sábado. 27.04.2024
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El adiós de la cúpula albiazul ratifica el fracaso del proyecto del Ayuntamiento en el Recre

Tras el éxito de la expropiación, el Consistorio ha sido incapaz de proporcionar una estabilidad institucional y económica al Recre, que además se ha despeñado por el abismo de la peor situación deportiva de su historia.
El adiós de la cúpula albiazul ratifica el fracaso del proyecto del Ayuntamiento en el Recre

La dimisión de Manolo Zambrano y el cese en bloque del Consejo de Administración -aunque Carlos Hita, Francisco Martínez-Ayllón y Paco Muñoz estarán en la nueva directiva- es la expresión palpable del fracaso del proyecto del Ayuntamiento de Huelva para el Recreativo. Un fiasco de tal magnitud que, salvo milagro deportivo, va a terminar con el Decano compitiendo en la quinta división del fútbol español.

Es obligado destacar que la expropiación, además de ser justa y necesaria, fue un éxito. Salvo que los tribunales indiquen lo contrario. Pero todo lo que vino después, ha fallado. Y no sólo en lo deportivo. Basta ver cómo al día de la fecha, cinco años y 15,2 millones de euros más tarde, el club sigue sin encontrar la estabilidad institucional y continúa dependiendo del dinero público para subsistir.

El modelo de gestión

Más que en la elección de las personas, el Consistorio equivocó las prioridades y el modelo de gestión. En ambos casos, la improvisación y la tardía toma de decisiones fueron ley. Los políticos destinaron el grueso de los 15,2 millones de euros invertidos en el Recre, al pago de las deudas más urgentes, buena parte de ellas generadas por la apuesta municipal por prestamistas como Eurosamop y Krypteia Capital.

El Gobierno Municipal relegó lo deportivo a un segundo plano, obligando al Decano a competir con un objetivo declarado -el ascenso- que nunca se correspondió con el verdadero poderío económico del club. Más cuando los impagos a los futbolistas han sido la norma durante los cinco últimos años. La resultante, el Recreativo ha jugado varias temporadas con el fuego del descenso y al final se ha quemado.

Guerra civil en el Nuevo Colombino

La excepción a la regla fue la campaña en la que el Recreativo se proclamó campeón de grupo -aunque luego no fuera capaz de ascender-, de la mano del tándem Óscar Carazo-José María Salmerón. Pero incluso aquello tuvo mucho de anomalía, pues el éxito deportivo llegó en medio de una auténtica guerra civil entre el director deportivo y el entrenador, por un lado, y la directiva presidida por Manolo Zambrano, por el otro.

Que duda cabe que la lucha de personalidades, principalmente entre Carazo y Zambrano, alimentó aquel incendio. Pero el origen del mismo estuvo en el modelo de gestión impuesto por el Consistorio, una bicefalia imposible entre aquellos que por contrato tenían la gestión integral del club -Eurosamop- y aquellos designados por los políticos para salvaguardar los intereses del club -el Consejo de Administración-.

Poder real, pero limitado

Escarmentados, los políticos entregaron todo el poder a Zambrano y su junta directiva. Pero lo que nunca les dieron fue un club estabilizado económicamente y un presupuesto acorde al objetivo del ascenso. Hoy, el presidente y sus consejeros pagan con su salida los graves errores que han cometido en la política deportiva. Pero no debe obviarse que su fracaso es también el fracaso del Ayuntamiento.