martes. 19.03.2024
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Los Hermanos Lagares llevan el cine de la provincia de Huelva a lo más alto

Tras ganar un Goya en el año 2000, los cineastas de La Palma del Condado vuelven a triunfar llevando al Festival de Cine onubense el primer largometraje del Condado, 'El momento que queda'.
Los Hermanos Lagares llevan el cine de la provincia de Huelva a lo más alto

El próximo viernes 15 de noviembre arranca la 45 edición del Festival de Huelva. Cine Iberoamericano , con importantes novedades. Entre ellas, la peculiaridad de contar por primera vez, en la sección de largometrajes, con una producción del condado onubense.

'El momento que queda', es el primer largometraje dirigido por los  Hermanos Lagares e Isabel V. Shelly que se estrenará el próximo sábado, 16 de noviembre, a las 16:00 h. en el Gran Teatro de Huelva.

"Es un honor y una responsabilidad a la vez, porque es un momento histórico para el Condado. Nos llena de orgullo, pero lo que de verdad esperamos es que esto sirva para que más jóvenes del Condado se animen a hacer Cine", comentan los cineastas.

 

Se trata de una entrañable historia de amor, grabada en espectaculares escenarios de la provincia (Rociana, Villarrasa, Niebla, La Palma, Bonares, El Berrocal o Riotinto) e impulsada por el talento de dos entusiastas del cine en homenaje a su madre, recientemente fallecida durante el rodaje de la cinta.

"Es un homenaje a mamá y a todas las madres que lo dan todo por sus hijos. Ese día, sentados en el Gran Teatro de Huelva, ver a mamá en la pantalla desvaneciéndose de espaldas en un encadenado a María José Alfonso dentro del autocar, será algo indescriptible para nosotros. Mamá vivió para ver editada esa escena y comentamos los tres: que algún día así sería su adiós. Ha valido la pena estar en este mundo, solo por conocerla a ella. Gracias Dios por tu generosidad", cuentan emocionados.

Con este trabajo, los de La Palma del Condado pretenden generar sentimientos reales en el espectador a través de vivencias cotidianas.

"Esperamos que el espectador sienta las emociones de los personajes y que tengan sentimientos encontrados , porque es la vida de cualquiera de nosotros. También es un pequeño homenaje a nuestro querido Manuel Summers, con el que crecimos viendo este tipo de películas".

Y es que los hermanos Lagares si de algo saben es de corazón. En diariodehuelva.es hemos hablado con los cineastas para hacer un repaso por su dilatada trayectoria profesional, en la que destacan la pasión por el celuloide desde la infancia y el valor a la familia como motores de su vida.

"Nuestra andadura en el cine comenzó viendo películas de Cine de Barrio con 6 y 8 años. Teníamos dos cines a cincuenta metros de casa: El Trinidad y el Favencia. De pequeños nos quedamos dormidos en la última sesión del cine Trinidad. Nuestros padres llegaron justo cuando el acomodador estaba cerrando el cine. Les dijo que dentro no quedaba nadie. Finalmente, encendieron las luces del patio de butacas, y allí estábamos, en la primera fila, uno dormido encima del otro", recuerdan con añoranza.

Recuerdan cómo fueron sus comienzos, a los 9 y 11 años, cuando su padre les compró una cámara Halina Super 8 en Ceuta y jugaban con los amigos de la calle a hacer películas.

"Compramos un helicóptero de plástico, de esos que lanzas con una cuerda (en plan molinillo) y lo rodamos entre los edificios de un barrio llamado Barcinova, muy Nueva York para los años 70. El problema es que teníamos que hacerlo explotar. Como no disponíamos de equipo de efectos especiales, cogimos una explosión animada del gato Silvestre y Piolín y la insertamos en nuestra peli. Esa es la magia del cine", nos cuentan.

Para los hermanos José y Manuel Lagares, hacer cine juntos desde la niñez les ha hecho brillar dentro y fuera de la pantalla:

"Íbamos juntos a todas partes, el cine era nuestro refugio. Nos salvó de caer en malos hábitos en un barrio conflictivo donde la droga y las bandas callejeras reinaban en el segundo barrio más peligroso de Barcelona…La Trini. Los dos éramos uno y las carencias de uno las complementaba el otro. Además, compartir un “sueño” dentro de un cine crea un vínculo y te marca para siempre", aseguran.

El cine que les gusta hacer a los palmerinos, dicen, es aquel que veían durante su infancia y les ayudó a valorar las cosas bonitas y maravillosas que ofrece la vida. Y su mayor éxito profesional: El Goya. Recibían la distinción en el año 2000, por su cortometraje de animación 'Los girasoles'.

"Sin duda, el Goya ha sido nuestro mayor éxito profesional. No por el premio en sí, sino porque nos dio la oportunidad de decirle a nuestra madre lo mucho que la queríamos delante de toda España. Ella, era nuestro Goya y nuestro Óscar. La que nos enseñó a ser personas por encima de cualquier premio. Ella, era el principio y el final de la película de nuestras vidas, todo bondad y generosidad", manifiestan.

Pese al gran reconocimiento y a una vida entera ligados al cine, los hermanos afirman no haberse sentido siempre arropados por la gente de nuestra tierra:

"Huelva tiene una deuda. No una deuda con los Hermanos Lagares, sino con la historia y la cultura de Huelva. Y cuando decimos Huelva, no nos referimos a los onubenses sino a aquellas personas, medios de comunicación e instituciones, que escudados en cargos de poder han intentado silenciar y enterrar este primer y único Goya que pertenece a todos los onubenses. Sea por envidia o simple ignorancia (que es peor), no podrán ni con una goma de Milán borrar unos hechos que son historia. Denunciamos esto, para que los onubenses que vienen por detrás no pasen por esta mala experiencia. Soy palmerino y onubense de nacimiento. La Palma del Condado, nuestro pueblo y el de toda mi familia se portó de maravilla y nos concedieron todo los reconocimientos habidos y por haber, incluido su cariño", confiesan.

Con el estreno de su primer largometraje 'El momento que queda' han llegado, incluso, a plantearse aspirar de nuevo al Goya: "¿Por qué no? María José Alfonso está espléndida en 'El momento que queda'. Es la Olivia de Havilland de nuestro cine español. Pero, serán sus compañeros de profesión los que deberán decidir en la edición de los Goya de 2021", comenta José Lagares.

Ahora estos hermanos apasionados del cine saborean el dulce momento que están viviendo y sueñan con todo lo bueno que está por venir, eso sí, siempre ligados al séptimo arte: "Nos queda por vivir más aventuras y conocer a más gente. Eso solo te lo puede dar el cine. No queremos salir de nuestras películas. Ellas nos protegen y sus historias nos ayudan a comprender mejor lo afortunados que somos e intentar mejorar".

Y es que, cuando no están haciendo cine, sus vidas también giran entorno a la gran pantalla:

"Nuestras vidas son una película constante. Nos levantamos y nos acostamos con el cine en las venas y aseguramos que no hay tiempo de aburrirse. Aprendes de la gente y de todo lo que te rodea. Y allí donde haya oscuridad, verás dos butacas ocupadas, por dos “hermanitos” inseparables, que observan al mundo desde una pantalla.

Los Hermanos Lagares, ejemplo de talento y perseverancia en una tierra donde, todavía, cuesta darse cuenta de que el arte y la cultura, son motores capaces de cambiar el mundo.