domingo. 08.06.2025
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Antonio Mazo: "un virus micronésimo manda al carajo cualquier planificación'

"Una situación inédita, desbordante, ni pensada de refilón. Un vuelco a la especie humana, social por naturaleza y castrada pues en su esencia. Solo piensas en no meter la pata por confianza o en no estar expuesto en demasía en el lugar y con la persona inadecuada. Porque lo diabólico de todo esto es que todos somos potencialmente contagiadores o contagiables".
Antonio Mazo: "un virus micronésimo manda al carajo cualquier planificación'

A Antonio Mazo, nuestro entrevistado en el día de hoy, le tengo un especial afecto. Lo conocí, cuando un amigo común me lo presentó para que pudiera publicar columnas de opinión en la prensa donde yo trabajaba. Hice las gestiones y lo aceptaron, lo cual fue todo un acierto. Desde ese momento empatizamos y a la semana siguiente, además, ya estaba convocado para jugar en el equipo de la prensa, pero solo duró sobre el césped unos 10 minutos, pues de lesionó y ahí acabó su aventura futbolística. Pero eso sí, entró a formar parte de La Tertulia Recreativista donde es uno de sus baluartes más importantes. Sus opiniones son muy valoradas y llenas de contenido.

Parece serio, pero tiene un sentido del humor que me encanta. Persona culta, le gusta mantener sus amistades, cariñoso, detallista, y con una impronta a la hora de analizar las cosas que deja huella. Recreativista de cuna, de los que sufre de verdad con el Decano, pues las satisfacciones son contadas, pero a Mazo le da igual. Como no podía ser de otra manera, capaz de renunciar a cualquier actividad para llevar a su hija Claudia a los entrenamientos de voley.

Profesor de inglés y jefe de estudios del instituto de Cartaya. El Rompido es su refugio, su padre Pepe fue siempre su referente y su madre todo un encanto de mujer a la que admiro.

Con Antonio, hemos estado en contacto para que nos diera su opinión sobre la situación que estamos viviendo debido a la pandemia que sufrimos en la actualidad. Él la define así:

"Una situación inédita, desbordante, ni pensada de refilón. Un vuelco a la especie humana, social por naturaleza y castrada pues en su esencia. Unas primeras semanas con el miedo pegado al salir del portal de tu casa, cárcel y refugio a la vez. Sin mascarillas entonces, con una pobre bufanda de pantalla, desafiabas al virus chino en cada supermercado para comer, en cada picaporte, en cada subida de ascensor. Ahora, con la cosa más atenuada, solo piensas en no meter la pata por confianza o en no estar expuesto en demasía en el lugar y con la persona inadecuada. Porque lo diabólico de todo esto es que todos somos potencialmente contagiadores o contagiables".

¿Cómo ha sido tu día a día en en confinamiento?

 Lo principal era no rendirse mentalmente. Marcarse un objetivo el 16 de marzo: esta mierda no acaba con nosotros. Con mis dos magníficas mujeres, Carmen, mi esposa y mi hija Claudia, nos salieron 60 días de armonía familiar. Ellas con sus ocupaciones intelectuales, todos con nuestros dispositivos digitales.  Personalmente he seguido con disciplina espartana un plan diario imitando la rutina prepandemia. Teletrabajo de nueve a dos o dos y media de la tarde. Bueno, y correos o WhatsApp de chavales a las diez de la noche, fines de semana inclusive. Mereció la pena. Cada uno hemos luchado desde nuestro trabajo por intentar mitigar la parálisis nacional. Además hubo lectura y algunas notas escritas. Sobre las cinco, hora y media de deporte, mitad planchas isométricas, mitad con unas pesas remendando medianamente el gimnasio. Llamadas al resto familia 'confiscada'. Un par de horas de buen cine clásico con las chicas y tachando otro día.

¿Antonio, crees que esta pandemia nos va a cambiar la vida?

Ojalá que pueda cambiar a la realidad que dejamos en febrero. Nunca pensé que la libertad era tan cara. Esa realidad tardará aún  algo. Y luego no cambiaremos mucho. Los buenos serán un poco más buenos porque tendremos que ayudar mucho y a tantos... Los malos como entonces mintiendo, y los egoístas igual, haciendo acopio de papel higiénico como si fueran a cagar treinta años...

¿Y en el mundo escolar qué?

En el mundo escolar ojalá septiembre nos devuelva a todos a las aulas, enmascarillados, escalonando entradas, parcelando espacios y horarios de recreo. Hidrogeles por todos lados, mucha pedagogía preventiva... Y a la lucha. Hay que volver. Tener preparados los posibles contrapiés, con protocolos tipo LFP en cada centro. Aislamiento selectivo. Si todo mejora tal como va, de aquí a septiembre, en principio no pueden encerrarse a dos millones de niños y cien mil docentes. Los papás y mamás han de trabajar también, Dios quiera. Si viene un nuevo arreón, que no creo sea una masacre igual, estar preparados ya con la experiencia de estas semanas.

¿Qué proyectos tienes de cara al futuro?

Después de esto mi proyecto es mañana. Tal vez, pasado. Un virus micronésimo manda al carajo cualquier planificación. De poderosos y humildes. El monstruo microscópico nos ha igualado. Respirar es gratis para todos y todos con un mal aire podemos irnos, además sin compañía. Mi oración por esas miles de familias desafortunadas.

¿Crees que los profesores tendréis en las aulas el mismo número de alumnos que cursos pasados?

Ya lo expliqué antes algo. Si algo malo ha de ocurrir, me da que ocurrirá con quince o con veinte alumnos en clase. No sé si podría habilitarse la grabación de las clases presenciales para aquellos que los padres voluntariamente decidan una opción telemática.  En cualquier caso, luego la corrección de trabajos y tareas y seguimiento sería tan complejo como estos meses. No le arriendo las preocupaciones a quienes hayan de tomar esta decisión. Todo pasaría por contratar más personal y organizar una logística sin precedentes. Prefiero el optimismo. Pensar que lo peor no volverá.

¿Qué has echado de menos fundamentalmente en estos meses?

Eché de menos a las abuelas, mi madre y mi tía, y al resto de mi familia, sesenta y dos días solo de teléfono. A las amistades, los niños en la plazoleta, la 'bullanga' de los bares, mis queridos alumnos de Secundaria y Formación Profesional, mis compañeros, correr en libertad por los caminos de El Rompido, al Nuevo Colombino y nuestra tertulia con la que, gracias a ti, José Luis, tantas personas y personajes conocí durante veinte años van a hacer, como un catálogo de seres humanos de toda condición y pelaje con el Recreativo de fondo.

¿Quieres añadir algo más?

Las fotos tienen su explicación. La primera es el deporte que, al principio sobre todo, fue válvula vital para escapar de esta inverosimilitud que se nos presentó. La segunda es del primer día que subí al coche con mascarilla, símbolo aún de libertad condicional. Y la última es la ventana como lugar de tantas meditaciones y tantas tristes, en las noches de aquella semana en que caían ochocientos y novecientos españoles, donde el final de esta maldición ni se vislumbraba.

Antonio, amigo Antonio, que es una gozada echar un ratito de charla contigo. Quiero ser optimista como tú, y que pronto recobremos en el mayor porcentaje posible nuestra vida sin cortapisas.