Tu barrio te necesita
Si hay algo que nos caracteriza a la clase trabajadora de las ciudades es ser de barrio. Cuando hablamos de barrio, no hablamos de bloques de pisos, sino de una forma de vida, de la patria sin bandera ni escudos, como dijo el famoso compositor carnavalero Juan Carlos Aragón, de la patria que no sale en los libros. Hablamos de las escuelas, de los ambulatorios, de los pequeños comercios, de las plazoletas, de las asociaciones de vecinos, de los bares en los que tanto nos gusta tomarnos algo con nuestros seres queridos. Hablamos de la gente trabajadora, pero también de quienes buscamos trabajo, de las mujeres que cobramos una pensión de mierda después de toda una vida cuidando a los demás, o de quienes nos esforzamos en estudiar sin saber si vamos a encontrar trabajo. Es también el lugar donde sobra mes al final del sueldo.
Nuestros barrios no reciben las inversiones que merece la gente que vivimos en ellos, pese a que somos quienes producimos toda la riqueza. La gente trabajadora somos el sostén del sistema económico, pero solos nos llega una mínima parte de todo y lo que nos llega a los barrios es fruto de las luchas del movimiento vecinal. Por mucho que algunos repitan lo contrario, organizarse y luchar sí sirve para mejorar nuestras vidas. En Gamonal, por ejemplo, las manifestaciones consiguieron evitar que el Ayuntamiento de Burgos se gastase 8,5 millones de euros en un proyecto que no beneficiaba al barrio. Lo mismo sucedió en Murcia, en esa ocasión para exigir el soterramiento de las vías del tren.
Pero no hace falta irnos tan lejos: la lucha de las vecinas y los vecinos de El Higueral ha conseguido a lo largo de los años muchas victorias: desde los autobuses en los años setenta hasta el Centro Social El Lazareto, los semáforos de la avenida de las Fuerzas Armadas o el Parque Antonio Machado. Y lo mismo sucede en otras zonas, como el ambulatorio de El Torrejón, gracias al trabajo del Plan Integral del Distrito V. O el trabajo de la Coordinadora de Pérez Cubillas para que se declarase la barriada como zona necesitada de transformación social y se arreglasen las viviendas sociales. O la movilización ciudadana que consiguió salvar el Parque Moret de la especulación.
En definitiva, el barrio es lucha y cuando la gente del barrio luchamos, estamos hacemos política en nuestro beneficio para evitar que unos pocos la hagan en nuestra contra. Cuando nos organizamos y luchamos, el barrio gana. Por eso es tan importante organizarse en nuestros barrios, por todo lo que nos han dado a lo largo de nuestra vida. Ha llegado el momento de devolverles algo, por las veces que nos sirvió de refugio cuando el mundo nos parecía un lugar inhóspito. Ya sea en una plataforma o colectivo, en una asociación de vecinos, en un sindicato o en un partido político, hay que organizarse y luchar, porque la vida se cambia luchando.
Inmaculada Toscano Vela
Secretaria del Núcleo comunista de El Higueral