viernes. 26.04.2024
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Paco Revuelta: "Para mí la música es una necesidad vital; forma parte de mi ser"

Paco es persona culta, cordial, observador, empático, solidario, comprometido, de ideas claras, servicial, positivo, fiable, conversador... Y desde luego, una muy "güenagente". Hablamos con él de la situación, de su vida y proyectos.  
Paco Revuelta: "Para mí la música es una necesidad vital; forma parte de mi ser"

Nuestro invitado en el día de hoy era uno de mis ídolos musicales en los años 70, y en el transcurso de esta entrevista se lo he comentado a Paco Revuelta, que es la persona en cuestión. Sus canciones, sus discos, formaron parte de los momentos más entrañables en mi Constantina natal. Cuando llegué a trabajar a Huelva después de una década en Isla Cristina, tuve la suerte de conocerlo y de empatizar con él, pues además de ello, el que fuera simpatizante del Partido Andalucista, también fue importante, y creo firmemente que hubiese sido un buen alcalde para Huelva. Desempeñó el cargo de teniente de alcalde en el ayuntamiento capitalino, con la responsabilidad de la delegación de cultura. Más adelante, llevó los servicios culturales de la Diputación Provincial de Huelva.

A nivel interno de Partido Andalucista, perteneció a comités locales, provinciales y ejecutivo nacional; en este último fue vicesecretario general, encargado de la definición política.

Paco Revuelta, huelvano de nacimiento, se inició muy joven en la música. Ya con diez años lo que más le gustaba era aprenderse las letras de las canciones que estaban de moda. Un poco más tarde, a los doce, le regalaron una guitarra con la que de forma autodidacta comenzó a acompañarse al cantar. Y lo más importante, a los quince años empezó a componer canciones. Interpretando una de ellas participó en un concurso de TVE que se llamaba Música 3, dedicado al mundo del folk y de los cantautores. Obtuvo muy buena puntuación y su afición se convirtió en su vocación. Gracias a esto fue fichado por el sello discográfico Marfer. Al ser menor de edad, el contrato tuvo que llevar el visto bueno de su padre. A partir de ahí se trasladó a Madrid para desarrollarse profesionalmente en la música. Con la citada discográfica grabó, entre otros temas, el himno partisano de la resistencia italiana, Bella ciao, que obtuvo un notable éxito, contribuyendo a su difusión en España. Otras compañías se fijaron en él y, al final, firmó con la multinacional Emi-Odeón, donde fue su productor Ramón Arcusa, uno de los miembros del Dúo Dinámico.

Psicólogo de profesión, posee el título de especialista en Psicología clínica y ha sido profesor universitario, habiendo dirigido tesis doctorales en el campo de salud, participado en congresos y ha investigado en entornos sanitarios. Además, entre otras cosas, ha sido director de un título propio y de un máster oficial en salud y calidad de vida, en la Universidad de Huelva.

Paco es persona culta, cordial, observador, empático, solidario, comprometido, de ideas claras, servicial, positivo, fiable, conversador... Y desde luego, una muy "güenagente"

Lo llamo le propongo una entrevista para que los lectores de diariodehuelva.es puedan conocer su opinión sobre los momentos actuales y de paso su nueva etapa musical. Acepta y empezamos así:

P. - ¿Qué opinión tienes de la situación que estamos viviendo?

R. - La situación la calificaría como dramática y mi opinión es que no se funciona del todo tal como se debería. Fundamentalmente es dramática por dos razones. La primera es por la

parte humana; ya que son muchas las personas que no están entre nosotros por culpa de esta pandemia y no solo como consecuencia directa del SARS-CoV-2. La presión asistencial que este virus ha originado afecta negativamente a la atención que requieren también otras muchas enfermedades. Además, está la cuestión de que aunque se logre salvar vidas, están los casos en los que aparecen secuelas, a veces, graves e incapacitantes.

La segunda es la económica. Los efectos provocados por las medidas para la contención de la COVID-19 han sido y son devastadores para un buen número de trabajadores y empresarios. La crisis no se resolverá en poco tiempo, aunque lleguen recursos procedentes de la Unión Europea. Pero a esto hay que añadir el hecho de que existe interacción entre salud y economía. Con una mala salud no se trabaja igual que cuando se está sano, no se puede producir en condiciones óptimas y se está en mayor riesgo de ir perdiendo capacidad económica e incluso caer en la pobreza, lo que a su vez tiene efectos en la salud. Es bien conocido cómo las expectativas de vida, así como una vida funcionalmente activa y sin discapacidades se reducen en condiciones de pobreza. Utilizando el dicho popular, es la pescadilla que se muerde la cola.

Y una cosa más, en referencia a cuando al comienzo he manifestado que no se está funcionando bien del todo. Por supuesto, que hay personas y colectivos que están poniendo todo de su parte y lo mejor posible para que salgamos adelante. Sin embargo, también están los que parecen que no toman conciencia del problema de esta enfermedad que está condicionando grandemente nuestras vidas. Es verdad, que se producen contagios que, a veces, son difíciles de evitar, pero muchos son fruto de comportamientos de riesgo. Hay gente que actúa como si el virus no fuera con ellos o que este tomara

vacaciones, como ahora durante el periodo navideño y el fin de año. A esto habría que sumar la repetida deficiente gestión política de algunas autoridades. Al comienzo de la pandemia se cometieron errores muy importantes, pero ha pasado, prácticamente, un año y da la sensación que en muchas cuestiones no han aprendido la lección. Con razón España, en una encuesta internacional sobre la satisfacción de los ciudadanos en la gestión política de la pandemia, se sitúa abajo del todo, superando únicamente a Polonia. ¡Para qué decir más!

P. - ¿Cómo crees que cambiará la vida después de la pandemia y, sobre todo, el mundo de la cultura?

R. - Recientemente se ha publicado un libro titulado El día después de las grandes epidemias, de José Enrique Ruiz-Domènec, en el que autor muestra que los periodos posteriores a grandes epidemias produjeron importantes avances en diferentes campos. La verdad es que me parece aventurado pensar que ahora ocurrirá lo mismo; es muy arriesgado generalizar esos resultados a todas las epidemias, cuando él solo muestra lo sucedido en apenas una cuantas.

En realidad, no es fácil hacer una predicción con seguridad porque pueden suceder varias cosas. Puede que cuando acabe la pandemia -por lo menos, esa es la esperanza que todos tenemos- mucha gente se líe la manta a la cabeza y trate de disfrutar al máximo, según sus recursos económicos y otros de índole diferente. Desde luego, cabe la posibilidad de que haya quienes tenga resentimiento por todo lo ocurrido. Puede, asimismo, que valoremos más lo que se tiene; que nos volvamos más cuidadosos y que controlemos mejor todo lo que son las vías de contagio de las enfermedades infecciosas.

Ya veremos si alguna de estas opciones es la que se implanta o lo que se instaura es una mezcla de varias de ellas o de otras no señaladas. Lo que sí se puede afirmar es que hay un abanico abierto de cambios que, previsiblemente, dependerán del mayor o menor daño o perjuicio que la actual coyuntura haya dejado en las personas; de los objetivos políticos que marquen los que ocupen los cargos en las instituciones; y de algo que no suele tenerse presente, de la capacidad que se tenga para afrontar la nueva situación que resulte. De todas formas, sí deseo que no se tire por tierra el aprendizaje que obtengamos de esta experiencia de la pandemia de cara a los estilos de vida y a otros problemas, incluidas nuevas epidemias, que puedan aparecer en un futuro.

En cuanto al mundo de la cultura, tampoco es fácil la predicción. Tal vez, a nivel de creación, los artistas busquen, en sus diferentes estilos, modos para hacer retornar la esperanza y la alegría, tanto para ellos mismos como para aquellos que disfruten de sus obras. De hecho, eso es lo que estoy observando por señales que detectó - aunque, por supuesto, se trata de una percepción personal y no de un estudio en condiciones-. Será, quizás, más adelante, cuando todo esté superado y haya transcurrido un tiempo necesario, el momento en el que se reflejen esta etapa pandémica. No obstante, me parece que durante todo el periodo que nos ha precedido hubiera sido apropiado que las creaciones hubiesen recogido, para dejar testimonio, lo que venía sucediendo, pero han sido muy pocos los que han querido “mojarse”, porque venimos de una época en la que se ha promocionado la euforia perpetua o lo que han etiquetado como happycracia, que en español sería, más o menos, el palabro “felizcracia”.

Si a lo que atendemos es a cómo funcionará el mundo de la cultura, presiento -advierto igualmente que es una creencia personal, no objetiva- que no habrá muchos cambios. Los artistas están deseando volver a hacer lo que hacían. Si le preguntamos a un actor, a un cantante o a un músico te dirá que se muere de ganas por volver a los escenarios. Si lo hacemos a un pintor, responderá que anhela exponer con la sala repleta de gente e interesada en ver sus cuadros, sin limitaciones ni restricciones de ningún tipo.

Y, así, sucesivamente. Lo más seguro es que las tecnologías disponibles, que permiten conectarnos con grupos grandes de personas no nos abandonen, pero el contacto personal con el público es tal vez lo más deseado; hoy por hoy, creo que es insustituible.

P. - ¿Se va a necesitar mucho apoyo psicológico para sobrellevar las consecuencias de esta pandemia?

R. - Hubo personas que necesitaron apoyo psicológico durante el periodo de confinamiento y esa necesidad no ha disminuido después de su finalización, al contrario, ha aumentado. No todo el mundo es igual de resistente ante las adversidades y, además, existen diferencias, a veces, sustanciales en cuanto a cómo la situación nos ha afectado o afecta ahora. Alguna gente no ha tenido graves problemas, pero otras los han sufrido y han sido muy acusados. Además, si algo caracteriza a este periodo es la gran carga de incertidumbre que posee, no solo acerca del futuro más lejano sino del más cercano y esa peculiaridad es un elemento que hace más probable que se incremente el estrés, del que se derivan la ansiedad y la depresión.

Asimismo, es esperable que haya quienes sufran el llamado trastorno por estrés postraumático. De todas formas, como se ha mencionado, no todos los casos son iguales, por lo que algunos requerirán la intervención de un psicólogo y, otros, no. Como norma general y para dar algún orientación, suelo aconsejar que se recurra al legado de los estoicos (Epícteto, Séneca, Marco Aurelio…), que la Psicología ha actualizado y estudiado, para enfrentarse al momento que se vive. El núcleo central de esa corriente es que para mantener la calma debemos centrarnos sólo en aquellos aspectos de la vida que podamos controlar y, si el control completo no es posible, lo hagamos en aquella parte que sí está a nuestro alcance conseguirlo y no en lo demás. Esta coyuntura debería hacer que se tomara conciencia de la importancia de la Psicología tanto en la prevención de problemas como en la intervención de los mismos.

P. - ¿Qué proyectos tienes para el futuro?

R. - Para el futuro más cercano tengo tres proyectos. Uno es publicar un ensayo que vengo realizando sobre temas actuales, de carácter sociopolítico. Otro, desarrollar una

investigación con varios compañeros sobre los efectos psicológicos de la COVID-19. Y el último, grabar algunas canciones para tener preparado otro CD, con diez o doce temas.

Para un poco más adelante, si por fin esta pandemia se controla y la vida vuelve a normalizarse, mis proyectos tienen que ver con lo anterior y serían buscar una editorial con una buena distribución y proyección mediática para ese libro, poder presentarlo sin que haya restricciones de aforo; sacar las conclusiones de la investigación, publicarlas y presentarlas en congresos; y, por último, poder hacer actuaciones por teatros sin que haya limitaciones de público asistente.

P. - ¿Cómo te va tu vida artística, recobrada después de tantos años apartado de la música?

R. - Teniendo en cuenta que lo que se puede hacer ahora por la pandemia es muy poco, puedo afirmar que muy bien. Voy consiguiendo que aquellos que me conocían de mi anterior etapa artística sepan que he vuelto y, a la vez, me estoy dando a conocer a nuevas generaciones. Por tanto, aumenta mi visibilidad. Después de tantos años apartado profesionalmente de la música -que no como amante de ella- he estado en programas de televisión de mucha audiencia y he sido entrevistado en emisoras y en periódicos de toda España. Además, diversos medios de hispanoamericanos e incluso uno del Reino Unido se han hecho eco de mis nuevas grabaciones. La verdad es que estoy muy satisfecho. He tenido la suerte de trabajar con un buen equipo del departamento de Promoción, Bell  Music, cuyos integrantes han llevado a cabo un trabajo excelente. Como colofón, de esta pregunta tengo que mostrar mi más sincero agradecimiento por los buenos comentarios que vengo recibiendo.

P. - ¿Qué te ha llevado a volver a grabar? 

R. - No puedo hablar por otros. Lo normal es que los motivos por los que se vuelva a la música sean variados. Entre otras razones, estarán quienes lo habrán hecho por un simple pasatiempo porque añoren aplausos, reconocimientos o, simplemente, porque se lo pasen bien. Todas perfectamente respetables. En mi caso ha sido por una necesidad vital.  Profesionalmente dejé la música, pero ella siempre me ha acompañado y nunca abandoné la idea de volver a grabar y de estar sobre los escenarios. De continuo, albergaba esa ilusión y, al final, se ha cumplido, por lo que estoy muy feliz. Puedo afirmar que he vuelto para quedarme. La música siempre ha formado y formará parte esencial de mi vida. Efectivamente, 43 años es mucho tiempo.

El abandono de la música profesional se produjo por varios motivos. Uno, muy importante, fue personal. Mi madre estaba ya en sus últimos meses de vida y en esos momentos todo quedaba en su segundo plano. Regresé a Huelva y en mi ciudad se agregaron circunstancias que fueron alejándome casi sin darme cuenta de los estudios de grabación y de todo lo demás relacionado con el mundo de la música. Cuando sin percatarme me fui embarcado en actividades que eran difíciles de compatibilizar con lo que requiere dedicarse a la música. Así fueron transcurriendo los años y las décadas.

En cuanto a lo que me influye para mi vuelta es lo que he expresado anteriormente. Para mí la música es una necesidad vital; forma parte de mi ser. Y mira por dónde, el azar vino en mi ayuda. Conocí al hermano de un amigo, a un estupendo cantante granadino, Jolís, que me alentó para que volviera a cantar. Un buen día me propuso que interpretara un par de canciones en un concierto suyo que había dedicado a la chanson française, que se realizaría en el teatro Isabel la Católica, de Granada y acepté sin pensármelo dos veces. Por dentro bullía de alegría, pero también de una cierta dosis de preocupación por la responsabilidad que adquiría. Como no podría ser de otra forma, tenía que hacerlo bien, con dignidad. Habían pasado muchos años sin estar delante de un público cantando. Sin embargo, por nada quería eludir esa experiencia que me resultaba maravillosa. La actuación tuvo un extraordinario efecto pues reforzó con creces mi decisión de regresar a la música. Por otra parte, a través de Jolís, conocí a un gran músico, Nicolás Medina, quien se ha convertido en mi arreglista y productor. Por añadidura tuve la gran suerte de que la discográfica Ramalama, dirigida por un periodista musical de altura, como es José Ramón Pardo, depositó su confianza en mi trabajo, editando mi CD “Contra viento y marea”, por lo que estoy grandemente agradecido. Pues bien, aquí estoy con muchas ganas de hacer todo lo que pueda y de la mejor de las maneras. Para mí, la música es vida.

P. - ¿Es necesario un grupo andalucista en la Junta y gobierno central?

R. - Creo que es evidente que esta pregunta viene de alguien que conoce bien mi trayectoria, y que sabe de antemano cuál va a ser mi respuesta. Por supuesto, que lo veo necesario. Andalucía tiene muchos problemas que resolver y mucho en lo que avanzar. Centrar el. debate en ella no significa renunciar a otras identidades, pero hacerlo es totalmente. obligado y necesario. No puede ser que habitualmente, cuando se hacen clasificaciones de cualquier tema, Andalucía esté en la cola de lo que es bueno o mejor. Dicho de manera inversa, que se encuentre permanentemente a la cabeza o en los primeros puestos de lo que es malo o peor. Seguimos sin converger suficientemente con otras comunidades autónomas o con Europa, en general, por lo menos con la que tenemos que mirarnos. Se podrían añadir más cosas, como la subestimación que sigue habiendo con la cultura andaluza o con todo lo andaluz. Lamentablemente, se nos continúa etiquetando con estereotipos que son totalmente falsos y negativos o se nos hacen interpretaciones maliciosas de cómo somos y esa imagen termina perjudicándonos tanto a nivel general como particular, incluyendo en ese perjuicio repercusiones económicas. Queda mucho por hacer, por reivindicar y por luchar en favor de Andalucía.

P. - ¿Cómo "venderías" Huelva para atraer inversores y turismo?

R. - Para nadie es ningún secreto que para atraer inversores lo importante es que se les convenza que obtendrán beneficios -cuanto mayores, mejor- con sus inversiones y que para aumentar el turismo lo procedente es persuadir a los potenciales visitantes de que en Huelva van a disfrutar de acuerdo con sus preferencias personales; más operativamente, que si lo que le gusta es la naturaleza que aquí va a encontrar espacios naturales muy meritorios; que si es la gastronomía, que saboreará platos y bebidas extraordinarios; que si es la cultura que la oferta existente es muy sugestiva; y así sucesivamente. Desde luego este planteamiento nos dirige a dos preguntas: por un lado, ¿es posible obtener beneficios en una ciudad o provincia como Huelva? Y, la segunda, ¿tenemos esa naturaleza, gastronomía, oferta cultural, etc. a la altura necesaria? Las respuestas son muy variadas desde tanto positiva como negativamente. Por ejemplo, creo que en Huelva son perfectamente rentables inversiones en el sector turístico con criterios de sostenibilidad.

Pues bien, en este sentido, me parece que no se ha explotado bien las posibilidades que tiene la náutica en nuestra provincia. No obstante, considero que las políticas de atraer inversiones deberían abarcar más allá del turismo y que se debería apostar por una diversificación económica para soportar más adecuadamente los vaivenes propios por la aparición de coyunturas adversas para un determinado sector y, desde esta perspectiva, competiría para que se instalaran empresas tecnológicas, ofreciendo todo tipo posible de incentivos para su implantación. En cuanto al otro tema, el turismo, es cierto que tenemos unos espacios naturales excepcionales, unos estupendos productos para degustar, buenos artistas…

Pero faltan tres cosas importantes: una, buenas programaciones para esos sectores y promociones eficaces; otra, mejorar las comunicaciones con Huelva desde otros lugares y dentro de ella -a poca gente le apetece pasar un calvario para llegar a su destino, como ocurre con el trayecto Sevilla-Huelva por tren-; y, otra, poseer una buena organización pública y privada para que los turistas se encuentren con atractivos, incluso en días de fiesta. Esto último me surge a raíz de las propuestas que alguna vez se ha escuchado de que Huelva sea destino de cruceros. Eso está muy bien, pero tendría poco éxito si un barco atraca, cargado de pasajeros y estos se encuentran con una ciudad con casi todo cerrado o con muy pocos lugares que visitar, comer, comprar o pasar siquiera un rato.

P. - ¿Qué otros recursos crees tiene Huelva para generar empleo?

R.- Huelva capital tiene dificultades para competir en monumentalidad con otras ciudades y, similarmente, le ocurre a la provincia. Por ello, quizás habría que dirigir más la mirada hacia campos o recursos más inmateriales o simbólicos. Por ejemplo, dado que se siente tanto orgullo con el Recreativo por ser el decano del fútbol español, se le podría sacar más rendimiento a ese hecho, al margen de que el equipo esté o no a la altura de la que nos gustaría. Por ejemplo, se me ocurre que hubiera alguna clase de institución con carácter museístico del fútbol, con cesiones y adquisiciones propias no exclusivamente del equipo local, que a la vez impulsara y promocionara estudios, actividades culturales, etc. de manera que se explotaran todas las posibilidades y de que a la hora de saber de fútbol, de lo que representa este deporte, Huelva fuera un referente de manera general, no solo del club en particular.

Por otra parte y en conexión con esto, creo que desde los ayuntamientos, especialmente el de la capital, teniendo en cuenta la existencia de una universidad, se deberían dar todas las facilidades a su alcance para que se realizaran en Huelva congresos y actividades similares. Por mi profesión he asistido a muchos y he sentido envidia -sana- de Granada. Allí se celebran muchos, de todas las disciplinas. Todo es cuestión de saber moverse. Esta clase de acciones ayudarían y movilizarían a sectores como la hostelería y los comercios de manera directa pero también propiciaría el incremento posterior de estancias vacacionales. Málaga también es una ciudad de la que habría que tomar nota, se han centrado en la oferta cultural y les está yendo muy bien en ese aspecto. Por tanto, aprendamos de lo que han hecho en otros lugares y veamos cómo se puede adaptar a nuestro territorio y circunstancias.

P. - ¿Qué te parece el papel que juegan medios de comunicación y redes sociales en estos momentos pandémicos?

R. - No se puede hacer una valoración única. En general, los medios de comunicación tradicionales juegan bien su papel, cada uno con sus recursos y hasta donde pueden, lo que no significa que algunos no lancen alguna que otra vez un bulo o informaciones no contrastadas o erróneas. Las redes sociales son otro mundo. Son aprovechadas por ciertos grupos para lanzar noticias falseadas o teorías de la conspiración. El problema con esto es que pueden ser muy perjudiciales a niveles particulares y sociales. Lo mismo puede afirmarse de más de un canal televisivo a través de Internet. Con esto no quiero decir que todos los que empleen las redes o tengan canales los empleen malévolamente, pero sí hay que admitir que es donde más se da esa falta de honradez informativa y de transparencia.

Ahora mismo, es difícil poner coto a esta situación. Lo mejor es que todos, una vez que nos lleguen esas falacias, no las reenviemos; de esta forma se pondría freno a ladivulgación de tales mensajes y, con respecto, a ese tipo de televisiones, lo conveniente es no entrar en ellos y, sobre todo, no descargar sus programas para, posteriormente, mandarlo a nuestros contactos. Encima de lo mal que se está pasando con la pandemia de COVID-19, facilitar la dispersión de mentiras es poco o nada solidario y puede provocar daños.

P. - ¿Qué opinas del papel de los políticos en general en esta crisis sanitaria y económica? 

R. - En muchas cosas no me gusta generalizar porque pagan justos por pecadores. Pues bien, aceptando que existen excepciones para una valoración negativa, diría que más de uno no ha estado a la altura de la gravedad de la situación sanitaria y económica. Hay ejemplos muy decepcionantes. Para mí, urgen normativas claras que establezcan mecanismos de coordinación entre las distintas instituciones para coyunturas como esta pandemia o para otras similares; la creación de una agencia estatal de salud eficaz y eficiente; la preparación para posibles nuevos desastres; y, por último, apoyándome Max Weber, que en circunstancias como esta, los políticos apliquen la ética de la responsabilidad.

Paco que estamos llegando al final de este ratito que hemos echado de charla, la cual me ha resultado de lo más interesante, pero si quieres añadir algo más, hazlo.

Bueno, creo que me corresponde agradecer esta entrevista y desear a todos lo mejor de lo mejor.

Un abrazote muy grande Paco y gracias por tu amabilidad.