viernes. 29.03.2024
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Revolución en la dehesa: Un proyecto consigue que encinas jóvenes den bellotas en solo 2 años

Un proyecto experimental ha conseguido que las encinas jóvenes den bellotas en solo dos años. Hasta ahora, en la dehesa había que esperar de 15 a 30 años para normalizar su producción.
Revolución en la dehesa: Un proyecto consigue que encinas jóvenes den bellotas en solo 2 años

Un proyecto experimental ha conseguido que las encinas jóvenes den bellotas en solo dos años. Hasta ahora había que esperar de 15 a 30 años para normalizar su producción.

Si hay algo que pueda revolucionar la dehesa ... es conseguir que las encinas y alcornoques puedan dar su fruto, la bellota, a corto plazo. Está en juego el mantenimiento y futuro del sector cárnico del cerdo ibérico, verdadero sostén de la economía de la Sierra de Huelva y gran parte del Andévalo y santo y seña de la gastronomía provincial.

El cambio climático, la destrucción a causa de la proliferación de incendios forestales cada vez más voraces, el imparable avance de la seca desde hace dos décadas, la sobrecarga ganadera (exceso de cabezas de ganado porcino y bovino y hasta de especies cinegéticas) y la tremenda antigüedad de los árboles (quercus) con hasta medio siglo de vida tienen contra las cuerdas no ya el ecosistema sino el modo de vida ancestral de gran parte de la provincia.

Ahora, un proyecto experimental que se realiza en Cáceres (Saucedilla) anuncia buenos resultados y avanza que estos árboles pueden producir bellotas con tan solo dos años de vida. Una verdadera revolución la que anunciaba la Asociación de Criadores de Cerdo Ibérico (ACERIBER) y ahora recoge Canal Extremadura porque hasta ahora había que esperar un mínimo de 15 años para obtener bellotas y tres décadas hasta lograr que se normalice la producción.

Es lo que ha pasado, por ejemplo, en las fincas onubenses y extremeñas que fueron repobladas en los años 90 al calor de las subvenciones europeas. Esas fincas fueron repobladas con encinas o alcornoques pero no podían tener carga ganadera durante un tiempo.

La investigación está siendo implementada por el Gobierno central y la Mancomunidad de Campo Arañuelo en una finca municipal de Saucedilla.

Cuando se firmó el convenio se explicó que "tenemos la necesidad de experimentar en parcelas públicas de características climáticas adecuadas, ver cómo se desarrollan y testar variables agronómicas de cultivo intensivo: riego, fertilización, marcos, etcétera". El objetivo en este caso experimental era el paso de la actual producción anual de 250 kilos por hectárea, que "podría alcanzar hasta los 10.000 kilos en estas plantaciones, con una cierta garantía de producción, sin el riesgo de la vecería (alternancia de años con mucha cosecha y otros con escasa) que presenta la encina y el alcornoque". Eso sí, antes de obtener los primeros resultados, se mostraban prudentes y señalaban que por el momento se trata de hipótesis. Fundadas, pero hipótesis al fin y al cabo.

El objetivo del proyecto se ha conseguido y no es otro que "domesticar la encina", ha explicado Enrique Sánchez, ingeniero de monte especializado en este tipo de cultivo en Canal Extremadura. "La clave es hacer una selección en el campo como un material sexualmente adulto y poder hacer con él un injerto, como se hace en agricultura y hortofruticultura". El resultado, la producción de "una bellota precoz y de calidad".

Hasta ahora los árboles productores de bellotas (encinas, alcornoques...) están considerados como árboles formadores de naturaleza, de paisaje, a los que tradicionalmente el hombre apenas ha manipulado. Ahora la idea es que estas mismas especies sean además árboles productores, como ya lo son el olivo, el almendro o el castaño.

Según ACERIBER, "este cambio de concepto supondría la puesta en marcha de explotaciones milimétricamente reguladas, con una plantación planificada para en pocos años obtener ejemplares adultos capaces de dar frutos (como ya se hace con el olivar), con sus sistemas de riego, fertilizantes. Si tenemos la posibilidad... ¿Por qué no vamos a producir la bellota fuera de la dehesa, con individuos seleccionados, en plantaciones intensivas, y luego echar este fruto en la dehesa cuando se necesite para alimentar a los animales?".

Los frutos rojos de Huelva como modelo de viabilidad

Posteriormente, en el Congreso Forestal Español, el coordinador del proyecto, Juan Luis Peñuelas, avanzó en el diario Hoy que  "el proyecto que planteamos tiene como objetivo la producción de bellotas en cantidad y calidad suficiente para complementar la que naturalmente se produce en las dehesas, y ello mediante el establecimiento de plantaciones agrarias ad hoc de quercíneas mediterráneas. Estas nuevas plantaciones se asemejarían en cuanto a concepción agronómica y logística a las nuevas plantaciones superintensivas de frutos que en los últimos años han aparecido en el mundo agrario y que han revolucionado antiguos y milenarios cultivos tradicionales como son la vid, el olivo, los frutos secos (almendro, pistacho, nogal, etcétera) y que hoy día testa su viabilidad en cítricos, melocotón y frutos rojos, como arándanos, grosellas, endrinos, frambuesas...".