sábado. 20.04.2024
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Galaroza en la exposición religiosa sobre el arte eucarístico de 2004

La localidad cachonera aportó cinco obras a la muestra ‘Ave verum Corpus’.
Galaroza en la exposición religiosa sobre el arte eucarístico de 2004

El patrimonio de Galaroza relacionado con la religión siempre ha destacado por su calidad e importancia. Tanto en lo que suponen sus bienes muebles, como la parroquia de la Purísima Concepción, las ermitas del Carmen y Santa Brígida o las iglesias de Navahermosa y Las Chinas, como en la parcela de sus bienes muebles, Galaroza ha relucido entre el conjunto de localidades onubenses. 

Por ello, no es de extrañar que tuviera una relevante presencia en la exposición ‘Ave verum Corpus’, ‘Cristo Eucaristía en el arte onubense’, que se desarrolló 2004 con motivo del cincuentenario de la creación de la Diócesis de Huelva. La muestra, dedicada a exaltar la figura de Cristo y su papel en los ritos sacramentales, se mantuvo abierta del 7 de octubre de 2004 al 7 de enero de 2005 en el Museo Provincial, gracias a la colaboración de instituciones públicas y privadas como la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía, el Gabinete Pedagógico de Bellas Artes, la Diputación Provincial de Huelva, el propio Museo o Cajasur, que aportó el principal patrocinio para la publicación de un completo catálogo. Por parte diocesana participaron el Obispado, el Cabildo Catedral, el Museo Diocesano, entre otras entidades, así como numerosas parroquias y hermandades de la provincia. 

Los organizadores escogieron piezas representativas de diversas artes religiosas y los objetos que aportó Galaroza fueron significativos, sobre todo a nivel cualitativo.  Tanto en el apartado textil, como en la imaginería y en la orfebrería, los bienes del arte sacro cachonero fueron analizados y valorados por parte de expertos consagrados en el estudio del patrimonio religioso. 

Los investigadores que participaron en la descripción de los objetos representativos de Galaroza fueron Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez y Juan Bautista Quintero Cartes. Los textos son elocuentes respecto a la relevancia de los bienes expuestos. Así, en relación al Cristo de la Humildad y Paciencia que se conserva en la parroquia, se data en torno a 1770-1800, tratándose de una escultura en madera policromada de un metro de altura que está ubicado en un retablo barroco, de estípites, de la segunda mitad del Setecientos. 

En el apartado de los enseres textiles se aportaron dos prendas de gran importancia. Una dalmática de finales del siglo XVI, de terciopelo rojo con bordado en oro y sedas, que tiene forma de cruz; es la vestimenta propia de los diáconos y pertenece al llamado terno de Arias Montano, por considerarse que fue un regalo del humanista frexnense a la parroquia cachonera.  Destaca el terciopelo carmesí, las guarniciones bordadas en oro y los faldones de la parte inferior, que presentan una teoría renacentista basada en la naturaleza. 

Y, sobre todo, la casulla de 1570-1590 procedente de la parroquia, una  prenda lisa, que en su anverso presenta encasamentos en los que aparecen San Pablo y Santiago el Mayor enmarcados por las hornacinas. Mientras que en el reverso, los espacios principales son ocupados por la Virgen con el Niño, San Pedro y San Juan Evangelista. El texto referente a esta casulla incluye una referencia a su donación por parte de Arias Montano, tal como recoge la obra de Amador de los Ríos ‘Catálogo de los Monumentos Históricos y Artísticos de la Provincia de Huelva’ en 1909. La cita exacta del texto es que las prendas formarían “un terno bordado de imaginería en sedas de colores y adornos de oro, el cual fue donado a la citada iglesia por Arias Montano, probablemente después del año 1579 en que asistió al Santo Concilio de Trento”. Se aporta el importante dato de que para la parroquia de Galaroza trabajaron buenos artífices del bordado en la segunda mitad del siglo XVI, como Antonio  de Arce, que en asociación con Juan de la Barrera, bordó una manga de cruz en 1576.

Finalmente, también las joyas pertenecientes a la parroquia cachonera formaron parte de la exposición. Se mostró el Portapaz de la Resurrección, de 1580, de bronce fundido, dorado y cincelado, así como un portaviático de 1780-1800, con forma de corazón, que es atribuido por varios expertos a José Guzmán, perteneciente a una saga de orfebres sevillanos. Se comenta también en el texto que la parroquia cachonera guarda otra representación del Corazón de Jesús, cornado de espinas, en la imagen del Niño de la Divina Pastora, obra de Cristóbal Ramos.  

Esta presencia de Galaroza en la histórica muestra reivindicaba una vez más la importancia del arte sacro cachonero, a pesar de los deterioros y las pérdidas acaecidas a lo largo del tiempo, especialmente las relacionadas con los disturbios de 1936, en que se destruyeron numerosas obras de arte.