viernes. 19.04.2024
El tiempo

Las playas de Huelva necesitan medio millón de camiones de arena si quieren conservar su actual perfil de orilla

El estudio del Gobierno 'Estrategia para la protección de la costa' prevé que los temporales y los efectos del cambio climático en el Golfo de Cádiz engullan en treinta años 25 metros de costa tierra adentro y casi 100 a finales de siglo. Aporte de arena continuo, construcción de espigones o dejar las playas sin obstáculos de hormigón son las alternativas.
Las playas de Huelva necesitan medio millón de camiones de arena si quieren conservar su actual perfil de orilla

Los sucesivos temporales marítimos que vienen azotando toda la línea litoral de Huelva y Cádiz en la última década no sólo han dejado al descubierto las construcciones realizadas en dominio público marítimo terrestre. También han dejado clara la regresión que se está produciendo en las playas de Huelva, desde la desembocadura del Guadiana en Ayamonte hasta la del Guadalquivir en la playa de Castilla en Almonte pasando por Isla Canela, La Antilla, Islantilla, la Flecha del Rompido, El Portil, Punta Umbría, Mazagón y Matalascañas.

La situación no es nueva. Se conoce desde que el director general de Sostenibilidad de la Costa y del Mar, Pablo Saavedra, presentara hace cuatro años en Huelva la Estrategia para la protección de la costa que, por primera vez, estudiaba todo su frente costero con el objetivo de solucionar sus problemas históricos de erosión, aportando diversas alternativas de alcance. El informe técnico se redactó a solicitud de la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y del Mar del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, dentro del marco de cooperación plasmado en el convenio de colaboración entre la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y del Mar y el Centro de Estudio y Experimentación de Obras Públicas (CEDEX), a través del Centro de Estudios de Puertos y Costas del CEDEX, mediante un acuerdo para la Encomienda de Gestión para la realización de asistencia técnica, investigación y desarrollo tecnológico.

El objetivo del trabajo se centró en estudiar todo el frente costero de la provincia de Huelva  basándose para ello en todos los trabajos y datos existentes de la zona. Una vez efectuado esto se procede a detectar las zonas con problemas y vislumbrar una solución de alcance, teniendo en cuenta las variables, incluyendo entre ellas las urbanizaciones que se asientan en la zona y los múltiples valores paisajísticos, ambientales y de todo tipo del área.

Las conclusiones del estudio no pueden ser más contundentes. De las medidas de regeneración que propone se llega a la conclusión de que las playas de Huelva necesitan más de 4.800.000 m3 de arena si quieren conservar el trazado de orilla actual. O lo que es lo mismo las administraciones, en su mayor parte Costas aunque también la Junta de Andalucía, deberán transportar hasta las playas casi medio millón de camiones cargados de arena y verterlos en la orilla para contener la furia del mar. O eso o la construcción de pequeños espigones de protección que es la otra alternativa que se propone.

El tiempo apremia. Sólo tienen treinta años para hacerlo pues el estudio señala que en el horizonte 2050, debido a la suma de la fuerza de los temporales más las consecuencias del cambio climático, el avance de la línea de orilla será tan significativo como potente.

Para que se hagan una idea de lo que sucederá si no se actúa en el frente litoral, la línea de orilla en la playa de Isla Cristina retrocedería un mínimo de 26 metros en el año 2050 y hasta 84 ya a finales de este siglo. La de La Antilla perdería 21 metros en el primer caso y 68 metros en el segundo y la Flecha del Rompido perdería 26 metros en el año 2050 y hasta 82 a finales del siglo XXI. Y Matalascañas perdería 21 metros de línea de orilla en 30 años y 66 metros a finales de siglo. Esta hipótesis es la más optimista que manejan las autoridades.

Porque el mismo estudio plantea otro escenario mucho más negativo y destructor para todo el litoral de Huelva. Así considera  que en el año 2100, si no se actúa a tiempo, la línea de orilla retrocedería en las playas de Isla Cristina un mínimo de 52 metros y un máximo de 237 metros. Para La Antilla marca un mínimo de 42 metros y un máximo de 191. Y en El Rompido, la línea de orilla retrocedería un mínimo de 51 metros y un máximo de 231, mientras que en Matalascañas la línea de orilla retrocedería entre 41 y 186 metros.

De media para todo el litoral se prevé un avance de la línea de orilla de entre 21 metros y 84 metros en el horizonte 2050 y de entre 41 y 237 metros a finales del siglo XXI.

En ambos casos, tomando la hipótesis más optimista y la más negativa, conllevarían un cambio más que significativo en el actual perfil de nuestras playas: el mar engulliría literalmente casi todos los paseos marítimos a oriente y poniente de Huelva e inundaría las viviendas que en primera línea de playa y urbanizaciones cercanas ya se están llevando serios avisos durante el paso de los temporales de este invierno de 2018.

Las cifras de tonelaje y metros cúbicos de arena que necesitan las playas de Huelva para mantener a flote cada año aturden por su magnitud. No es extraño que desde determinados departamentos políticos ya se haya hecho una llamada a la reflexión sobre el tipo de litoral que queremos en el futuro, si un litoral hormigonado repleto de construcciones o una costa y unas playas a las que le sea posible regular el impacto del mar y absorber tierra adentro el crecimiento de las olas sin parapetos artificiales que agraven el problema.

Pero mientras llega y se toma esta decisión y para mantener su actual perfil necesita ingentes cantidades de arena y otro tipo de actuaciones.

La Playa Central de Isla Cristina (1 kilómetro) necesita 11.250 m3/año, playas de Islantilla y La Antilla (5 kilómetros) 56.250 m3/año; la zona de Isla Canela, 11.250 m3/año; Nueva Umbría (10 kilómetros) 118.125 m3/año; Punta Umbría (7,8 kilómetros) 87.750m3/año; Punta Umbría (urbana, 3 kilómetros) 37.750 m3/año; Playa Castilla-Matalascañas (7,8 kilómetros) 378.750 m3/año y Matalascañas (4 kilómetros) 30.000 m3/año.

Por razones de prioridad dada la situación de vulnerabilidad, las conclusiones del estudio proponen un orden y la definición de las necesidades.

Matalascañas

Según el estudio, “las tasas erosivas que se estiman se situarían en una horquilla entre 0,7 y 2,5 m para todo el frente de la playa de Castilla; siendo de mayor importancia en el tramo más al norte entre la playa del Parador y la de Matalascañas, y reduciéndose algo más debajo de ésta última debido al giro que hace la costa, reduciéndose su capacidad de transporte”. El panorama futuro, con la subida del nivel del mar debido al cambio climático agravará la situación; incrementándose el grado de vulnerabilidad de la playa de Matalascañas. Estas razones hacen que este tramo de costa sea el prioritario de actuaciones”. El estudio de Costas reconoce que la situación es compleja y difícil de abordar debido a que, para que fuese eficaz con una cierta permanencia, habría que Extender  la actuación a todo el sistema litoral en el que se encuentra inmersa: desde el canal de Huelva hasta la desembocadura del río Guadalquivir. Aunque apunta que a corto plazo debe actuarse alimentando la playa -Alternativa 1- en todo su frente, lo que conportaría un vertido de arena de 2.100.000 m3; pudiendo pensarse en la construcción de espigones cortos -Alternativa 2- que retrasasen el movimiento de arena hacia el sureste.

 Playa de Isla Canela

El tratamiento en este tramo de costa es prioritario ya que en los últimos años ha sufrido varios daños ocasionados por temporales, resaltan las conclusiones del análisis costero. Considera que a corto plazo debe actuarse moviendo la arena de los extremos -Alternativa 1- al tramo de playa con dificultades, lo que supondría un volumen aproximado de 360.000 m3. Esta acción es probable que deba realizarse con una cierta periodicidad. Y aconseja que para conocer ésta debe hacerse un seguimiento para comprobar el momento en que la anchura de la playa se considere la mínima admisible, y entonces volver al remover la arena de los extremos a ella. “A largo plazo, no es esperable que el problema continúe ya que los bajos frente a ella tienden a evolucionar formando cordones o barras litorales que servirán de freno y protección frente al oleaje”.

La Antilla

Según subraya el trabajo, el conjunto de playas que van desde los diques de encauzamiento de Isla Cristina hasta la Flecha del Rompido se encuentran sometidas a un continuo retroceso de la línea de orilla; aunque la tasa erosiva no se conoce, siendo de menor entidad que la que afecta a las playas de Matalascañas. El trabajo de Costas ya advertía hace cuatro años que “a corto plazo debe actuarse vertiendo un volumen de arena en torno a 2.325.000 m3, además debe pensarse en una retroalimentación periódica de arena de las costas aguas abajo -Alternativa 1-. Para reducir la tasa erosiva, podría pensarse en la construcción de espigones cortos –Alternativas 2 y 3-.

A largo plazo, a este problema erosivo habría que añadirle el debido a la subida del nivel del mar, con un retroceso previsible de la línea de orilla por este concepto entre 1 y 1,5 m que supondría que habría que prever el vertido anual, para compensarlo de unos 67.000 m3. Según los técnicos, “las actuaciones deben extenderse a todo el frente del subsistema litoral; centrándose en los lugares con mayor vulnerabilidad. Ello implica que la zona de la Flecha del Rompido debiera ser incluida en este plan que, aunque con actuaciones puntuales diferenciadas, diera respuesta al problema global de todo el sistema litoral”.

Mazagón

El trabajo reconoce que el conjunto de playas de Mazagón son probablemente las que tienen una tasa erosiva mayor de todo el frente costero onubense. En gran parte ha sido analizada su prioridad al tratar la playa de Matalascañas. “Su situación de grave erosión haría que estuviese como elemento prioritario de toda actuación en el litoral onubense; pero la reducción de zonas vulnerables y las fuertes acumulaciones en una parte de esta zona hace que este grado de prioridad descienda”, explica el trabajo.

Y añade que “a corto plazo debe realizarse un trasvase de arenas desde la bocana del canal de Huelva hasta la playa del Parador -Alternativa 1-, si no fuesen éstas adecuadas debiera buscarse otra fuente alternativa de material que compensase la absorción que el canal hace de arena. Además y de forma complementaria, Costas propone que “debe eliminarse el triángulo acumulativo de arena apoyado en el puerto de Mazagón -Alternativa 1- que puede complementarse con obras costeras para reducir o controlar el movimiento de sedimentos hacia el canal de Huelva –Alternativas 2 y 3-.

Flecha del Rompido

Según el informe que pretende servir de guía a la búsqueda de soluciones para el litoral de Huelva, la Flecha del Rompido se encuentra en un proceso dinámico activo que obliga a un seguimiento continuo. “En la actualidad, la evolución de su punta hace que las playas a barlomar se encuentren en riesgo de erosión. Es necesario hacer un seguimiento de las playas justo a barlomar, del Portil y la Bota (precisamente donde más ha embestido el último temporal, Emma), que podrían requerir una realimentación de arena proveniente del canal de la Flecha del Rompido o una retroalimentación proveniente de Punta Umbría”.

El análisis del litoral del Ministerio prevé que el panorama futuro, con la subida del nivel del mar debido al cambio climático “agravará la situación con una pérdida de playa seca importante que hace se pudiera encontrar en un futuro zonas de la Flecha del Rompido con problemas serios. Estas razones hacen que en este tramo de costa sea necesario que se prevean actuaciones futuras que mitiguen esa vulnerabilidad”.

Punta Umbría

Para Costas esta es la zona menos problemática. Según el trabajo, “el dique de Punta Umbría y, especialmente, el del puerto de Huelva retienen una cantidad importante de arena, depositada en los bajos entre ambos. No es de prever existan problemas en las playas de Punta Umbría ni en la apoyada en el dique Juan Carlos I de Huelva salvo la pérdida de anchura de playa debido a la subida del nivel del mar por el cambio climático. Esta circunstancia hace que no se prevean problemas en estas playas; aunque debe vigilarse todo el frente de Punta Umbría urbanizado y su trasdós potencialmente vulnerable. Habría que estudiar si estos bajos son potencialmente explotables como zona para la retroalimentación de las playas a sotamar y aún a barlomar; no solamente de la calidad de las arenas y su idoneidad granulométrica, sino también si la protección medioambiental que tiene lo permite. Y que esta es la zona donde se depositan principalmente, junto al canal de Huelva en suspensión, los sedimentos provenientes del transporte sólido litoral longitudinal.