sábado. 20.04.2024
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Rosu Stanciu: “Este virus ha causado una auténtica perturbación de la vida cotidiana"

Una rumana de Bucarest, nacionalizada en España y, sobre todo, ‘portileña’ de pro
Rosu Stanciu: “Este virus ha causado una auténtica perturbación de la vida cotidiana"

Hoy entrevistamos en esta vuestra sección semanal a Mónica Rosu Stanciu, una rumana de Bucarest, nacionalizada en España y, sobre todo, ‘portileña’ de pro. Ella es licenciada en Filosofía y Letras y Psicología Itinerario Clínica, Máster Universitario en Investigación aplicada en Trastornos Mentales, experta en Neuropsicología al igual que en Intervención en Crisis, Emergencias y Catástrofes, profesora-tutora con Venia Docendi en Grado en Psicología y Máster Universitario en Prevención de Riesgos Laborales en la UNED en Huelva, psicóloga habilitada sanitaria, además de ser vocal en el Colegio Oficial de Psicología (COP AO), Delegación de Huelva y vocal en la Sociedad Andaluza de Neuropsicología (SANP). Vaya currículum hecho a base de trabajo.

A ella la conocí en 2005, cuando llegó a nuestra ciudad tras fichar por el Recreativo su marido, Laurențiu Dumitru Roșu, y desde un primer momento me percaté que se trataba de una mujer extrovertida, afectuosa, simpática, empática y, sobre todo, lo que nosotros decimos por estas tierras ‘güena gente’.

Y para que todos ustedes, mis queridos lectores, la conozcan un poco más y sobre todo para conocer el rol que los profesionales de la Psicología realizan en estos momentos de pandemia por la Covid-19 nos hemos puestos en contacto con ella, la cual nos atendió con la amabilidad que le caracteriza. Así que vamos al lío

-Tengo información, no sé si acertada, de que tú, junto a grupo de compañeros de profesión, estáis realizando un estudio sobre cómo ha afectado en las personas la actual pandemia

-Totalmente verídica tu información, nuestro grupo de investigación lanzó un estudio sobre los efectos psicológicos en la población onubense durante el confinamiento por la Covid-19.

Esta pandemia supone un grave problema de salud pública y una gran alteración para la vida de las personas, de allí que el impacto psicológico del aislamiento fue amplio y sustancial. Además, era previsible y esperable un incremento de patologías emergentes de salud mental.

Resulta de suma importancia detectar los efectos psicológicos negativos (como confusión, insomnio, síntomas intrusivos-alerta y angustia fisiológica, reacciones de ansiedad, síntomas depresivos o de estrés agudo, incluso postraumático) en la población para diseñar programas de intervención psicoterapéutica acordes a la problemática encontrada. Acentuar e intensificar la atención psicológica ante la casuística encontrada evitará la cronificación y medicalización de patologías que en un principio podrían ser leves y transitorias.

- Continuando inevitablemente con la situación que estamos viviendo, últimamente escuchamos con frecuencia, cobrando incluso más sentido la palabra resiliencia. ¿Crees, como psicóloga y estudiosa de este tema, que después de más de un año con el maldito virus estamos capacitados para superar el miedo y la cantidad de fallecidos?

-Este virus ha causado una auténtica perturbación de la vida cotidiana, lo que requerirá un esfuerzo extra de adaptación por parte de las personas. Por una parte, esas necesidades de adaptación aumentarán los niveles de malestar dando lugar a reacciones inesperadas. Por otra parte, la resiliencia, esa capacidad para adaptarse a las situaciones adversas con resultados positivos, será nuestra mejor aliada y defensora para amortiguar los nocivos efectos de la pandemia. Es tendente en el ser humano sobreponerse a circunstancias dificultosas en su existencia y salir fortalecido, con lo cual creo firmemente que superaremos con aprendizaje y crecimiento personal este contratiempo o revés que nos ha tocado vivir.

 -¿Qué se le puede decir a una persona que siente miedo o qué pautas tendríamos que seguir ante el aumento de traumas postcovid?

-La incertidumbre es la tónica habitual de esta pandemia, y conlleva consigo la idea de no saber qué esperar… Y esto choca frontalmente con la gran necesidad de las personas de sentir control, de allí que aparezca miedo, inseguridad, irritabilidad, estados de hipervigilancia, de alerta, etc. Importante resaltar centrarse en aquello que sí depende de nosotros mismos y vivir según la locución latina “carpe diem” (aprovecha el día), subrayando el aquí y ahora. Normalizar lo que sentimos, recuperar la rutina habitual, poner el foco en el tiempo de ocio personal, realizar ejercicio físico, buscar reforzadores positivos, desconectar del flujo o bombardeo de noticias sobre la Covid 19 y contar con apoyo familiar y social pueden ser algunas pautas a seguir y combatir las secuelas del virus en cuestión.

-Siguiendo en clave de miedos y traumas ¿Qué opinión tiene de la situación de los profesionales sanitarios? ¿Piensas que el sobreesfuerzo que están realizando les puede provocar secuelas emocionales a medio o largo plazo; o que puedan llegar a tener sentimiento de culpa por no haber podido llegar atender todas las demandas?

-Al principio de la pandemia el sistema sanitario se vio desbordado por una enfermedad desconocida, a la que su personal tuvo que hacer frente. Desde entonces, casi no hubo respiro entre las tres olas y, obviamente, esta gran y constante sobrecarga asistencial y emocional supone una importante fuente de estrés para el personal sanitario. Estudios muestran un amplio abanico de respuestas, desde perturbaciones en el estado de ánimo, irritabilidad, apatía, frustración, cansancio, dificultades de concentración, fatiga por compasión, alteraciones del sueño, hasta sintomatología más perniciosa como ansiedad, depresión, insomnio o, incluso, sintomatología compatible con estrés postraumático.

-Los psicólogos están actualmente muy demandados por los tiempos que estamos viviendo y porque las personas cada día entendemos que ante una crisis necesitamos la ayuda de los especialistas. ¿Cómo ve ese aumento de demanda psicológica?

-El estrés es un mecanismo psicológico natural que se pone en marcha cuando una persona se ve envuelta por un exceso de situaciones que superan sus recursos. Esta tensión física y/o emocional es cotidiana y permite a la persona llevar a cabo actividades de forma eficaz. El problema con la pandemia Covid-19 es que se ha disparado y está provocando consecuencias negativas en la población. La OMS ya le ha puesto nombre: fatiga pandémica. La define como, “la desmotivación para seguir las conductas de protección recomendadas que aparece de forma gradual en el tiempo y que está afectada por diversas emociones, experiencias y percepciones, así como por el contexto social, cultural, estructural y legislativo”. Se manifiesta con cansancio, agobio, agotamiento, cuadros de desesperanza, etc. De allí, que el aumento de la demanda psicológica se sobrentiende como completamente normal, las personas necesitan gestionar exitosamente su emocionalidad, siendo el bienestar una prioridad nuclear.

-Por cierto, ¿Dónde pasaste el confinamiento y con quién?

-Estuve confinada junto a mi familia en nuestra casa de El Portil, y lo recuerdo como una experiencia inédita, pero llena de sentimientos encontrados. No obstante, he seguido con mis actividades profesionales, esto sí, adaptadas a la nueva realidad, aportando mis conocimientos y proporcionando ayuda en lo que se me requirió.

-Por otro lado, constantemente hablarás con tu familia de Rumania. ¿Qué diferencias aprecias entre la forma de gestionar la pandemia en tu país con España?

-Por supuesto que mantengo una fluida comunicación con familiares y amigos rumanos. Lo que resulta evidente, es que, un virus nuevo muy contagioso y para el que nadie tiene inmunidad absoluta está poniendo contra las cuerdas a los sistemas sanitarios de todo el mundo. Sin embargo, Rumanía fue menos damnificada por la pandemia, siendo tanto la prevalencia como la incidencia, realmente bajas en comparación con España. Esto puede deberse a las restricciones mucho más drásticas y duraderas en el tiempo que tomó el Gobierno rumano. No obstante, es importante encarar este tipo de comparaciones con sumo cuidado, porque hablamos de países distintos, con diferencias en términos idiosincrásicos, demográficos, sociales o económicos.

-Hablando de España ¿piensas que los políticos están manejando bien la situación sanitaria?

-No me corresponde a mí valorarlo, pero me atrevería a decir que el Gobierno ha intentado cumplir su papel como mediador en la crisis, tanto sanitaria como social y económica. La realidad es que vivimos una crisis del coronavirus en España, que ha ido agravándose exponencialmente, y esta situación necesita movimientos rápidos por parte del Gobierno y toma de decisiones estrictas, lo que ha desconcertado a la población y ha causado una sensación generalizada de inseguridad y malestar.

-Cambiando de tercio, sé que también eres docente en la Universidad. ¿Han continuado con las clases presenciales y si esta situación ha afectado en algo en el número de alumnos que han apostado por estos estudios?

-Debido a la situación extraordinaria producida por la pandemia, las clases se han tornado exclusivamente online, al igual que los exámenes. En ocasiones, las prácticas siguieron su presencialidad, cumpliendo estrictamente con el Plan de Contingencia por Covid-19. Los antiguos alumnos han acatado con responsabilidad y sentido común la nueva normativa, adaptándose perfectamente, y los nuevos, no se han visto afectados en absoluto, guardándose los mismos índices de ingreso en las carreras de años anteriores.

-Seguimos tocando otros temas, esta vez algo más personales. Estás casada con un profesional del fútbol. Primero fue un excelente futbolista y tras colgar las botas, sigue vinculado como el mundo de la pelota como entrenador. Esta profesión que ha elegido Laurentiu Rosu ha supuesto que tenga que viajar constantemente. ¿Esto ha sido un problema para la pareja?

-¡Muchas gracias por el concepto que tienes de mi esposo, es coincidente con el mío (jajaja)! Para nada sus largas estancias fuera de casa han supuesto un problema para nuestro matrimonio, aceptamos desde un principio que nos motivan y apasionan profesiones diferentes. De esta forma, nos comprendemos y admiramos recíprocamente.

 

-Tienes como pareja a un hombre del fútbol, que además militó en el Recreativo muchos años,  además hoy en día es un seguidor de nuestro Decano y creo que será inevitable que tú también estés al tanto del devenir de nuestro buque insignia. ¿Cómo ves tanto deportiva, institucional y económicamente la actual situación por la que atraviesa el equipo más vetusto del España?

-He estado al lado de mi marido durante 4 temporadas (la primera en la Segunda División y las últimas tres en Primera División) y he vivido intensamente el ascenso (como una aficionada más), como todos los momentos que me ha regalado el Decano del futbol español. Me embarga la nostalgia y la emoción al recordar los éxitos de nuestro Recre que contrasta con el sufrimiento y la incertidumbre que siento ahora… Pero, soy optimista y espero, visionaria con su actual suerte, porque creo en el poder de este equipo de resucitar y llegar a posicionarse de nuevo en la categoría más alta, por el cariño que se le tiene tanto al equipo, como a la ciudad descubridora.

-Muchas gracias por prestarme tu tiempo. ¿Te gustaría decir algo más que durante la entrevista que no te haya preguntado?

 ¡Gracias a ti Félix por la entrevista! Me gustaría finalizarla, parafraseando a Tolstoi: “Hay muchos tipos de conocimiento, pero hay uno que es mucho más importante que los demás, el conocimiento de cómo aprender a vivir; y ese conocimiento, muchas veces, se menosprecia”.