Huelva, la nueva joya del turismo sostenible
La provincia bate récords de visitantes en 2025 y se afianza como referente en turismo rural y de naturaleza

En este 2025, Huelva no solo ha vuelto a enamorar a quienes la visitan; ha logrado, por fin, que se le mire como lo que es: un destino completo, diverso, que conjuga mar y sierra, cultura y silencio, gastronomía y aventura. Lejos de la masificación de otras provincias andaluzas, la tierra del río Tinto y Doñana ha experimentado un crecimiento turístico sin precedentes, consolidándose como una de las grandes revelaciones del panorama nacional.
Más de 1,1 millones de personas eligieron Huelva como destino en 2024, una cifra que no solo marca un récord histórico, sino que ha dado paso a un 2025 que apunta incluso más alto. Las pernoctaciones ya superan los cuatro millones, y lo más llamativo es que buena parte de ese impulso viene del turismo rural y sostenible, ese que no busca selfies apresurados, sino raíces, paisajes y silencio.
La Semana Santa onubense, tradicionalmente más recogida que en otras capitales andaluzas, ha rozado el lleno técnico. El Jueves y Viernes Santo, la ocupación hotelera alcanzó el 78,5 % y el 79 %, respectivamente, y más de 80.000 personas pasaron al menos una noche en la provincia durante esos días. Pero la verdadera transformación se ve fuera del litoral: casas rurales, cortijos rehabilitados y pequeños hoteles con encanto en la Sierra de Aracena y el Andévalo han tenido una media del 62 % de ocupación en los días clave, cifras impensables hace solo cinco años.
A esto se suma el fenómeno de los campings, que han vivido una auténtica revolución. En el mes de abril, Huelva se situó como la segunda provincia andaluza con más pernoctaciones en este tipo de alojamientos, por detrás de Cádiz. Cerca de 120.000 personas pasaron los viajeros la noche bajo el cielo onubense, en contacto directo con la naturaleza. Familias, parejas jóvenes y jubilados en busca de calma han encontrado en la provincia un paraíso de aire puro, senderos, playas vírgenes y cielos estrellados.
Los expertos coinciden: Huelva ha sabido revalorizar su patrimonio natural sin traicionarlo. El Parque Nacional de Doñana, la Cuenca Minera, Marismas del Odiel o las aldeas blancas de la Sierra han dejado de ser secretos a voces para convertirse en destinos prioritarios para quienes huyen de las aglomeraciones y buscan autenticidad. Todo esto ha venido acompañado de una oferta gastronómica que conjuga lo mejor del mar y la dehesa, con una renovada apuesta por la cocina local y el producto de proximidad.
La provincia, además, ha apostado por una transición inteligente hacia un modelo turístico más sostenible. El aumento de alojamientos eco, la recuperación de vías verdes, la digitalización de rutas y la programación cultural en enclaves naturales están dando forma a un destino que, sin perder su identidad, está sabiendo adaptarse a los nuevos tiempos.
Todo apunta a que este será uno de los mejores años turísticos de la historia para Huelva. Pero lo importante no es solo la cifra, sino el rumbo. La provincia se aleja del turismo de masas y abraza con firmeza un modelo basado en la calidad, la autenticidad y el respeto a su entorno. En definitiva, vuelve a sus orígenes para mirar al futuro con más fuerza que nunca.