Huelva viaja a Ceuta para homenajear a las víctimas del Tarajal

Una amplia delegación onubense participa en los actos de la IV Marcha por la Dignidad llamados por Asisti y Asnuci
Es sábado. Son las 5:00 de la mañana y un autobús parte de Lepe con unas 20 personas. Es la primera de una serie de paradas por la provincia de Huelva donde irán subiendo otras hasta completar todas las plazas. Se inicia un agotador viaje de ida y vuelta a Ceuta para participar en los actos de la IV Marcha por la Dignidad. un homenaje a las 15 personas que murieron ahogadas el 6 de febrero de 2014 en la aguas de la playa del Tarajal.
El objetivo de este viaje, que tuvo lugar este sábado, fue denunciar "la impunidad de lo que acontece en nuestro propio muro de la vergüenza, en nuestra frontera sur", destacan desde las asociaciones onubenses que organizaron el viaje, Asisti Cuenca Minera, de Minas de Riotinto, y Asociación de Nuevos ciudadanos por la Interculturalidad (Asnuci), con sede en Lepe, que está integrada por más de 500 personas, la inmensa mayoría procedentes del África subsahariana, Malí, Guinea, Senegal, Costa de Marfil o Camerún, como las víctimas del desgraciado suceso del Tarajal, y con unas experiencias vitales para llegar a Europa muy similares.
Entre los viajeros de Lepe están Lamine, Rita, Oussmane, Absy, Bangaly, Abdoulaye, Lasana, Makan, Macire, Sidy, Joseph y Haya. Todos ellos han hecho un gran esfuerzo, sobre todo emocional, para viajar a Ceuta. Para estas personas migrantes, que contribuyen con su trabajo a sacar adelante nuestra provincia, que nos enriquecen con su diversidad cultural, hacer esta marcha en dirección contraria a la que realizaron hace unos años es una dura prueba. Supone acercarse a la frontera que no hace tanto ellas consiguieron traspasar en busca de una vida mejor. Esos sentimientos contradictorios nos los trasmiten mientras cruzamos en barco el estrecho hacia su querida África, no sin cierto temor y sensación de inseguridad.
Este sábado había en Ceuta personas de todas las partes de España, de las ocho provincias andaluzas. "Pero queremos destacar el esfuerzo de estos vecinos de Lepe porque fueron los poquísimos de origen subsahariano no residentes en Ceuta que se atrevieron a acercarse a la frontera", destacan desde la asociación.
El autobús onubense partió además con su maletero repleto de ayuda humanitaria (ropa de abrigo, zapatos, mantas y alimentos) para las personas que se esconden en el lado marroquí malviviendo, buscando la oportunidad de alcanzar su ansiada Europa. Durante las últimas semanas Asisti ha ido recogiendo en distintos pueblos de la provincia de Huelva el material que será entregado en breve en los campamentos de inmigrantes, con la colaboración de ONGs que trabajan en las ciudades autónomas y en Marruecos.
La jornada en Ceuta se inició con una emocionante mesa redonda en el Ayuntamiento, en una sala repleta con más de 300 asistentes. El camerunés Sani relató su experiencia al entrar nadando en Ceuta en 2011. En un perfecto castellano contó los maltratos de la policía marroquí y los recibimientos con pelotas de goma en España. Se sintió tratado como un delincuente cuando su único deseo era venir a estudiar a Europa. Incluso contando con recursos para hacerlo de forma segura, se lo impedía una política migratoria que discrimina en función del país de procedencia. Actualmente estudia en la universidad de Córdoba. Su intervención terminó con un larguísimo aplauso coreado con un “¡Abajo las vallas de las fronteras!”.
Después hablaron los abogados Patricia Fernández Vicens, de Coordinadora de Barrios (Madrid), y Adrián García Berrio, de Iridia Centro para la Defensa de los Derechos Humanos (Barcelona). Estas organizaciones han ejercido la acusación particular en el caso Tarajal y han conseguido que se reabra en la Audiencia de Cádiz, para investigar las responsabilidades directas y del Gobierno de España en los acontecimientos del 6 de febrero de 2014. En ese momento era director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa. Esa aciaga noche varios guardias civiles dispararon con pelotas de goma contra las personas que intentaban cruzar a nado la frontera con improvisados flotadores. La mayoría de ellas no sabían nadar y murieron ahogadas presas del pánico. Las fronteras de Ceuta y Melilla están dotadas, ya en 2014, de cámaras que graban todo lo que ocurre en su perímetro, así que existen pruebas suficientes para comprobar lo sucedido aquella noche. De los 15 fallecidos sólo pudieron ser identificados cuatro cuerpos. Familiares del resto han solicitado al Gobierno de España venir para aportar pruebas de ADN. Pero éste ha denegado los permisos alegando carecer de motivos suficientes. Sus cuerpos si identificar yacen enterrados mayoritariamente en el país marroquí, ya que fueron devueltos también “en caliente”, qué ironía, a pesar de estar en aguas españolas.
A las cuatro de la tarde se inició la marcha para recorrer los poco más de tres kilómetros que separan la Plaza de África, en el centro de la ciudad, hasta la playa del Tarajal, junto a la frontera. Estaba encabezada por una pancarta en la que se leía Derechos humanos para todos. No más muertes en las fronteras, que portaban jóvenes, algunos incluso niños, que habían cruzado la frontera de una forma muy similar a sus compatriotas muertos. Les seguían más de 600 personas. Durante el recorrido se corearon las frases “Ninguna persona es ilegal”, “abajo las vallas de las fronteras”, “no fueron accidentes, son asesinatos”, “¡no a la impunidad!”, “queremos un mundo sin fronteras”.
La llegada a la alambrada con las concertinas, flanqueada por miembros de la policía, fue especialmente emotiva, con los ánimos encendidos a medida que nos aproximábamos al lugar de la tragedia. Allí los coros se tornaron en “Esta valla es ilegal” y sobre todo el grito unánime “¡Vergüenza!”. Terminó el acto con la lectura de dos textos, una canción y un intento de lanzar unos globos blancos con velas en memoria de los fallecidos, un bonito homenaje que el viento no dejó culminar con éxito.
En esta intensa jornada reivindicativa y de hermanamiento entre culturas salió a relucir la "hipocresía" del caso español. "No podemos estar criticando a Trump por su pretendido muro en México si en España tenemos desde hace años construido nuestro propio muro de la vergüenza en la frontera sur, en Ceuta y Melilla, un muro a base de concertinas que cortan, lesionan y mutilan a seres humanos, un muro de ilegalidades, con devoluciones en caliente cada día, un muro de políticas migratorias indignas, que incumplen tratados internacionales, un muro de desmemoria, olvidando que hemos sido y volvemos a ser un país de emigrantes, para buscar el futuro que nos niega nuestra tierra, para huir, no hace tanto tiempo, de la guerra y de la persecución política", destacan.
"La migración es un proceso natural y lógico de la humanidad. Migrantes somos los españoles, los europeos, son Trump y su familia, son la gran mayoría de los habitantes de Estado Unidos. La migración es afortunadamente una constante en todo el planeta, que ha contribuido al intercambio y a al enriquecimiento de las culturas a lo largo de la historia", subrayas desde las asociaciones, al tiempo que indican que "en Ceuta hemos pedido justicia para unas personas que nunca debieron morir en nuestras playas, y justicia para los seres humanos que buscan una vida con dignidad. A algunos de ellos les llevamos un poco de ayuda humanitaria para hacerles más llevadera la espera de su oportunidad. En Ceuta estuvimos el sábado gente de Huelva sumando nuestras voces, y así poder contarlo a quienes no han podido acompañarnos. Porque muchas de las personas que cruzan de esa forma tan peligrosa e indigna nuestras fronteras vienen a nuestros campos a trabajar y a generar riqueza", añaden.
"¡Justicia para las personas muertas en el Tarajal! ¡Ninguna persona es ilegal!", concluyen desde Asisti y Asnuci.