagonista que se asoma esta semana a esta  vuestra sección ‘Rincón Choquero’, que gentilmente nos brinda la dirección de www.diariodehuelva.es, es Almudena Gómez Sierra, una onubense de pro. Ella es Licenciada en Ciencias de la Actividad Física y Deporte por la Universidad de Huelva.

Máster Oficial de Enseñanza del Profesorado. Universidad Católica San Antonio de Murcia.

Máster Oficial en Alto Rendimiento Deportivo: Fuerza y Acondicionamiento Físico. Universidad Católica San Antonio de Murcia. 

Actualmente cursando Máster Oficial en Dirección y Gestión de Entidades Deportivas en la UCAM y DOCTORANDO en la Universidad de Huelva.

Y si en cuanto a su formación académica tiene hecho un ‘peazo’ currículum a base de trabajo, en su experiencia profesional relacionada, no se queda atrás.

Ya que es Directora del Centro de entrenamiento individualizado TSV – Salud&Rendimiento y del Club Deportivo TSV de judo 

Seleccionadora absoluta Federación Andaluza de judo desde 2016

Deportista Alto Rendimiento (JUDO): 12 medallas nacionales y 2 internacionales.

Reconocida deportista de Alto Rendimiento en la actualidad, por la Junta de Andalucía y el Consejo Superior de Deportes.

Con toda esta biografía, estarán conmigo que nuestra protagonista de hoy está perfectamente cualificada para hablarnos del tema que nos ocupa. 

Por ello, le comente la posibilidad de hacerle una entrevista. Algo que acepto amablemente. Así que vamos a ello. 

Empecemos por el principio. De pequeños todos tenemos un sueño ¿Cuál era el tuyo?

Es muy buena pregunta porque a día de hoy pienso que siempre he tenido un sueño o una ilusión, pero este ha ido cambiando con el paso de los años. Creo que me he esforzado en dotar a cada etapa de su importancia y su lugar. Es verdad que de pequeña, y durante muchos años, lo que me quitaba el sueño era intentar ir a unos Juegos Olímpicos como deportista. Y, aunque no lo haya conseguido, estoy orgullosa de mi esfuerzo y me alegro de que esa ambición me haya hecho transitar un camino que hubiera sido muy difícil en otras circunstancias. A día de hoy me motiva mucho seguir mejorando a nivel profesional, terminar mi tesis doctoral o crear una familia y un hogar.

¿Con cuántos años comenzaste a practicar judo y sobre todo a tomártelo en serio?

Comencé con 8 años a la vez que mi hermano en el colegio Príncipe de España, en la Barriada del Carmen, donde me crié. Ahí tuve la suerte de conocer a Luis Vázquez, mi primer entrenador, y él me supo enganchar e hizo lo necesario para que fuera avanzando. Con 13 años, en mi primer nacional, quedé campeona de España en categoría infantil, y creo que ese fue el punto de inflexión que me hizo querer ser más competitiva, porque me permitió acceder al equipo nacional y realizar los primeros viajes y entrenamientos con la selección. Para una niña que apenas había salido del barrio, coger aviones y tener que ir a competir y entrenar a otras ciudades fueron experiencias que me aportaron mucho.

Ahora que no nos escucha nadie ¿Cuál diría que es el secreto del éxito? 

Sin duda, tengo que decir las siglas que dan nombre a mis dos centros de trabajo… jeje. Trabajo, Sueño y Valor (TSV). Porque sin trabajo no se puede conseguir nada; es necesario tener un sueño para tener la motivación de alcanzarlo y, por último, el valor necesario para ir a por ello. Es una filosofía de vida que materialicé cuando pasé por la operación de cervicales y los casi 3-4 años lesionada, con apenas 20 años. A día de hoy intento llevarlo a cabo cada día y se lo transmito a todos nuestros alumnos. Ha sido contenido de trabajos del cole, exposiciones, presentación de algunos eventos de judo e incluso está tatuado en más de un integrante del club.

¿Qué pasa al judo Español que teniendo grandes judocas desde los Juegos de Sídney 2000 no logran medalla olímpica? 

Pues es una pregunta complicada porque pienso que estos juegos eran los más indicados para sacar más de una medalla. La competición, y en especial el judo, es un deporte muy complicado, en un segundo te vas a casa sin opción de repesca. No obstante algo está fallando si llevamos sin subir al pódium desde Isabel Fernández. Francamente creo que el equipo español actual es de los más fuertes de los últimos años, con medallas mundiales y un nivel muy alto. Espero que en París 2024 se materialice todo el trabajo. La federación española está esforzándose en trabajar y conseguir dichos resultados, y espero que lleguen porque son merecidos.

Por cierto ¿Qué importancia tuvieron los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992 para el judo femenino?  

Fue el inicio del judo femenino en la competición olímpica, desde que en Tokyo 1964 se incluyera por primera vez el judo masculino como disciplina. Además, fue muy especial para el judo español, ya que conseguimos dos campeonas olímpicas como Almudena Muñoz y Miriam Blasco. Sin duda, los juegos del 92 pienso que impulsaron el deporte y fue el punto de partida para muchos éxitos que han llegado después.

¿Porque es tan difícil vivir de  la competición para los judocas españoles?

Realmente es complicado porque no existe un proyecto en el que el deportista tenga asegurado su futuro o esté tranquilo en su día a día pensando tan solo en el deporte. En otros países como Francia o Italia, ser deportista de élite significa tener continuidad en los cuerpos del estado, por ejemplo.

Sin extenderme, es cierto que este tema daría para otra entrevista, porque, como he expresado en muchas otras ocasiones que he tenido oportunidad, mi opinión al respecto es un poco ambigua y seguro polémica. Yo no estoy de acuerdo en que al deportista haya que brindarle todo a nivel profesional, porque sin la formación ni la experiencia, en el futuro será una persona con menos aptitudes que otra que haya experimentado todo ese esfuerzo de formación y experiencia profesional, y al final estará igualmente expuesto y deberá ser válido en una sociedad igual para todos.

No sé si expreso lo que quiero decir, pero pienso que el deportista debe esforzarse en formarse, además, aunque no a tiempo completo, debe ir acumulando experiencias profesionales, para cuando acabe su carrera deportiva pueda tener unos mínimos que le permitan desenvolverse en un mundo laboral. Sé que muchos no estarán de acuerdo y quizás por eso no he destacado a nivel internacional, pero cada uno debe labrar su camino. Por supuesto estoy de acuerdo en que se le debe facilitar las cosas en el ámbito académico y laboral, pero no concibo un deportista con 30 años, por ejemplo, sin formación académica ni experiencia laboral; porque para mí el proceso deportivo también es formativo y debe ser integral.

Ahora bien, si además del plano académico y laboral es capaz de elevar un currículum deportivo, ahí está el dificultoso equilibrio y perfil que, bajo mi opinión, pienso cada vez se valora más.

Tú meta y por lo que habéis trabajado sin desmayo muchísimas horas  al igual que la de Cinta García era ir a Tokio al final no pudo ser ¿Tan difícil es lograr el objetivo olímpico? 

Es inimaginable. Yo hablo desde el judo, pero seguro que en atletismo o bádminton debe ser igualmente complicado. Además, en judo no cuenta una marca, sino que solo existe plaza para una persona por categoría y país, es decir, si eres la segunda del mundo en tu categoría de peso pero hay otra deportista española que es la numero uno, te quedas en casa. Siendo sincera yo no he estado al nivel de lucharlo, porque para eso debería haber destacado a nivel internacional, y al menos haber acumulado buenos resultados en campeonatos de Europa y mundiales. No he tenido la oportunidad aunque pienso que en muchos aspectos he tenido el nivel, pero un judoca es un puzzle donde cada pieza cuenta: nivel físico, técnico, táctico, psicológico, ajuste de peso… y evidentemente yo no reunía todas las piezas para poder haber luchado por un objetivo de tal calibre. Cinta García ha tenido su momento y ha habido ocasiones en las que ha estado en posiciones de luchar, con opciones reales de poder ser candidata a representarnos, pero como digo depende de muchas cosas y al final no ha podido ser. 

Personalmente sigues compitiendo y logrando podios a nivel nacional. Pero, no sé porque me da que disfrutas más en tu faceta de docente, entrenando a futuras/os campeones/as.

Jeje… como he dicho más arriba, creo que he sido capaz de dotar a cada etapa de su importancia. Hace 2-3 años me creaba mucha ansiedad pensar en el momento de decir adiós a la alta competición. A día de hoy, aunque he pasado malos momentos, creo que lo he superado y he asimilado que estoy en otra etapa. Mi vida es más feliz cada vez que me pongo el judogi, pero mis circunstancias laborales no me permiten entrenar a diario con la dedicación que algunos objetivos obligan. Y realmente me siento bien porque un proyecto haya sucedido al otro. Al final, estoy inmersa en muchas cosas que me gustan y estoy en el tatami toda la semana. No sé si daremos muchos más campeones, pero lo que tengo claro es que enseñamos el deporte con pasión, con respeto, con la misión de formar y con la felicidad de estar donde uno quiere estar, objetivo muy difícil hoy día. Me encanta educar, o hacer el intento de ello, porque es una forma de expresión y de sembrar un poquito de ti en cada uno de ellos.

Tu codiriges y con mucho éxito desde hace años junto a Santi Mazario el Club Huelva TSV y cada día lográis mayores éxitos entre vuestros alumnos/as ¿ves alguno/a que sobresalga, independientemente de la categoría que le vislumbre un gran futuro?

A pesar de ser un equipo totalmente integrado en la competición y con grandes resultados deportivos, perteneciendo además tanto Santi como yo al equipo técnico de rendimiento de la Federación Andaluza, nuestros objetivos con los grupos de escuela no es otro que la formación integral a través del deporte. Evidentemente hay chicos/as que destacan desde jóvenes y tienen a priori más posibilidades que otros de conseguir éxitos en el judo, pero por nuestra parte intentamos adaptar toda la metodología para que, al margen de la mejora técnica, táctica y física, los alumnos mejoren también en otros aspectos. Lo complicado y en lo que trabajamos es en que esa metodología permita avanzar y mejorar a todos en función de sus capacidades propias, dotando también de las herramientas necesarias a aquel chico/a que destaca y quiere o necesita un plus en el entrenamiento. Hasta hace un par de años, tuvimos la suerte de coordinar junto a Diputación de Huelva “La provincia en juego”, dotando de un sentido pedagógico y lúdico las actividades celebradas en toda la provincia con niños/as de entre 4-12 años.

Te preguntaba anteriormente de la importancia de Barcelona 92 para obtener la igualdad competitiva para el judo femenino y aunque ya han pasado muchos años ¿actualmente hay ya esa paridad tanto en tu club, como a la hora de competir?

Realmente cada vez que tengo oportunidad hablo públicamente sobre la paridad que existe en mi deporte, tanto en el entrenamiento, que es conjunto, como en la competición, siendo idénticos los premios, sistemas de competición, minutos de imagen… Me atrevo a decir que incluso en muchas ocasiones suscita más protagonismo las chicas que los chicos; a mí me parecen igualmente espectaculares. Tengo la suerte de pertenecer a un deporte que, desde la base hasta la parte más alta a nivel internacional, luchan, procuran y se esfuerzan en lanzar un mensaje de unión, solidaridad y respeto, hacia uno mismo, hacia los demás y hacia el propio medio. Actualmente, la Federación Internacional y otras nacionales, llevan a  cabo diferentes programas sociales y humanitarios en lugares y/o con grupos desfavorecidos, usando el judo como vehículo conductor.

He sido invitada en multitud de ocasiones a eventos y mesas redondas para hablar sobre la mujer en el deporte, y a pesar de lo que quizás se esperara, siempre he aportado mi posición positiva al respecto, sintiéndome integrada en la propia federación, perteneciendo como técnica en la actualidad, también como comentarista en la Federación Española, etc. En ninguna ocasión me he sentido menospreciada o poco valorada por el hecho de ser mujer, sino que he sentido que me valoraban por mi perfil, de forma objetiva. 

No obstante, hace apenas unos meses he tenido la oportunidad de poder trabajar para FUNIBER (Fundación Universitaria Iberoamericana) en la redacción de contenidos de postgrado, concretamente para un Máster de actividad física en la mujer, y he podido estudiar e investigar en primera persona toda la evolución y lucha que hemos sufrido hasta llegar al lugar en el que hoy estamos. No me considero activa en el sentido de defender la figura de la mujer en el deporte, porque en primera persona jamás he sentido la necesidad, lo que puede parecer egoísta, pero simplemente no había sido consciente de esta lucha de la que hablo y que no fue hasta Ámsterdam 1928 cuando significó el verdadero despegue de las mujeres en la cita olímpica, con casi 300 participantes y un 10% de la participación total-

¿En el Club hay más chicos o chicas?

Actualmente hay más chicos, pero es cierto que cada vez vienen más chicas, no existe un solo grupo en el que solo hayan niños practicando y, además, el número de chicas estará en torno al 40%. En este sentido, creo que ha ayudado mucho la publicidad e imagen que ha dotado al club el hecho de que dos chicas como Cinta García y yo hayamos estado a la cabeza de las participaciones internacionales durante algunos años. 

Siguiendo con el club TSV como habéis llevado a la hora entrenar con la maldita pandemia

Pues la verdad que fuimos de los primeros clubes en Andalucía, incluso en España, que comenzamos a entrenar a niños/as en septiembre tras el confinamiento. Con el equipo de competición, respetando los protocolos federativos y de la Junta de Andalucía, incluso antes. Puedo decir con orgullo que todos y cada uno de los integrantes del club, desde los que tienen cuatro añitos hasta las familias de cada uno de ellos, han permitido que hayamos retomado la actividad sin incidentes y llevando a cabo todos los protocolos de forma respetuosa y ordenada. Es más, la actividad siguió adelante en confinamiento, de manera online e incidiendo más en actividades educativas y pedagógicas desde casa. Tras muchas tareas individuales y delimitadas en espacios personales, a día de hoy seguimos manteniendo muchas de las normativas COVID pero estamos casi al 100% de antes de esta pandemia en cuanto a número de alumnos/as.

Tanto Santi como yo nos sentimos enormemente orgullosos y afortunados de los alumnos y padres que nos ha tocado tener como integrantes del club. Son muchas las veces que se lo hemos expresado personal y públicamente, pero quiero que esta sea una oportunidad más para agradecer todo el cariño, el respeto y la confianza que nos brindan, porque sin ellos no existiría TSV de la forma en que existe. Ellos son nuestra imagen y motivación.

Este año ha sido muy triste para el deporte onubense, ya que han sido varios y muy jóvenes los que nos han dejado. Y desgraciadamente también ha desaparecido un judoca como Fran Gil ¿Qué ha supuesto para ti esta gran pérdida?

Pues la verdad es que ha sido muy duro perder a un amigo y a una persona como Fran tan joven. Todos sabemos que la vida es dura y que siempre van a venir momentos complicados, pero cuando te golpea así es cuando realmente se aprende  cómo hay que valorar las cosas. He sido consciente de toda la lucha que ha supuesto la situación y solo puedo mostrar mi respeto y apoyo a su familia, porque si Fran era el ejemplo real de lo que era una persona buena y noble, sus padres no eran menos. Para mí y para sus compañeros estará siempre con nosotros y lo recordaremos con su sonrisa y su educación, sobre el tatami y fuera de él. Y haremos todo lo posible porque se siga recordando, porque personas como Fran había muy pocas. Sin duda, para mí ha sido un auténtico ejemplo, un luchador, como siempre hacía en los entrenamientos, nunca se rendía. Su familia me tendrá, y nos tendrá, siempre, para todo lo que sea necesario.

Que le dirías a esa chicas/os que la gusta el judo pero, que no están decidido a dar el paso de meterse en un club a practicarlo.

Pues que el judo es un deporte único en todos sus aspectos y, por encima de todo, es un deporte inclusivo. En el club no somos frikis en el sentido más oriental o de arte marcial del judo, pero sí es cierto que, con coherencia y sentido común, nos gusta aplicar todos los contenidos que un deporte como el judo conlleva: disciplina, respeto, educación… y también cercanía, amistad, cooperación. Entendemos que debe ir unido. Nos gusta enseñar al judoca que debe respetar las normas, el lugar y los horarios, pero también que debe cuidar a su compañero, ayudarlo a progresar y no ser engreído. Uno de los principios del judo es la prosperidad mutua, en el sentido de la solidaridad y de la ayuda mutua entre personas. Pues toda esta filosofía intentamos transmitirla de la manera más pedagógica, deportiva y divertida posible, desde nuestros grupos de tres años hasta los más mayores o el grupo de competición.

El judo puede ayudarte a sentirte más fuerte y más seguro, es un deporte muy completo que integra todas las vertientes que la actividad física puede contemplar.

Estamos llegando al final y me gustaría darte las gracias por prestarme tu tiempo y no sé, si te gustaría añadir algo más que durante la entrevista no te haya preguntado. 

Darte las gracias igualmente por permitirme que me exprese en este espacio, con libertad y desde mi punto de vista personal, ya que agradezco que en Huelva se otorgue importancia y se promocione al deporte de base, a los clubes deportivos y a los deportistas. Sé que no todos los contextos son iguales, pero personalmente siempre me he sentido valorada en mi casa, y eso se debe agradecer.

Y, por último, como no, animar a todas las personas a que se muevan y hagan ejercicio físico, porque cada día más se está demostrando que es una de las mejores armas para que las sociedades cada vez vivan con más independencia, plenitud y calidad de vida, siendo el objetivo de todos los programas de salud estatales hoy día.