Los trabajadores del Banco Santander se concentran para denunciar "jornadas laborales de 11 horas"

En la concentración han repartido cuartillas en las que informan que no les pagan las horas extras, que superan "el máximo legal permitido".
Los trabajadores y trabajadoras del Banco Santander se han concentrado hoy frente a la sucursal del Banco Santander en la calle Concepción de la capital onubense para denunciar “el clima laboral tóxico que está generando la entidad, así como los riesgos psicosociales y para la salud laboral de los trabajadores y trabajadoras que está suponiendo las imposiciones que el Banco está realizando a su plantilla”, ha explicado el secretario general de Comfia Huelva, Juan Carlos Liébana.
En este sentido, Liébana ha explicado que la entidad financiera “ha impuesto jornadas laborales interminables, de 11 y 12 horas, con el consecuente impacto en la salud laboral, además del fraude que supone a la Seguridad Social y la nula creación de empleo”.
En este sentido, el sindicalista ha denunciado “la carencia de personal, que unida a una tecnología obsoleta, que se traduce en una atención deficiente a los clientes, así como un aumento de las reclamaciones y escenas de tensión en toda la red de oficinas”. Más allá, Liébana ha trasladado las denuncias de los trabajadores y trabajadoras por “las amenazas y faltas de respeto de algunos superiores, que demuestran su carencia de recursos para dirigir equipos con estas actitudes que no hacen más que crear un clima que poco ayuda a lograr los inalcanzables objetivos que plantea la entidad”.
En este sentido, los trabajadores del Santander han querido denunciar igualmente “la caterva de despachos, reuniones, multiconferencias, partes, call-center, cursos, talleres y acciones sistemáticas fuera de la jornada laboral que se justifican con cualquier argumento, interfiriendo en el trabajo comercial e impidiendo la consecución de objetivos”. A esto, se añade el establecimiento de “un sistema de evaluación del desempeño totalmente injusto y opaco, así como el establecimiento de un cuadro de vacaciones cuya aprobación siempre es tardía y está supeditada al criterio subjetivo de los superiores”.
Finalmente, el sindicato ha denunciado la “hipocresía de la entidad, que suscribe documentos públicos de racionalización de horarios, así como reconocimientos en materia de género e igualdad, cuando la realidad cotidiana es que se maltrata, se desprecia y se castiga a las personas que optan por la conciliación de su vida personal y laboral”.