lunes. 29.04.2024
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Manolo Banda: "El onubense es afable, pero conformista y poco reivindicativo"

Aunque profesionalmente siempre ha estado ligado al mundo de la banca, ejerciendo en la Caja Provincial de Ahorros de Huelva y posteriormente la Fundación El Monte, lo que le mueve a este onubense de pro es el mundo de las artes y, en concreto, la pintura.
Manolo Banda: "El onubense es afable, pero conformista y poco reivindicativo"

Sin lugar a dudas es toda una gozada echar un rato de tertulia con uno de los mejores amigos que tengo en Huelva. Me refiero a Manolo Banda, con quien he vivido momentos inolvidables que guardo con un gran cariño

Manolo Banda nació en Huelva en octubre de 1950. En 1973 inicia su vida laboral en la Caja Provincial de Ahorros de Huelva. En el 2007 termina su etapa laboral dirigiendo en Huelva la Fundación El

Monte, Entidad resultante de la fusión de las Cajas de Ahorros de Huelva y Sevilla.

Está casado con Mary, todo un encanto de mujer y es padre de dos hijos Juanma y Maruchi, a los que quiero un montonazo. Sus pasiones son la familia, la pintura y la conservación y disfrute de la naturaleza.

Nuestro invitado de hoy es una persona risueña, cordial, servicial, fiable, con alto sentido de la amistad, empático, buen conversador, y con quien me lo paso de lujo cada vez que coincidimos. En definitiva, eso que por aquí llamamos muy "güenagente"

Cuando le propongo esta entrevista, no lo duda, acepta a pesar que no es fácil convencerlo y este es el resultado:

P. - ¿Qué opinión tienes de la situación que estamos viviendo?

R. - Son momentos difíciles y delicados para una desorientada humanidad que  sufre los envites de una pandemia generada, en gran parte por su propio estilo de vida, derrochando bienes y recursos naturales que nuestro estresado planeta es incapaz de regenerar. La globalización descontrolada, fruto de lo que hoy llamamos progreso, también tiene su parte de culpa.

P. - ¿Crees que durará mucho esta pesadilla de pandemia?

R. - No soy experto en pandemias ni visionario, supongo que todo depende del cumplimiento de las campañas de vacunación y de la efectividad de las mismas; de la capacidad de aguante de los incomprendidos y sufridos sanitarios, que no se alimentan solo de aplausos; de que los políticos entonen un Fuenteovejuna y de que la sociedad civil aprenda de sus propios errores y practique la solidaridad y disciplina democráticas.

P. - ¿Cómo crees que cambiará la vida después de la pandemia?

R. - Independientemente de catástrofes y pandemias, la evolución natural de las generaciones requiere cambios cíclicos. Si como decía anteriormente, estos desastres pueden estar relacionados con nuestra forma de vida, cuando todo termine si no reflexionamos y corregimos conductas, es que no hemos aprendido nada y volveremos al bucle del desastre pero ampliado. No hay que temer a los cambios, tenemos que acabar con las rutinas conservadoras e inmovilistas que aburren, limitando nuestra creatividad.

R. ¿Has pasado miedo en algún momento?

R. - Miedo nunca, prudencia y sentido común siempre. A principios de marzo de 2020, estuvimos en Madrid visitando ARCO, la Feria de Arte Contemporáneo. Nuestro regreso a Huelva coincidió con la

información alarmante del auge del virus en Madrid y por prudencia y solidaridad, decidimos recluirnos voluntariamente en casa antes de decretarse el estado de alarma. La reclusión para un pintor es más llevadera.

P. - ¿Cómo valoras la actuación de los políticos en general durante el tiempo 

que llevamos de pandemia?

R. - Gestionar una crisis de estas dimensiones requiere un Gobierno fuerte, apoyado por una oposición exigente y responsable. En momentos tan críticos, donde las personas mueren a diario y la economía

desagua por el sumidero, son necesarios auténticos hombres de estado que aparquen sus intereses partidistas y busquen la unión y el consenso en favor de una ciudadanía desorientada y atemorizada.

Dicho esto, que cada cual valore objetivamente las actuaciones políticas y les ponga notas. Seguro que habrá para todo.

P. - ¿Qué significa Huelva para ti?

R. - Huelva es el lugar donde nací y vivo. Aunque emocionalmente le tengo gran cariño, huyo de la autocomplacencia y de los fanatismos estériles. El onubense es afable y hospitalario, pero muy conformista y poco reivindicativo. Históricamente vemos como nuestros gestores municipales se imitan compitiendo en actuaciones populistas banales, en detrimento de lo que realmente hace ciudad, que son las políticas encaminadas a lograr una ciudad atractiva para la inversión creadora de empleo, las políticas sociales y de infraestructuras. Sin una contundente reprobación ciudadana.

P. - ¿Qué necesita la provincia de Huelva para despegar de una vez?

R. - Huelva es una provincia con grandes recursos naturales y productivos, pero necesita que sus habitantes se lo crean y los exploten sin complejos. Para ello es necesario dejar de mirarnos el ombligo, soltar complejos que incapacitan, no culpar a terceros de nuestras carencias, elegir inteligentemente a los administradores públicos y creer firmemente en nuestras potencialidades y recursos que son muchos y variados. Tenemos que reivindicar proyectos viables y sostenibles, acordes con nuestros recursos y dimensionados a nuestras reales necesidades. Lo utópico conduce a la quimera y facilita argumentos simplistas para justificar su denegación.

P. - ¿Qué recuerdos guardas de tu etapa en el mundo de la banca y si te 

sentiste realizado?

R. - Nunca trabajé para un banco, cuando las cajas se convirtieron en bancos yo ya no estaba allí. Pertenecí laboralmente a una Caja de Ahorros que, aunque eran entidades financieras, tenían sus matices diferenciadores con los bancos. Estaban mucho más apegadas al territorio. Según los gurús del momento, la convergencia con Europa requería coger dimensión, obligando a las Cajas a emprender una alocada carrera de fusiones. Personalmente me vino bien. Las prejubilaciones facilitó mi desvinculación y dedicarme en cuerpo y alma a mi gran pasión: la Pintura.

Conservo un bagaje muy rico y positivo. Nostalgia ninguna.

P. - ¿Qué significa para ti la pintura y cuáles son tus proyectos?

La pintura es parte fundamental de mi esencia, hace que me sienta soñador, creativo, apasionado y vitalista. Cuando tu pasión la tienes que compartir con un trabajo ajeno a la misma, tienes que renunciar a proyectos para los que te sientes capacitado pero inviables por falta de tiempo. Cuando el trabajo desaparece explosionas y afloran los proyectos acumulados. Mi último trabajo ha sido “La Mina Emocional”, una monografía sobre el sector minero.

En breve verá la luz un nuevo proyecto sobre cuevas y grutas como homenaje al monumento natural más importante de nuestra provincia: La Gruta de las Maravillas, en la ciudad de Aracena.

P. - ¿Por qué tardas tanto en exponer tu obra pictórica?

R. - Cuando me involucro en un nuevo proyecto expositivo, en lo último que pienso es en la estética decorativa dominante o en situar la obra en el mercado. Me dejo llevar por los sentimientos y emociones que me transmiten los recursos naturales y el patrimonio del entorno, generando una creación artística monográfica que los ponga en valor, manteniendo un discurso propio, congruente, didáctico y divulgativo. Esto requiere un considerable trabajo de campo, pintar en el estudio y recopilar documentación que aporte al conocimiento. Todo ello necesita un tiempo que imposibilita las exposiciones a corto plazo.

Manolo, como bien sabes, me lo paso en grande estando de cháchara contigo y sé que en breve vas a exponer en Islantilla. Avísame