viernes. 27.06.2025
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Paco Herrera y el "sí quiero" a su historia profesional como entrenador de fútbol

Hace unos meses me llevé la enorme alegría al enterarme que mi amigo Paco Herrera iba a dar su primer paso al fútbol profesional como entrenador.
Paco Herrera y el "sí quiero" a su historia profesional como entrenador de fútbol

Hace unos meses me llevé la enorme alegría al enterarme que mi amigo Paco Herrera iba a dar su primer paso al fútbol profesional como entrenador de fútbol. Paco es una de esas personas buenas que te encuentras en la vida y que descubrí, cuando se venía de "gato" al equipo de la prensa, y es que era todo un seguro en el centro de la defensa, y lo necesitábamos.

Obviamente cuando me entero que se va a ir a Ecuador, me pongo en contacto con él para felicitarlo y una vez que esa experiencia ha concluido más rápido de lo que pensaba, lo he vuelto a llamar para que nos cuente su paso por tierras americanas.

Le digo que la escriba y me la mande.

Me pregunta que si la quiero detallada. Le digo que sí, y aquí va el relato, que puede resultar extenso pero interesante.

"Eran las 11:30 horas de la mañana del viernes 27 de diciembre del 2019, cuando suena mi móvil y recibo la llamada del psicólogo del Recre , mi gran amigo desde hace 35 años, Nicolás, me comunica, que en 5 minutos voy a recibir una llamada que puede cambiar mi vida. Me preguntó, de que se tratará. Sin tiempo a que mi mente pueda elucubrar y discurrir libremente por el mundo de las ilusiones, mi móvil vuelve a sonar. Tras descolgar escucho una voz que me dice " Soy Ángel López, el que fuera entrenador del Recreativo, te gustaría ser mi segundo en un proyecto muy interesante en Ecuador?. No te puedo dar más detalles de momento, pero necesito una respuesta a la hora de comer'.

¿Qué me estaba pasando? ¿Se habían anticipado los Santos Inocentes? ¿Me había tocado el Gordo de Navidad con retraso? ¡En realidad había llegado la oportunidad con la que siempre había soñado! Entrar en el mundo del fútbol profesional.

La oportunidad era única y no podía dejarla pasar. Mi respuesta fue: ¡SÍ QUIERO!

El domingo 29 de diciembre de 2019 sobre las 12:30 horas salía desde el aeropuerto de Madrid Barajas dirección Guayaquil con el resto del cuerpo técnico, con cinco componentes. Una vez en tierra ecuatoriana, nuestra salida de la terminal del aeropuerto, sería sobre la 1 de la madrugada hora española, las 19:00 hora local y ahí empieza mi primera sorpresa: cámaras de televisión y periodistas abordando a Ángel López, como uno acostumbra a ver por televisión a la hora de los informativos deportivos. Ya me sentía profesional, aunque yo no notaba nada especial, seguía siendo el mismo, todo me parecía normal.

Perfectamente atendidos por personal del club y tras cenar en el mismo Guayaquil, nos trasladamos por carretera rumbo a la que iba a ser nuestra ciudad de residencia y lugar de trabajo, la ciudad de Manta y el DELFÍN SPORTING CLUB, actual campeón de la Liga Pro de Ecuador.

Manta me recordaba mucho a Huelva, ciudad de mar y altas temperaturas, aunque algo más grande, pero igual de cercana y acogedora. Nos alojamos en un hotel, y al día siguiente fuimos recibidos por el presidente y un directivo (abogado del Club), para la redacción y firma del contrato que nos debería unir por un año, prorrogable a otro, como cuerpo técnico del Delfín Sporting Club.

Se llega a un acuerdo y pasamos al momento cumbre, es decir, la firma del contrato, como tantas y tantas veces yo había visto por la tele a los grandes monstruos del fútbol mundial. Y ahí estaba yo, pero a mí todo me parecía normal, como si lo hubiera hecho toda la vida.

Teníamos 3 días para empezar y conocernos los que ya éramos los miembros del cuerpo técnico, ya que era la primera vez que íbamos a trabajar juntos, unos perfectos desconocidos, pero cargados de mucha ilusión y mucha hambre por abrirse un camino en el difícil mundo del fútbol profesional. Yo era el veterano del grupo, no por mi currículum deportivo, pero sí por edad.

Era mi primer fin de año fuera de mi tierra y con una nueva familia.

El día 2 de enero ya tuvimos el primer contacto con el que iba a ser nuestro plantel, un equipo renovado en su mayoría con 15 nuevas incorporaciones y 8 bajas con respecto al equipo titular que lo hizo campeón en la temporada anterior. Se trataba de un plantel prácticamente definido a falta de alguna alta o baja de última hora.

Las sensaciones eran buenas, nos parecía un buen grupo y bastante compensado. Tras tres días de sesiones en el campo de entrenamiento del Delfín, en las afueras de la ciudad de Manta, partimos hacia la ciudad colombiana de Cali, para realizar el stage de pretemporada durante 15 días, planificados con sus correspondientes dobles y únicas sesiones, días de descanso y partidos amistosos de preparación.

Ahora entendía las "quejas" de los profesionales sobre las concentraciones. Mucho trabajo, del hotel al campo de entrenamiento y viceversa. Aunque también hubo tiempo para la convivencia y conocernos mejor. Las sensaciones seguían siendo muy positivas .

Nuestro enfoque en la preparación estaba encaminada a corto plazo, ya que, a principios de febrero teníamos una gran cita: la final de la Supercopa de Ecuador, que nos enfrentaría al equipo más dominante en la última época del fútbol de Ecuador, Liga de Quito.

A la vuelta de Cali, me llegan nuevas sensaciones. Había que elegir el que sería mi lugar de residencia, y siempre muy bien acompañado y asesorado por personal del club visité varios inmuebles, decidiendome por un apartamento cerca del mar en una zona muy turística y bien vigilada que yo ya consideraba mi Huelva de Ecuador. La familiaridad de la gente que iba conociendo, el clima y la ciudad, me hacía sentir como en casa, aunque lógicamente echaba mucho de menos a mi madre, hijos, pareja, amigos, compañeros y compañeras de trabajo...

Yo no soy muy amigo de las nuevas tecnologías, no nos llevamos muy bien, la verdad, pero sí es cierto que en estos momentos si me estaban sirviendo para que la distancia que me separaba de toda una vida anterior, fuera más corta.

Cada día que pasaba me iba sintiendo más profesional, ya notaba diferencias con lo que hasta entonces yo había vivido en mis carnes como jugador amateur y como entrenador de cantera y escuelas de formación.

Mi primer gran día, fue la tarde noche del sábado 18 de enero del 2020, la llamada Noche Amarilla, la que es la presentación oficial ante su afición del club con más seguidores de Ecuador, el Barcelona de Guayaquil.

Un estadio a rebosar con 46.000 fervientes seguidores, a los que les aguamos la fiesta al conseguir la victoria por 0-1, en el Monumental de Guayaquil ¡Qué gozada!

Después de esto, me pregunté: ¿Qué será un partido de Copa Libertadores?

Aún así, todo me parecía relativamente normal, como si ya hubiera vivido ese momento, supongo que sería por la edad y tantos partidos vistos por la televisión. No lo sé, pero la verdad es que me sentía muy cómodo. Seguíamos con buenas sensaciones, estábamos a gusto y trabajábamos con libertad, pero está claro que los partidos amistosos no tienen nada que ver con los de la competición.

Llegó el día señalado en rojo en nuestro calendario personal . Sábado 1 de febrero de 2020, final de la primera Supercopa de Ecuador: empate a uno y derrota en los penaltis.

El partido no nos dejo buenas sensaciones, no tanto por la derrota, que sería lo lógico, sino porque el equipo no dio la talla como nosotros esperábamos, según lo que habíamos visto en la pretemporada.

Al día siguiente, el el propio presidente del club se reunió con nosotros y también nos lo hizo ver.

Es a partir de ese momento cuando empiezo a sentir todo el peso del fútbol profesional: " Los resultados son los que mandan".

Todos los miembros del cuerpo técnico empezamos a notar a 15 días del comienzo liguero, que cada movimiento nuestro sería analizado con lupa, que cada partido sería un nuevo examen. Pero eso no impedía ni mermaba nuestra ilusión, ni capacidad de trabajo, al que le dedicábamos 25 horas al día, pensando como mejorar al equipo.

Y llegamos a la primera jornada de la Liga Pro, con una victoria a domicilio en "altura", en un partido que hubo que jugarse en dos días por problemas en la iluminación.

Esto nos dio una ligera tranquilidad, aunque las sensaciones tampoco fueron las mejores. Había que seguir creciendo, teníamos por delante 2 partidos consecutivos como local, y confiábamos en que eso nos serviría para asentarnos definitivamente como equipo, dotándonos de la confianza necesaria para el inicio de la Copa Libertadores, donde el club tenía depositada mucha ilusión por hacer algo importante.

Pero la realidad no se puso de acuerdo con nuestros deseos, y los dos partidos como locales se saldaron con sendas derrotas. Yo me esperaba lo peor.

Al día siguiente, antes de empezar la sesión de entrenamiento, los jugadores le piden permiso Ángel López para tener una reunión a nivel interno en el vestuario. Tras celebrarse nos manifiestan los jugadores su total apoyo a nuestro trabajo, y el firme compromiso de que juntos vamos revertir esta situación ante el cercano debut, a 3 días vista, en la Copa Libertadores.

Finalizada una muy buena sesión y contentos con la predisposición del plantel, nos vamos a nuestras casas satisfechos y esperanzados con que el fútbol nos recompensaría por el trabajo a destajo que estábamos realizando. Pero justo cuando nos disponíamos a almorzar, Ángel nos informa por el grupo de WhatsApp que teníamos el cuerpo técnico, que estábamos citados en 20 minutos en las oficinas del club.

Se me vino a la cabeza el peor de los pensamientos. Y acerté.

El presidente nos comunicaba su falta de confianza en nuestra capacidad para sacar su proyecto " de equipo campeón" hacia delante. Bye, bye!

Adiós a nuestras ilusiones y a mi aventura en el fútbol profesional (de momento). 2 meses y 4 partidos oficiales. Hasta aquí mi currículum (de momento, insisto).

Pero "no hay mal que por bien no venga" dice nuestro sabio refranero, pues como yo soy una persona positiva por naturaleza, ahora doy las gracias de que todo haya ocurrido así, ante la situación de pandemia mundial que estamos viviendo, que me ha hecho volver a nuestra tierra antes de lo esperado.

Tuve la suerte de poder ver a mi madre, a mis hijos, algunos amigos y hasta un gran partido en directo y con público, del que había sido mi equipo juvenil antes de mi marcha, el Club deportivo 1889, ante el otro gran club de mis amores, el juvenil B del Recre, donde aproveché para hablar de mi experiencia con el amigo Jesús Vázquez que se encontraba trabajando como responsable de la cantera del Real Club Recreativo de Huelva y emplazándonos a hablar tranquilamente más adelante, ya que al día siguiente empezó mi confinamiento.

Por cierto, una semana antes que el del resto de los españoles, ya que tuve que ser ingresado por una infección hepática que me hizo pasar 16 días en el Juan Ramón Jiménez, pasando de ahí al confinamiento domiciliario , en el cual hay tiempo para casi todo; hacer deporte, lectura, juegos de mesa, videollamadas, tertulias deportivas online y hasta para escribir estas líneas dónde he querido compartir mis sensaciones en mi primer paso, y espero que no sea el último, por el mundo del fútbol profesional.

Gracias a mi amigo Nico, que con él empezó todo.

Y por supuesto, a Ángel López, un profesional como la copa de un pino, del que he aprendido multitud de cosas que no te enseñan en los libros, ni en los cursos, ni el propio Internet.Y al resto del cuerpo técnico:

Julio Díaz (preparador físico)

Daniel Vicioso (analista)

Joan Drest (preparador de porteros y fiel compañero de habitación), sin los cuales nada de esta maravillosa experiencia hubiera sido posible.

Y desde ya, esperando despertar de la pesadilla en la que todos estamos inmersos.

Porque siempre se ha dicho "cuando una puerta se cierra otra se abre".

Y ahí estoy yo... Esperando detrás de esa puerta!!

Por qué no?

Paco Herrera (Entrenador Nacional de fútbol).

Amigo Paco, que me ha encantado tu relato, tan detallado y lleno de sentimientos. Un fuerte abrazo y que pronto te podamos ver en los banquillos