viernes. 19.04.2024
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Elías Rodríguez se confirma como el Da Vinci onubense

Tras consagrarse en el mundo de la imaginería y la escultura, el mundo del arte vuelve a rendirse al polímata onubense en su última faceta artística: la pintura, donde el genio rocianero ha dejado su impronta en una constelación de lienzos que llevan los trazos de su maestría.
Elías Rodríguez se confirma como el Da Vinci onubense

Tras consagrarse en el mundo de la imaginería y la escultura, el mundo del arte vuelve a rendirse al Da Vinci onubense en su última faceta artística: la pintura, en la que Elías Rodríguez ha vuelto a dejar su impronta en una constelación de lienzos en los que firma con brillantez su maestría, revelando un instinto creativo que nunca se ve encorsetado por el formato ni constreñido por la vertiente artística utilizada como herramienta de expresión. 

    El escultor e imaginero sigue cincelando el barro y la madera con la que logró la merecida fama que atesora en España y fuera de nuestras fronteras. No obstante, no muestra miedo alguno a poner su prestigio en juego en otras ramas artísticas que siguen logrando por igual la admiración de crítica y el público.

     Viendo su múltiples facetas artística podemos compararle con el polímata del renacimiento. ¿Con qué nueva faceta piensa sorprendernos en el futuro? 

     Siempre he necesitado investigar en algún campo paralelo que me haga desconectar de los compromisos profesionales. He buscado dar rienda suelta, en la medida de lo posible, a mis inquietudes artísticas, independientemente del volumen de encargos que llevase. Para mi desahogo emocional busco el tiempo donde pueda. En este caso, llevo trabajando aproximadamente un año en 10 guitarras flamencas que estoy construyendo.  Es un disfrute poder crear mi propia tapa armónica y aportar mis criterios tras estudiar a los mejores constructores, desde Antonio de Torres, (el padre de la guitarra española) hasta hoy. Indudablemente, la estética la estoy llevando a mi terreno artístico para que no sea una guitarra convencional.

     Este impás de la pandemia le ha servido para volcarse en la pintura. Seguirá dando rienda suelta a esta vertiente artística ahora que paulatinamente se van restablecido la demanda de trabajos escultóricos.  

     La pintura ha estado siempre en mí desde mis comienzos. Ninguna situación me ha obligado a controlar mis impulsos, llámese “pandemia covid” o cumplir los contratos profesionales.  He buscado las formas necesarias para hacer lo que siempre me haya apetecido. Es lo que tiene ser pasional, que te la juegas a cara o cruz, a cambio de encontrar la efímera satisfacción.

    

Su último trabajo que ha visto la luz para una cofradía fue un misterio para la Hermandad de la Borriquita de Valverde del Camino en 2020. ¿Cuándo volverá el sector de la imaginería a recobrar el volumen de trabajo de la prepandemia?   

      La imaginería siempre ha estado ligada a mi trayectoria profesional, y confío en que así continúe siendo. Es evidente que en los tiempos que corren la pandemia le ha visto afectado ha afectado muy duramente y esperemos qué, poco a poco, vaya recuperándose, aunque van a tener que pasar años para ello.

     ¿Tiene la imaginería el reconocimiento que merece por parte del mundo del arte?

     Sin duda. Tiene ese reconocimiento popular, pero gran parte cimentada en esa “fe ciega”, que se alimenta del folclore, postureo, y los ‘agarravara’ carentes de sensibilidad. Veo al imaginero como la gallina de los huevos de oro, que, tras poner el huevo, la despluman, abandonan y la llevan al matadero. Total, siempre habrá un nuevo polluelo que se dejará llevar.

     ¿Cree que la imaginería está evolucionando del barroco clásico hacia imágenes hiperrealistas?

     No puedo calificar como evolución el pasar del barroco al hiperrealismo. Más bien lo veo como una solución absurda cuando se carece o no se encuentra un estilo personal, que te haga destacar entre tantas grandes obras de la Historia del Arte. La imaginería religiosa es una rama de la escultura lo suficientemente importante como para que se quiera hacer creer que una imagen de cera con injertos de pelos, como los del museo de cera que encontramos en el Madame Tussauds de Londres, pueda estar al culto de una copia de mi vecino o hermana… como sí de cuerpos embalsamados se tratasen.  Respeto al que quiera hacerlo, pero no lo comparto.  Prefiero las pinceladas de Velázquez en la mano de su auto retrato de las Meninas, que las “impresoras humanas” sobre lienzo. Para eso se fabricaron las máquinas que inyectan tinta y “milagrosamente” proyectan sobre cualquier zona. Es absurdo que el arte se use para confundir al espectador sobre la naturaleza de su ejecución, queriendo esconder la huella imperfecta de la mano humana.

     Por qué cree que los jóvenes de nuestro tiempo no se ven seducidos por la Semana Santa, no desde un punto de vista religioso sino desde una óptica artística?

     Es más fácil que las masas se sientan más atraídas por el coloreado folclore de ambiente festivo, sea Semana Santa, Romerías, etc.  El que se sientan atraídos por el lado artístico dependerá más del grado de intelectualidad de cada uno, lo mismo que del grado de espiritualidad en lo religioso. Luego está la “vista larga del todo vale” en lo artístico, por parte de las hermandades y consentido por el Obispado, convirtiéndose en “la pescadilla que se muerde la cola”.

     ¿Como artista todo el mundo te conoce como Elías Rodríguez, por que en su rama pictórica ha decidido firmar sus obras como Picón?

     Hay una gran parte que me conocen por mi segundo apellido e incluso me identifican como Elías Picón.  He decidido firmar con Picón por ser más abreviado, directo o más pegadizo. 

     Hace años nos sorprendió con sus ‘composiciones’ fotográficas. ¿Tiene pensado regresar  a ellas?

     Las escenografías fotográficas siempre las tengo en mente, y recurro a ellas a la hora de crear una maqueta o una escena pictórica. Me dejo influenciar la mayoría de las veces por impulsos creativos y, cuando me atrae algo, voy a por ello sí o sí.

    

En Huelva ha firmado las esculturas más visitadas, la virgen del Rocío, la Inmaculada Concepción, Juan Ramón Jiménez o el fundador del Real Club Recreativo de Huelva, el Colón. ¿De cuál de estos monumentos se siente más satisfecho?

     Satisfecho no me encuentro jamás de ninguna de mis obras…  Siempre las veo llenas de eternos defectos y jamás quiero sentirme satisfecho de ninguna para poder mejorar la próxima vez.  Considero que los artistas hemos venido al mundo para sufrir la evolución creativa, y que sea el espectador el que la disfrute. 

     ¿Cómo ve su evolución artística desde sus comienzos?

     La evolución de mi trayectoria es algo que me sorprende mucho analizar de vez en cuando. Me resulta muy curioso observarme a mí mismo; escrutar los resultados de mis obras según los momentos personales y profesionales que he vivido.  Las obras más profundas o expresivas son aquellas que mejor se manifiestan y, a la vez, ocultan mis altibajos emocionales llenos de “latigazos con desgarros”, y ellas son mis “cicatrices”.

     ¿Qué trabajos le ocupan actualmente ?

     Estoy trabajando en varios proyectos escultóricos y pictóricos, que confió en que pronto vean la luz.