martes. 30.04.2024
El tiempo

Jordi Martí: "En Huelva la vida cambiaría si pusieran las cervezas a ocho euros

Nacido en Guecho (Vizcaya) pero la vida profesional y sentimental de este licenciado en Geografía ha estado siempre anclada en Huelva. Actualmente, ejerce como técnico de innovación turística y desde esta ventana nos abre su mirada a una tierra que le tiene enamorado.
Jordi Martí: "En Huelva la vida cambiaría si pusieran las cervezas a ocho euros

Me encanta tener invitados en esta sección de entrevistas como Jordi Martí, al que conozco hace más de tres décadas y con el que siempre he tenido una gran sintonía, y es que Jordi se hace querer, pues es persona de lo más amable, inteligente, cordial, empático, positivo, fiable, con alto sentido de la amistad, solidario... fundamentalmente muy buena gente.

Nació en Guecho (Vizcaya). Tiene 59 años. Es licenciado en Geografía por la Universidad de Sevilla. Ha trabajado en Huelva Información, Escuela de Turismo de Huelva, Universidad de Huelva y Diputación de Huelva, en la que ha sido Director del Área de Cultura y Gerente del Patronato Provincial de Turismo. Actualmente es, en la Diputación, técnico de innovación turística.

Se casó en 1988 con María José García Prat y tienen dos hijos: Rocío de 22 años y Pepe de 21.

Desde que le propuse charlar un ratito para realizar esta entrevista, estaba deseando que llegara el momento, pues estar de "cháchara" con Jordi es una auténtica gozada y este es el resultado de una amena y entretenida conversación :

 ¿Qué opinión tienes de la situación que estamos viviendo?

Dentro de lo dura que ha sido la situación me quedo con algo positivo: una vez más se ha demostrado

que la ciencia ayuda a la humanidad. Sería magnífico que nuestros gobiernos pensasen en algo tan sencillo y evidente y dotasen a la investigación de un presupuesto más elevado, mejorando, entre otras cosas, los ridículos contratos que tienen la mayor parte de nuestros investigadores.

¿Cómo crees que cambiará la vida después de la pandemia, sobre todo en Huelva?

La verdad es que en Huelva no creo que cambie mucho. Seguirá moviéndose todo al mismo ritmo, pausado y relajado. En Huelva la vida cambiaría si pusieran las cervezas a ocho euros. Eso sí que

sería una auténtica tragedia; habría grandes movimientos sociales.

¿Has pasado miedo en algún momento?

En ningún momento a pesar de que he estado varias veces en riesgo de infectarme. Sé que ha sido una época desastrosa y muy triste pero a mí me ha ayudado a reencontrarme, a valorar mucho más a mi familia y a pensar en la relatividad de muchas cosas que, absurdamente, nos preocupan. Además

tuve la suerte de pasar el confinamiento en mi casa de Punta Umbría, donde hace ya siete años que vivo, escuchando el viento y el mar.

¿Cómo valoras la labor de los políticos en general ante esta pandemia?

No cabe duda de que la labor de los políticos puede ser muy discutible en muchos aspectos pero creo que en este caso, en general, no se han portado demasiado mal. Pienso, sin embargo, que lo mejor es que la mayor parte de la ciudadanía ha tenido y tiene un comportamiento ejemplar a pesar de la gravedad de la situación.  Sí da pánico pensar que ocurriría en una pandemia con alto índice de letalidad. Creo que en ese caso los políticos lo iban a tener complicado.

¿Qué crees que necesita Huelva para despegar de una vez?

¡Un milagro! Bueno, ya en serio, siempre me ha dado la impresión de que Huelva se mueve en un universo de eterna palabrería y de una evidente carencia de acción. Sería bueno fijarse en onubenses más jóvenes que han conseguido sacar sus empresas adelante en este entorno tan poco favorable.

Habría que escucharles. Seguro que sus ideas serían de mucha utilidad. Y los mayores apartarnos un poquito.

¿Cómo fue tu etapa como gerente del Patronato Provincial de Turismo y qué recuerdos guardas especialmente?

Fueron unos años especialmente buenos. Conseguimos que hubiera una fuerte unión de lo público y lo privado. Eso hubiese sido imposible si no hubiese contado con el trabajo de grandes profesionales, y desde luego amigos, como Rafael Barba y David Hidalgo, en el sector privado, José Román en la Junta de Andalucía y Esther Flores, compañera de Diputación, persona imprescindible a la hora de comunicar todo lo que hicimos. Sin olvidar, desde luego, al estupendo equipo del Patronato, sin cuyo trabajo hubiese sido inviable llevar a buen puerto todas las acciones que realizamos.

Imagino que también hubo momentos malos pero tengo la fortuna de que en mis recuerdos lo bueno siempre vence a la maldad y a la estupidez.

¿Se cuida el turismo en Huelva?

Desde el momento en que llegar hasta Huelva se convierte en una odisea ya te puedo decir que no se cuida suficientemente el turismo en nuestra provincia. Cuando me monto en el tren Madrid-Huelva me siento un español de tercera, desde el trato que se da a los pasajeros en Atocha hasta ese tramo de

“alta velocidad” Sevilla-Huelva.

Creo que en los demás aspectos vamos mejorando y prueba de esta mejora es que el litoral onubense es uno de los espacios turísticos en España que han tenido mejor comportamiento en este verano 2021.

¿Qué sería lo que recomendarías a alguien que quisiera venir a Huelva por vez primera?

Que no se perdiese un atardecer de otoño desde La Canaleta, con las nubes pintadas de colores imposibles.

¿Qué significa Huelva para ti?

Nací en Vizcaya, con sangre vasca y catalana, pero no cabe duda de que me siento onubense. Es una provincia absolutamente espectacular, como pocas hay en España. Tengo la fortuna de conocerla en profundidad pero siempre me sigue sorprendiendo. En este momento, otoño, no sé si quedarme con un paseo por la playa de Doñana o con escuchar el sonido de las hojas secas bajo las botas en algún sendero serrano.

Por cierto, ¿qué recuerdos tienes del concurso televisivo en el que participaste?

La verdad es que me divertí muchísimo en Saber y Ganar y, precisamente, aproveché la ocasión para promocionar Huelva. A Jordi Hurtado le hacía mucha gracia mi nombre así que decidió llamarme Jordi de Huelva. Fue una experiencia realmente bonita y muy recomendable.

¿Quiénes han sido o son tus referentes en esta vida?

Nunca he sido una persona de tener referentes pero sí tengo que reconocer que admiro la fuerza y la tenacidad que tiene María José, mi mujer. Hemos conseguido una simbiosis perfecta después de cuarenta y tres años juntos. Es cierto que durante once años hemos vivido en ciudades diferentes, pero esa separación ha sido provechosa porque nos ha convencido de la importancia de hacer una vida conjunta pero conservando parcelas de vida propia muy definidas.

Y, desde luego, también admiro a Rocío y a Pepe, mis hijos, por ir labrándose poco a poco un camino en un ambiente cada vez más complicado. Creo que con la mentalidad que tengo ahora no tendría

paciencia para recorrer ese camino.

¿Qué recuerdos guardas de tu niñez y qué soñabas ser de mayor?

La verdad es que los recuerdos no son mi fuerte. Admiro a las personas que se acuerdan de toda su vida. Sí tengo grabado el recorrido desde mi casa, en Paseo de la Independencia, hasta los Maristas, en la calle Cantero Cuadrado, pasando por la cuesta de San Pedro, la calle San Sebastián y la calle Montrocal; una Huelva bastante más bonita que la de ahora.  Lo que más me gustaba de todo era mirar mapas e imaginarme cómo serían esas tierras lejanas y convertirme en explorador de lugares recónditos.

¿Has cumplido los objetivos que te marcaste en la vida?

Pues enlazando con la pregunta anterior, me convertí en geógrafo y no llegué a ser un gran explorador pero no puedo quejarme de los viajes que he realizado y los lugares que he visitado. Aunque, la verdad, nunca se viaja lo suficiente.

¿A qué dedicas tu tiempo libre?

El tiempo libre que me deja la lectura, el cine, el deporte, el pasear, estar con mi familia, tomar un vermut con mis amigos, beberme una buena copa de vino y vaguear lo dedico a… trabajar. La verdad es que Dios se pasó bastante con eso de “ganarás el pan con el sudor de tu frente”.

Lo dicho Jordi, eres un auténtico crack. Me encanta tu manera de ser y de pensar, tu sentido del humor, y, desde luego echar un ratito de charla contigo, es una gozada.

Se te quiere, amigo