jueves. 25.04.2024
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Huelva pone en venta sus encinas y olivos centenarios

La falta de regulación espolea la venta de olivos centenarios en Huelva. También se incluye en las ofertas encinas y alcornoques. Los precios oscilan entre 600 y 50.000 euros.
Huelva pone en venta sus encinas y olivos centenarios

Los propietarios de Huelva se suben al carro de la moda de la venta de olivos centenarios. Las fincas ponen a sus árboles históricos como gancho y reclamo para subir los precios.

En la película El Olivo (Itciar Bollain, 2016) un árbol milenario es arrancado de una finca y vendido. El olivo acaba decorando el lujoso hall (vestíbulo) de una gran corporación alemana. El episodio desencadena un drama humano a un anciano. Es cine. Pero la obra, que cosechó varios Premios Goya, puso sobre la mesa la realidad de un mercado opaco que sigue ‘in crescendo’.

Se pagan precios astronómicos en la compra-venta de ejemplares milenarios y centenarios. Se ofertan olivos para decorar fincas, empresas, parcelas, obras públicas y se ofrecen en perfectas condiciones, e incluso se anima a los posibles compradores a pujar por ellos abaratando sus precios si se llevan varios de estos árboles.

Hay casos y anuncios en la provincia de Huelva en los que se ofrecen hasta cuarenta ejemplares. Y en la mayoría de ofertas consultadas se anuncia que están en perfectas condiciones de salubridad ‘vegetal’. Al margen de su venta por unidades, las inmobiliarias utilizan su presencia para subir el precio de las fincas que venden.

“Contiene olivos centenarios, grandes, robustos, ideales para decoración” puede leer en algunas webs consultadas.

Se han convertido en objeto de coleccionistas y sus precios oscilan entre los que se pueden certificar como ‘milenarios’, y que valen más de 50.000 euros. O el más común de 600 euros. Un precio este último que luego se multiplica por la intermediación, el transporte y la replantación del olivo en su nueva ubicación.

La moda, que no es nueva, ha saltado a las plataformas digitales, donde se recogen firmas y se ponen en marcha campañas para proteger a estos árboles de lo que se considera un expolio.

Los bajos precios del aceite y la baja rentabilidad de las explotaciones están empujando a muchos propietarios a arrancar estos ejemplares, menos rentables, y cambiarlos por árboles nuevos, más productivos. Una especie de frenesí vendedor de estos longevos ejemplares.

Las ofertas de ‘olivos centenarios’ no dejan de aparecer y no es extraño encontrar en diversos puntos de la provincia de Huelva anuncios así: “Estamos arrancando (olivos centenarios). Es el mejor momento. Si estás interesado el porte es gratuito”. O reclamos con este texto: “Se venden olivos para decoración, ancianos, llenos de arrugas, de historia y a la vez llenos de vida, preciosos, que nosotros mismos seleccionamos en los campos”.

En concreto, en Huelva han aparecido anuncios de este tipo señalando la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, Lucena y Almonte especialmente.

Hasta el Defensor del Pueblo de Andalucía ha tomado cartas en el asunto abriendo quejas sobre la protección de árboles monumentales. Una línea de defensa del patrimonio que ya abrió la Consejería de Medio Ambiente cuando era Fuensanta Coves su titular. Entonces de catalogaron en la provincia de Huelva más de 70 árboles como “singulares” y una decena de lugares como “arboledas singulares”.

Un patrimonio en el punto de mira, sobre todo en aquellos árboles más manejables y de menor porte para su transporte. O, en algunos casos, posibles víctimas de la voracidad urbanística.

El peligro acecha porque, como apuntaba el Defensor, “son muchos los árboles que se encuentran enclavados en espacios no sujetos a algún régimen de protección que les impida ser arrancados para ser vendidos y trasplantados a otro lugar”.

El objetivo de la queja fue siempre evitar, a través de medidas eficaces, que se “realicen esas transferencias de patrimonio natural andaluz a otros lugares, con la consiguiente pérdida para nuestra Comunidad”. Por todo ello, el Defensor solicitó su protección efectiva mediante norma que afectara específicamente “a los árboles y arboledas singulares que no estén declarados monumentos naturales de Andalucía o no estén ubicados en espacios naturales protegidos”.

Y citaba la concurrencia de circunstancias tales como “edad, altura, tamaño o cualesquiera otras circunstancias que se consideren relevantes y que les dote de singularidad o los haga susceptibles de ser resguardados a fin de evitar con ello que estos elementos del patrimonio andaluz puedan ser objeto de compraventa que implique el arranque, transporte y trasplante con finalidad decorativa fuera de Andalucía”.

Una nueva normativa que no se ha puesto en marcha al entender la Junta que este tipo de árboles ya contaba con figuras suficientes para evitar su deterioro o conservación y hacía hincapié en que el olivo no es una especie silvestre sino cultivada. Lo que daba a la propiedad de la explotación la potestad de elegir cuándo deben ser renovados por su bajada de rendimiento.

El caso es que se han vendido olivos milenarios por toda la geografía española y hay censados unos 4.150 olivos en España de más de un milenio de vida.

La norma juega en contra de estos árboles y sólo el hecho de que su aceite alcance precios muy altos en el mercado sirve de acicate al agricultor y propietario para no arrancarlo de su actual ubicación.