viernes. 29.03.2024
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La oferta de comida para llevar se duplica tras la pandemia

La comida a domicilio, que se inició como un recurso de subsistencia empresarial, se consolida como una segunda fuente de ingresos para bares y restaurantes, multiplicando hoy día la oferta en la provincia de Huelva.
La oferta de comida para llevar se duplica tras la pandemia

    Con el cierre perimetral y las restricciones a la hostelería, la comida a domicilio se erigió en el salvoconducto que encontraron miles de empresarios para subsistir. La única opción para generar ingresos y soportar los gastos e impuestos inherentes a la actividad económica. Sin embargo, una vez campeado el temporal, una importante parte de los negocios han continuado ofreciendo estos servicios con objeto de fidelizar a su clientela, dejando en una difícil tesitura a los establecimientos que, tradicionalmente, tenían a la comida a domicilio como su principal fuente de ingresos.

La oferta, hoy día, se encuentra atomizada, aun cuando la demanda ha vuelto a los niveles anteriores a la pandemia.

    La consultora NPD publicó hace meses un estudio en el que cifraba en 1.770 millones de euros el volumen de la facturación de la comida a domicilio en España. Era el tiempo en el que la hostelería se desangraba con pérdidas de 16.000 millones de euros en ingresos (un 42%). Las cifras en España y en Huelva en particular han regresado a los valores anteriores al estallido de la pandemia, si bien los hosteleros encuestado afirman que en torno a un 20% de los negocios han continuado ofreciendo comida para llevar.  

     Muchos empresarios destacan que la decisión de vender y servir a domicilio no fue una decisión estratégica sino un modo de supervivencia para poder ingresar algo y amortiguar las tremendas perdidas que el COVID estaba acarreando a sus negocios. Había que buscar fórmulas novedosas para afrontar el pago del alquiler, el alta de autónomo y seguros sociales de los trabajadores que de forma inexorable llegan mes a mes. Así lo vivieron los municipios especialmente azotados por los cierres perimetrales como Almonte, Cartaya o Rociana, donde la mayor parte de los bares comenzaron a ofrecer comida para llevar e incluso muchos de ellos se decidieron prestas servicio a domicilio. 

    Sin las restricciones, este modelo de negocio ha continuado aunque sin el servicio a domicilio. Los mayores perjudicados de esta atomización de la oferta han sido los establecimientos que, con anterioridad a la pandemia, ya ofrecían estos servicios. En este sentido, pizzerías, Kebaq y bares que servían a domicilio no sólo han visto como las restricciones a la movilidad hacían caer la presencia en el local y, en consecuencia su facturación, sino que, de forma paralela, han tenido que lidiar con una atomización de la oferta que les hace mitigar su facturación y reducir significativamente una de sus fuentes de ingresos naturales. 

Aun así, la presencia física en los establecimientos ha vuelto a la normalidad.