martes. 30.04.2024
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Galaroza hace 40 años, según la Gran Enciclopedia de Andalucía

Se cumplen cuatro décadas de esta publicación que recogía datos de esta y de todas las poblaciones andaluzas
Galaroza hace 40 años, según la Gran Enciclopedia de Andalucía

Se cumplen cuatro décadas de esta publicación que recogía datos de esta y de todas las poblaciones andaluzas

Se cumplen en 2019 cuatro décadas desde la publicación de la Gran Enciclopedia de Andalucía (GEA), una gran obra editorial que buscó ofrecer una amplia descripción de nuestra tierra. Su creador y director fue José María Javierre, periodista y sacerdote, que, entre otras múltiples actividades, dirigió el diario ‘El Correo de Andalucía’ y el semanario ‘Tierras del Sur’. Algunos de sus redactores y coordinadores pertenecieron a la más granada nómina de escritores, periodistas y especialistas de los años 70, como o Antonio Cascales, Manuel Ángel Vázquez Medel y Carlos Ros.

Hoy, 40 años después de aquel esfuerzo editorial, resulta interesante comprobar los cambios experimentados por pueblos y ciudades andaluces. El término ‘Galaroza’ estaba incluido con referencias geográficas e históricas, con una extensión interesante que ocupaba una página y media. El contenido del artículo comenzaba por la descripción geográfica del lugar y sus cifras estadísticas. Entonces, el pueblo contaba con 2.186 habitantes “de hecho”, y la califica como “centro del conjunto de la sierra de Aracena, lugar obligado de paso hacia los cuatro puntos cardinales”.

La entrada pasa a ofrecer datos históricos y sobre el patrimonio histórico, como la iglesia parroquial o la ermita de Santa Brígida, atribuyendo a Luisa ‘La Roldana’ la talla de la patrona del lugar, la Virgen del Carmen.

Posteriormente, se habla de la economía del término municipal, en la que el sector primario ocupaba al 60% de la población, quedando el sector industrial reducido a la serrería de maderas y carpintería, con notables trabajos artesanos. Entonces eran 12 los talleres que trabajaban la madera. Se reconocía la espléndida calidad de frutas y castañas, éstas últimas exportadas a los Países Bajos e Inglaterra.

En cuanto al calendario festivo, se mencionan las fiestas del Carmen y Los Jarritos, a los que califica como “fiesta caída en desuso que tuvo extraordinario interés”, donde “la grey infantil disfrutaba considerablemente” y se celebraba junto a la Fuente de Doce Caños “un mercado comarcal de artesanía alfarera”. La vertiente etnográfica de la Enciclopedia se pone de manifiesto al desear “la resurrección y potenciación de esta fiesta popular”.

Finalmente, se menciona la participación cachonera en la Romería en honor de la Reina de los Ángeles, en la Peña de Arias Montano, y el día del Huevo y el Bollo el Domingo de Resurrección.

Un dato curioso es la pertenencia de Galaroza a la llamada “Mancomunidad Turística de la Sierra de Huelva”, una entidad que desapareció hace años. La conclusión del autor del artículo es que “Galaroza es un pueblo de excepcional belleza, galardonada alguna vez por los organismos oficiales, y lugar escogido por numerosas personas para sus vacaciones veraniegas”.

Las ilustraciones que acompañan este texto pertenecen a una imagen aérea de la localidad, especialmente de su núcleo fundacional erigido entorno a la actual parroquia, y una fachada típica de la arquitectura vernácula serrana con su balcón florido.

Se ilustraba la publicación con dos fotografías, una aérea del casco urbano de la población, y otra más pequeña que representaba un ejemplo de la arquitectura popular serrana, con una foto de una casa de pueblo con su tipología urbanística tradicional y su balcón florido.

Según un estudio de Rafael Utrera Macías, la gestión empresarial de la Gran Enciclopedia de Andalucía estuvo vinculada a Producciones Culturales Andaluzas, con oficinas situadas en el número 11 del sevillano Paseo de Colón. En su opinión, “la edición de la Enciclopedia de Andalucía fue una empresa titánica no sólo desde el punto de vista económico sino, especialmente, desde el bibliográfico y cultural; no había tema que pudiera resistirse y ningún ámbito estaba excluido, desde el físico y político, hasta el territorial y cultural, desde el costumbrista e histórico hasta el artístico, pintura y toros incluidos”.

Se publicaba en fascículos de entrega semanal en quioscos de prensa, con un precio de 100 pesetas por cada ejemplar. Los cinco volúmenes previstos se convirtieron en siete otros dos, dedicados a atlas geográfico-histórico y a láminas de arte, para finalizar con el obligado índice general. En total, diez tomos de más de 400 páginas cada uno, que englobaban todos los conocimientos sobre Andalucía en vertientes como geografía, literatura, deporte, tauromaquia o patrimonio en general.