La funeraria busca nuevas alternativas para el tanatorio de El Campillo

El conflicto sobre el futuro tanatorio de El Campillo está más cerca que nunca de llegar a su fin, aunque de momento no hay garantizada una solución. La empresa funeraria que quiere poner en marcha este servicio en el municipio está abierta a negociar con particulares para buscar ubicaciones alternativas alejadas del casco urbano, siempre y cuando lleguen compradores que quieran adquirir su vivienda de la calle Sevilla, situada en pleno centro de la localidad.

Así se lo ha trasladado la compañía al portavoz de los vecinos, Daniel Fernández, según ha explicado éste mismo a este periódico, por lo que la plataforma contra el tanatorio dentro del pueblo, que se constituirá oficialmente el próximo lunes, ha decidido aplazar las acciones que tenía previsto acometer.

Esta es la situación que el propio portavoz del colectivo trasladó este jueves a los vecinos en una multitudinaria reunión informativa que tuvo lugar en el Paseo del Ayuntamiento, según ha indicado Fernández. “La empresa está abierta a buscar una solución, por lo que de momento, mientras exista esa voluntad por su parte, hemos decidido suspender nuestras actividades”, ha explicado.

En base a ello, el portavoz de la plataforma ha querido trasladar a los vecinos y vecinas que existe la posibilidad de comprar la vivienda de la calle Sevilla, lo que “acabaría definitivamente con el conflicto”, ha señalado.

Por su parte, la alcaldesa de El Campillo, Susana Rivas, ha explicado, también a preguntas de este periódico, que el Ayuntamiento está “del lado de los vecinos y dispuesto a colaborar, siempre en función de lo que nos permita la ley, como hemos estado haciendo desde el principio”, ha añadido.

Ante la pregunta de si el Consistorio podría comprar la vivienda de la funeraria, la regidora campillera asegura que no es posible, pues “la casa de al lado también se vende y tendríamos que justificar por qué compramos una y no otra”, ha señalado.

La polémica sobre el tanatorio de El Campillo se recrudeció el pasado mes de septiembre a raíz de que el Ayuntamiento plantease la posibilidad de que la empresa pusiese en marcha el proyecto en una nave municipal situada a las afueras del municipio, pero a escasos metros de las primeras viviendas de la calle Manuel Centeno, para lo que el Equipo de Gobierno ofrecía una permuta entre la vivienda de la calle Sevilla y la nave, de modo que esta última pasaría a manos de la funeraria y, la primera, a manos del Ayuntamiento.

La medida contó con el rechazo de los vecinos de la zona, tras lo que el Equipo de Gobierno Municipal decidió convocar una consulta popular en la que preguntaba a los ciudadanos si estaban de acuerdo con la permuta de la nave, no sin antes advertir de que la empresa sólo había aceptado esa alternativa y que, en caso de que no se le permutara, tenía la ley de su mano para instalar el tanatorio en la calle Sevilla, pues “nosotros cometeríamos un delito de prevaricación si le denegamos la licencia”, advirtieron.

Pese a ello, el Ayuntamiento descartó finalmente llevar a cabo la permuta, para lo que argumentó que la consulta no había sido representativa de la población, pues, aunque el 90 por ciento de los votantes dijeron sí a la misma, sólo participaron 48 vecinos de un censo de 1.700 aproximadamente.

Antes de que el Consistorio convocase la consulta popular o “encuesta”, como la llamó el Equipo de Gobierno, la empresa funeraria declaró que no pensaba demorar las obras “ni un día más”, ya fuese en la nave industrial de la calle Manuel Centeno o en su vivienda de la calle Sevilla.