viernes. 26.04.2024
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La Sierra se vuelve de color amarillo por el efecto de las ‘candilejas’

Las flores del castaño en la Sierra de Huelva aportan en junio un espectáculo cromático.
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La Sierra se vuelve de color amarillo por el efecto de las ‘candilejas’

Los visitantes que en esta época del año se acerquen al Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche se pueden ver sorprendidos por un nuevo fenómeno natural que llega en estos días. Algunos no comprenderán las manchas de color amarillo que tiñen muchas zonas de arboleda y numerosos cerros serranos.

Especialmente en el espacio que va desde Aracena hasta Cortegana, tanto al nivel de la carretera nacional como en los campos colindantes, el amarillo comparte protagonismo con el verde habitual. Si estuviésemos en octubre, se achacaría al cambio cromático de los chopos, que cubren los alrededores de los cursos de agua y las zonas húmedas.

Pero, ¿a qué se debe en junio?, se preguntan los senderistas. La respuesta está en el castaño y su especial floración. Estos árboles despliegan sus flores, tiñendo de un color amarillo algunos de los parajes más significativos de la zona, especialmente en su parte central, en lugares como Galaroza, Fuenteheridos o La Nava.

De modo que, tras haber sorprendido el mes pasado con la especial nevada que produce el espelechado de los chopos y sus vilanos, en este mes de junio se puede disfrutar de otro efecto colorista provocado por el medio ambiente serrano. El período de floración del castaño abarca los meses de junio y julio, aunque hay partes del Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche en que se produce más tardíamente.

Las flores o amentos de estos imponentes árboles se denominan con la expresión latina ‘candela’, y ofrecen estos días un espectacular aspecto. El castaño es una especie monoica, lo que significa que las flores masculinas y femeninas aparecen en el mismo árbol, y es en esta época del año donde se decide en buena parte el resultado de la próxima cosecha de castañas y de miel, en la ansiada ‘otoñá.

La ‘candela’ o ‘candileja’ es hermafrodita. El amento es la flor masculina, esa espiga amarilla, erecta y con agrupación discontinua de flores. La flor femenina se sitúa en su base, protegida por lo que con el tiempo será el erizo que envuelva a la castaña.

Según algunos expertos, las flores masculinas maduran una o dos semanas antes que las femeninas, con diferencias entre la parte más visible alargada y cargada de pólenes que es la flor masculina, estando en la base la flor femenina que será la que conforme el fruto final. Las flores femeninas están revestidas por una cúpula exterior verde, que con el transcurrir el tiempo se transformará en una capa cubierta exteriormente de espinas, como un erizo; cuando se abren los erizos, el árbol ofrecerá su espléndido fruto, las castañas serranas apreciadas en medio mundo.

La fecundación se produce gracias a los insectos, particularmente las abejas, y también por el efecto del viento. Las flores son de especial interés para la apicultura, ya que proporcionan a las abejas una gran cantidad de néctar y polen.

En definitiva, en estos días, el castañar serrano nos ofrece otra vertiente positiva. A sus exquisitos frutos y su excelente madera, los castaños añaden a la Sierra disfrute turístico y deportivo, explotación sostenible, terreno para la cría de ganado y búsqueda de setas, además de esta gama cromática que en junio se vuelve amarilla por efecto de las ‘candilejas’, que alfombrarán buena parte de los senderos serranos en las próximas semanas.