Alfonso Vargas-Sánchez: "El turismo en Huelva no arranca porque no hay modelo ni gestión"

El catedrático en Administración de Empresas y experto en Planificación de Destinos Turísticos de la Universidad de Huelva no tiene pelos en la lengua para decir por qué el turismo en Huelva no acaba de despegar. Las estadísticas avalan su discurso.
-Usted está desencantado con el planeamiento turístico de Huelva ¿Por qué?
- Los datos así lo indican. Uno tiene que basarse en los datos, en resultados, en las cifras frías, que indican que no terminamos de arrancar. Esas cifras nos deben hacer cambiar el paso, empezar a hacer las cosas de otra manera y cambiar algunos de los planteamientos que han venido siendo predominantes en los últimos años. Aquello de Einstein: "La locura es hacer siempre lo mismo y esperar resultados diferentes".
- ¿Qué debemos cambiar?
-Haciendo un símil, cuando cualquiera invita a alguien a su casa lo primero que hace es poner su casa en perfecto estado de revista. El turismo es algo parecido. Estamos invitando a alguien de fuera a que venga a visitarnos, a compartir con nosotros unos días de su vida y lo primero que tenemos que hacer es poner la casa en el mejor estado de revista posible. Si vendemos casi exclusivamente sol y playa y resulta que las playas no están en estado de revista y si resulta que la arena no se regeneró, que vendemos playa y hay poca playa porque la arena se marchó con los temporales y no hemos sido capaces de reponerlo, pues tenemos un problema. Lo mismo con los servicios públicos. Vendemos un paraíso que no existe, que el que nos visita no encuentra y eso significa que las expectativas de la gente no se cumplen. Los niveles de satisfacción de los visitantes están en las estadísticas, están por debajo de otras provincias y de la media de Andalucía.
A partir de ahí tenemos que invertir nuestra lógica, la que hemos seguido siempre, que es de dentro hacia afuera, es decir, ¿qué es lo que tengo? Tengo playa, naturaleza, paisajes, gastronomía... y ahora a ver cómo lo vendo. Tenemos que invertir esa lógica, hacerlo de afuera hacia adentro. Mirar al mercado, a la demanda, lo que el cliente espera y a partir de ahí configurar una oferta. No decir: yo produzco patatas y ahora a ver cómo las coloco; no funcionan así las cosas hoy en día.
Luego hay que definir cuál es el modelo de turismo que queremos para la provincia, porque el modelo no se sabe cuál es, el modelo es el no modelo, es decir: que venga la gente y que venga cuanta más gente mejor y ya está. Y no se conoce otro discurso más fino. Hay que definir qué modelo queremos. Uno tipo Benidorm, masivo, de grandes rascacielos, ahora en Punta Umbría van a construir tres, que yo no sé dónde va a aparcar la gente. Queremos el modelo de Magaluf? de la fiesta, el turismo de borrachera o queremos otro tipo de turismo, más tranquilo, de mayor poder adquisitivo, de gente que aprecia y saborea la naturaleza, el paisaje, la sostenibilidad. El mercado no funciona diciendo te vendo de todo y que venga cuanta más gente mejor y de todo tipo. Hay que definir la oferta, saber los nichos de mercados a los que te vas a dirigir, el tipo de cliente que quieres atraer y, en función de eso, configurar tu oferta diferenciada porque si no, lo único que nos queda es competir en precios. Si vendemos sol y playa eso lo hay en muchísimos sitios. Por qué va a venir la gente, si las comunicaciones son dificultosas, van a venir porque es más barato. Eso está en los datos, en las estadísticas.
- ¿Los políticos no se enteran, no se quieren enterar, o no depende de ellos, no es sólo cuestión de política? ¿Qué es lo que está pasando?
-No sé muy bien qué es lo que pasa en ese sentido porque es difícil de entender cómo perseveramos en el intento viendo que ese intento no da los frutos apetecidos. La cuestión es que siempre buscamos una explicación que es exterior para justificar por qué las cosas no salen como queremos: que el Gobierno de Madrid es muy malo y no invierte lo que tiene que invertir en la provincia -con la parte de verdad que eso pueda tener-, porque nos hacen muy mala campaña fuera con cuestiones que tienen que ver con los incendios, los temporales, que han destruido en parte las playas y las infraestructuras. Aunque haya parte de razón en ello, eso lo que nos impide es aprender de lo que sucede. No existe una autocrítica real que nos permita identificar realmente en qué parte de nuestro trabajo no estamos haciendo bien las cosas y hay una parte que no la estamos haciendo bien.
"En las playas, no nos hemos puesto las pilas como deberíamos en infraestructuras donde los ayuntamientos tienen un papel que jugar"
-¿Sobra chovinismo y falta autocrítica?
-Sin duda ninguna. Es difícil que un político haga autocrítica, pero tendrán que hacerla si realmente quieren que esto progrese porque si no estaremos siempre con el mismo discurso. En todo este mundillo siempre son las mismas personas hablando de los mismos temas, dándole vueltas a los mismos lugares comunes y no se sale de ese discurso. Por ejemplo, el discurso de las infraestructuras, que es verdad; el de la promoción, que siempre se puede hacer más y mejor. Pero eso acaba convirtiéndose en coartada, en escusas para no hacer otras cosas ¿Qué no hemos hecho bien? Las playas, no nos hemos puesto las pilas como deberíamos en infraestructuras donde los ayuntamientos tienen un papel que jugar. Otro ejemplo: la Ruta del Vino Condado de Huelva; cuántos años hace que venimos hablando de ella, pues existe un gran paraguas, que son las Rutas del Vino de España, y Huelva no ha sido capaz de incorporarse después de tantísimos años. Y eso hace que perdamos un escaparate extraordinario en el mundo. Ahí no estamos y están otras rutas del vino con menos tradición que la nuestra. No estamos por mala gestión, claramente.
-Los empresarios mandaban un comunicado hace unos días en el que advertían de que ha bajado el turismo en los últimos años en Huelva y pedían a la Junta de Andalucía más promoción para equiparnos a provincias como Cádiz o Almería. Eso es importante, pero no suficiente.
-La promoción es condición necesaria, pero no suficiente por varias razones. Una, por lo que antes comentábamos: si promocionamos algo que luego la gente no va a a encontrar es algo que se vuelve en tu contra porque las expectativas de la gente no se cumplen y la satisfacción se resiente. Luego hay algo que parece que no han terminado todavía de ver: en el nuevo Plan Estratégico se apunta un cambio positivo, a ver si es verdad, de que se ha de transitar de la promoción a la gestión, como han hecho tantos destinos en España. Gestionarlo significa que requiere una planificación, una coordinación de todos los agentes públicos y privados implicados, que los servicios públicos tienen que funcionar y dar una respuesta en momentos pico de atención al público que coincide con temporadas altas del turismo y a veces se colapsan y no son buenos. Hace falta un punto de encuentro donde todos los agentes implicados en el turismo de la provincia se sienten, se coordinen y se haga lo que se tiene que hacer. Ése es uno de los proyectos que se apunta en el nuevo Plan Estratégico, lo cual es positivo. Tenemos que hacer ese tránsito, si no no funciona.
"En las encuestas que se hacen a los turistas, el medio ambiente, el paisaje, la naturaleza, la sostenibilidad son fortalezas de Huelva que están siempre a la cabeza"
-Hay voces en esta provincia que apuestan por aunar la protección de los espacios naturales, como es Doñana, con el fomento del turismo en estos espacios. De hecho en la feria de naturaleza de Almonte ha sido Costa Rica el país invitado este año, un país emblemático en turismo de naturaleza, donde la gente se queda a dormir dentro de los parques nacionales.
-Eso tiene que ver con lo que decíamos antes: ¿Qué queremos vender? Si queremos vender algo que es una de nuestras grandes fortalezas como es el medio ambiente, el paisaje, la naturaleza, la sostenibilidad. Eso está en las encuestas que se hacen a los turistas, donde están siempre a la cabeza. Si decidimos que ese es el camino, debemos crear un modelo sustentado en esto. Definir el tipo de cliente, su perfil, sus características, cual es el producto que se adecua a las exigencias de ese tipo de personas. Lo que no funciona es de todo para todo el mundo, sobre todo porque los recursos son muy limitados. Es un poco un problema político, no dejar a nadie fuera, dejar a todo el mundo contento y no puede ser. Hay que especializarse.
- A su entender ¿Qué es lo que habría que vender en Huelva?
-Lo que no es una buena apuesta es vender algo que no te permita diferenciarte. El sol y playa siempre va a estar ahí y tendrá su papel y su fuerza; la época de verano es fundamental, pero eso no te diferencia. Uno de nuestros problemas es lo que nos han vendido tradicionalmente: aquí están las mejores gambas, las mejores playas, el mejor jamón... Si tenemos lo mejor del mundo, para qué cambiar, para qué hacer cosas diferentes. Las playas son muy buenas, pero en otros sitios también; el jamón es magnífico, pero también lo hay en Extremadura y Salamanca, vamos a ser realistas. Tenemos que buscar el punto de diferenciación porque si no lo único que te queda es competir en precios y ese es un mal negocio, te llevas un turismo de bajo poder adquisitivo y poco rentable.
Los puntos fuertes de la provincia de Huelva te los dice el turismo, lo que tenemos que hacer es escuchar a la gente y es sobre todo la naturaleza, el paisaje, la biodiversidad, la sostenibilidad. Si somos capaces de hacer un discurso potente con esto podremos diferenciarnos, si no seremos uno más entre tantos ¿Queremos la masa? Porque el aeropuerto está muy bien para la masa, esas son las grandes decisiones que hay que tomar y no se ve que se hayan tomado o se quieran tomar. Estamos en un umbral de turistas del que no salimos hace muchos años. Grosso modo: un millón de viajeros, cuatro millones de pernoctaciones al año. Con esos mismos turistas, si fuéramos capaces de situarnos en el gasto de la media andaluza, somos los últimos de Andalucía, y en la estancia media también en la media andaluza, que estamos por debajo, cada año ingresaríamos 300 millones de euros más ¿De qué depende que la gente se gaste más dinero? Del tipo de gente que viene y de lo que le ofrecemos para que haga. A lo mejor a la gente no le damos cosas que hacer para que se gaste el dinero; quiere gastarse el dinero y no encuentra en qué.
- ¿Cuánto se está gastando el turista de media al día en la provincia de Huelva?
-El gasto medio del turista en Huelva es de 58,3 euros al día, mientras que la media andaluza se sitúa en 66,2 euros. La estancia media en Andalucía es de 8,4 días y en Huelva de 7,9.
"El problema de las infraestructuras no puede ser una coartada para no hacer otras cosas. El trabajo que nos corresponde debemos hacerlo lo mejor posible y no lo estamos haciendo"
- ¿En infraestructuras qué es lo más prioritario a su entender?
- Lo del tren clama al cielo, es infumable, y lo digo como usuario frecuente, tanto el de Sevilla como el de Madrid. Al final le echaremos la culpa a los periodistas que dan a conocer estas cosas, la gente se entera y damos una mala imagen. El que cuenta las cosas es el malo; no, el malo no es el mensajero, cuenta lo que hay. Lo del tren en el siglo XXI es inexplicable. Otra parte del trabajo que hemos hecho mal por falta de planificación es la intermodalidad, los medios de transporte tienen que estar juntos para facilitar la movilidad. En cualquier ciudad, por ejemplo en Almería, te bajas del tren y al lado, pared con pared, está la estación de autobuses y de allí te vas donde quieras; aquí tienes que coger un taxi desde el tren, que ahora está más lejos todavía, hasta la estación de autobuses.
Lo del aeropuerto, honestamente, no lo tengo claro porque depende del modelo que queramos. Como he dicho, si es de masa, con mucha gente y poco margen de gasto, entonces sí. Pero eso tiene implicaciones ambientales, una presión en el territorio, implicaciones sociales de congestión de servicios, etc. La carretera, con un solo carril para entrar en Huelva los domingos, es otra servidumbre lamentable, tenemos un cuello de botella. Pero eso no puede ser una coartada para no hacer otras cosas. Ahí es donde entra mi apreciación crítica. Vamos a hacer lo que sí podamos hacer. No podemos quedarnos parados. El trabajo que nos corresponde debemos hacerlo lo mejor posible y no lo estamos haciendo.
-En el caso de Huelva capital, una constante es la sustitución de las fábricas por el turismo ¿Es viable este modelo dados los sueldos tan bajos que rigen la hostelería y los constantes incumplimientos del convenio, con trabajadores que están cotizando media jornada, pero que en realidad están trabajando 12 y 14 horas diarias?
-Es el gran tema de la ciudad de Huelva y que los políticos no tienen el coraje de abordar. Hace dos años se hace un Plan Estratégico para la ciudad de Huelva donde este tema no se aborda, no se dice qué se quiere para la ciudad. De nuevo, el modelo es el no modelo. Se deja correr, están los intereses de unos, de otros. Desde el punto de vista económico, tengo que decir que una economía sana es una economía diversificada. En la medida en que podamos diversificar la economía de la ciudad, mejor. No es bueno tener todos los huevos en la misma cesta, sea la cesta de la industria o del turismo. Si podemos tener las dos cosas, mejor. La inteligencia está en cómo hacer ambas compatibles; no es sencillo, pero la realidad dice que hay una industria a la que hay que exigirle el cumplimiento de todas las normas medioambientales y de emisiones.
Esas industrias van a seguir hasta que su actividad cese por razones de caducidad de vida útil de sus instalaciones. ¿Mientras tanto no hacemos nada? Tenemos que tratar de desarrollar el turismo ¿Echamos a las industrias? Hay quien lo defiende y da sus argumentos, pero sustituir una fuente de empleo que, nos guste o no, es de alto valor añadido con mejores salarios y estable -partiendo de la base de que hay que controlar los efectos sobre el medio ambiente y la salud- por un empleo estacional y de bajo valor añadido, de baja cualificación y bajos salarios no parece buen negocio. Uno de los problemas de la ciudad de Huelva es que se ha empobrecido, es la capital de provincia de España con menor nivel de renta. Antes no era así y ese empobrecimiento tiene que ver con la pérdida del empleo industrial. Aquí no hay alegría para estar y no sólo por la crisis sino por cómo ha ido evolucionando la actividad económica en la ciudad. Es algo que los políticos deberían abordar pero no se atreven a hacerlo.
-¿Por qué?
-Porque hay presiones muy fuertes e intereses contrapuestos.
"No hace falta mucha gente para tener un turismo rentable. El Algarve, que este año lo está notando con el turismo británico por el Brexit y la devaluación de la libra, está ingresando más con menos gente"
- ¿Ha tocado techo el turismo en España o todavía hay donde rascar?
-De momento, sí porque destinos concurrentes con España han despertado, han salido de su letargo por problemas políticos, terrorismo, etc., como Turquía, que está baratísimo. Grecia también está recuperando su poder y otros destinos del Mediterráneo como Túnez. Ahí está el gran desafío en el que se viene trabajando desde hace tiempo y creo que en una dirección acertada y es el cambio de modelo de un turismo low cost de sol y playa a otro de más calidad, con clientes de mayor poder adquisitivo que buscan otro tipo de experiencias y que es más rentable. No hace falta mucha gente para tener un sector turístico rentable. El Algarve, que este año lo está notando con el turismo británico por el Brexit y la devaluación de la libra, está ingresando más con menos gente, según sus propias estadísticas. El techo turístico no se va a superar en algunos años, pero sí en el futuro.
El desafío del turismo ahora mismo no es llenar sino con quién, porque llenarse se llena. El apetito por viajar, por conocer nuevos países está ahí. Esos grandes gigantes que se están incorporando al mundo del turismo, como China, son una cosa avasalladora y lo digo por experiencia propia. El mito de que a los chinos y las chinas no le gusta la playa por aquello del estándar de belleza de la piel clara es verdad, pero no lo es que no vayan a la playa, van cubiertos para que su estándar de belleza no se vea perjudicado pero van a la playa, que está hasta arriba de chinos. Yo no me podía imaginar, que he estado hace unos días a impartir un par de cursos en Timor Oriental y de camino hemos estado en Bali unos días, la cantidad de chinos en un destino como Bali. Fuimos de excursión a una islita y todos eran chinos menos menos mi mujer y yo. Si no tomamos la decisión de qué turismo queremos, otros la van a tomar por nosotros.
-Como catedrático en Administración de Empresas ¿Qué opina sobre el emprendimiento que ahora se está fomentando tanto?
-Son los que están moviendo el cotarro. Sin esta gente sería imposible que todo el entramado económico y social se sostenga. Las empresas y los emprendedores que están detrás dinamizan la economía con sus ideas creativas e innovadoras. Es un bien a proteger, ahora, soy de los que cree que cualquier proyecto empresarial ha de plantearse analizando su viabilidad independientemente de que esas ayudas lleguen o no porque, si llegan, siempre van a llegar tarde porque son procesos largos, la administración se mueve despacio. Piensas que la ayuda te va a llegar el mes que viene y te llega el año que viene. Ayudas hay aunque lleguen tarde, pero tenemos que cambiar la mentalidad de la subvención. En España lo que falta es el capital semilla, esa gente que invierte en una idea de negocio que cree que es interesante, un sistema muy desarrollado en los países anglosajones, donde hay una estructura potente de lo que se llama los ángeles de los negocios, los business angels, se ocupan de detectar a esa gente y los apoyan durante un tiempo hasta que la empresa arranca y luego ese capital lo recuperan. Nos hace falta ese capital semilla y que la sociedad cree ese caldo de cultivo para que los emprendedores cojan esa mochila pesada, que es casi heroica con la cantidad de requisitos, esfuerzo económico y trabajo que conlleva. Los cambios sociales son lentos.
- También invertir más en I+D+i. Precisamente, la rectora de la Onubense, María Antonia Peña, ha firmado un acuerdo marco con el Puerto de Huelva para apoyar proyectos de startup y spin off; también está pidiendo, junto con otros rectores, que se cambien los planes de estudio de las universidades, que no se están acoplando a lo que buscan las empresas ¿Queda mucho por hacer en esa combinación universidad, empresas, administraciones?
-Sobre eso se viene trabajando desde hace tiempo y cuesta. Si algo he aprendido es que la universidad y la empresa hablan lenguajes diferentes y eso significa que no siempre nos entendemos. Lo que busca uno y el otro no siempre coinciden y el punto de encuentro no es fácil. Al final uno de los problemas históricos de España es aquello que decía Unamuno: "Que inventen ellos". No hemos puesto especial interés en esto que ahora se llama la I+D+i. Que inventen, arriesguen y se gasten el dinero otros y ya nosotros veremos cómo podemos aprovecharnos y hoy día si no apostamos por la innovación, estamos muertos. España está claramente muy atrás en nivel de gasto y en cómo construir ese puente entre la universidad y la empresa. Eso no todo el mundo lo entiende dentro de la Universidad, hablan de la mercantilización de la universidad, de si nos vendemos a las empresas, tenemos que ser librepensadores... librepensadores sí, pero con los pies en la tierra.
"Tenemos que entender dónde están las oportunidades en ese nuevo mundo, que están sobre todo en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. Esa gente va a tener futuro. Yo veo las humanidades como algo transversal"
- ¿Cuando las empresas dicen que no encuentran determinados perfiles de trabajadores es porque falta formación en determinados campos o porque no los encuentran por los bajos salarios que quieren pagar?
-Ayer leía una noticia en la que no encuentran médicos en Andalucía y están en verano poniendo a trabajar a gente que no tiene la especialidad; no la encuentran por los salarios que se pagan. Ésa es una parte de la realidad. Otra parte es que tenemos que estar en el lado de los que van a ganar en este mundo que se avecina donde la ola de cambio tecnológico que se nos viene y no lo pensamos suficientemente es revolucionaria. Tenemos que entender dónde están las oportunidades en ese nuevo mundo, que están sobre todo en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. Esa gente va a tener futuro. Desgraciadamente otros campos del saber que son necesarios y preciosos, como las humanidades, tienen que cambiar su papel. Hay que hacerle ver a la gente que tenemos que redireccionar los flujos de lo que estudia la gente, aunque al final cada uno es libre de estudiar lo que quiera, pero tienen que tomar esa decisión de manera informada.
-¿Qué quiere decir con que las humanidades deben cambiar su papel?
- Yo veo las humanidades como algo transversal, algo que necesitamos ya, no algo en lo que te especializas. Porque esa gente de ciencias sin el complemento humanístico no va a entender el mundo en el que está ni va a poder desarrollarse como persona de una manera adecuada.