Cuando fue incluido en el Grupo IV de la Segunda División B, casi todos los expertos señalaron al Córdoba CF como el máximo favorito a suceder al Recreativo de Huelva en su condición de campeón. No era para menos. Por historia, masa social, potencial deportivo y la ayuda económica de LaLiga, el conjunto cordobesista se perfilaba como el 'coco' de la competición. Pero los líos internos han dinamitado los pronósticos.

Cumplido el primer cuarto de temporada, el Córdoba está a cuatro puntos del 'play-off' y a ocho del primer puesto. Y ya ha gastado la bala del cambio de entrenador. Y el club va de lío en lío. Esta mañana, sin ir más lejos, varias dotaciones de la Guardia Civil se han presentado en las oficinas del estadio Arcángel y en el domicilio del presidente Jesús León, en una operación abierta por presuntos delitos societarios.

Dos nóminas

El club califal está atrapado en varios procesos judiciales que incluyen la disputa por la propiedad del paquete accionarial de Carlos González, el anterior dueño, hasta querellas por posibles delitos de administración desleal y apropiación indebida. Y esta semana, la plantilla ha realizado una protesta pública por las dos nóminas que les debe la entidad a estas alturas de campaña.