Paco Núñez: "Hay que acabar de una vez con la figura del falso autónomo en el periodismo"

Paco Núñez, nuestro entrevistado de hoy, es de esas personas entrañables y buena gente que te encuentras en la vida. Fuimos compañeros de trabajo y aunque me traía loco habitualmente, era una garantía para que el trabajo saliese perfectamente. La verdad es que guardo muy buen recuerdo suyo, por lo que seguimos teniendo contacto y lo noto feliz con su familia y con su trabajo actual. Fue el primero que entrevistó en Huelva a Manuel Carrasco cuando salió de la academia de Operación Triunfo y a pesar de tener su trabajo fuera de nuestra provincia, no se olvida nunca de esta tierra.
Paco Núñez lleva trabajando como periodista cerca de 23 años en periódicos como La Voz de Huelva, Huelva Información, Odiel Información, El Mundo, El Pueblo de Ceuta y Diario de Sevilla. También dejó su impronta en la radio (Radio Nacional de España), en la televisión (Teleonuba) y en alguna que otra empresa de comunicación. Actualmente, es redactor jefe del periódico digital EL LIBRE (www.ellibre.es), desde el cual denuncia injusticias sociales, políticas y sanitarias, entre otras cosas. Tiene publicados dos libros deportivos: 'Cajasol: 25 años de baloncesto', sobre la historia del Club Baloncesto Sevilla (Páginas del Sur, 2013); y 'Marismas del Odiel: diez años de travesía' (Páginas del Sur, 2016), acerca de la famosa carrera del paraje natural onubense.
Como no podía ser de otra manera, tenía que estar en esta serie de conversaciones en tiempo de pandemia, por lo que me pongo en contacto con él y accede. El resultado es el siguiente:
P- ¿Qué opinión tienes de la situación que estamos viviendo?
R- Es lo más duro a lo que nos hemos enfrentado como especie desde la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial. La pandemia ha sacado a la luz lo más rastrero del ser humano: egoísmo, irresponsabilidad, falta de compromiso, falta sorprendente de empatía, falta de raciocinio… Nunca pensé que habría tanto miserable entre nosotros que no ha perdonado una juerga navideña a sabiendas de que eso podía traer consecuencias letales a sus propios padres y abuelos; que no es capaz de ponerse la mascarilla en una reunión con amigos; que sale a la calle siendo positivo por covid… Nuestros dirigentes han tenido la excusa perfecta para echarnos la culpa a nosotros de su propia incompetencia y de su negligencia, en ocasiones, a la hora de tomar las medidas correctas. Los que tratamos de hacer bien las cosas nos comemos las restricciones por culpa de unos pocos irresponsables, desinformados y/o negacionistas.
P- ¿Qué hiciste en tu día a día, durante el confinamiento, dónde y con quién lo pasaste?
R- Resultó muy dificultoso, porque tengo una hija de 5 años y mi mujer y yo teletrabajamos. Puede que haya sido la mayor lección de vida que haya recibido, porque he cultivado la paciencia como nunca pensé que lo haría. Aún así, hubo discusiones y momentos agrios, porque era demasiado roce en un sitio cerrado durante demasiado tiempo. Hicimos lo que muchas familias: cuando iba a tirar la basura, andaba despacio para disfrutar de ese corto paseo al aire libre; algunas veces (pocas) acompañaba a mi mujer en los ejercicios que hacía con videos de Youtube en el salón o en la terraza; jugué todo lo que pude con mi hija Alicia; hice videoconferencias con familiares y amigos; leí y trabajé mucho; vi cine y series; hablé mucho con mi madre, Oliva, que tiene 83 años y es persona de riesgo… Las nuevas tecnologías han ayudado muchísimo a que este corte en seco de la vida social haya sido menos brusco. El confinamiento también me sirvió para saber quiénes son mis amigos de verdad, los que no fallan ni desaparecen en los momentos duros. Lo mejor que puedo decir es que sigo casado y con trabajo, dos estados que miles de españoles han perdido desgraciadamente.

P- ¿Cómo crees que cambiará la vida después de la pandemia y, sobre todo, el mundo de la comunicación?
R- Desde luego, el contacto físico se reducirá. Por ese miedo que tenemos interiorizado desde el 14 de marzo de 2020, habrá menos abrazos, menos toques cariñosos en la cara, menos apretones de manos, menos aglomeraciones… Y, por supuesto, en determinadas circunstancias, llevaremos mascarilla siempre. Psicológicamente, a millones de personas en España creo que les pasará factura esta crisis del coronavirus en forma de ansiedad, problemas de insomnio, depresión, autismo, cerrazón social, etcétera. Ya está ocurriendo, según muchos psicólogos y psiquiatras. Nos volveremos más como los asiáticos, porque este bicho inmundo ha atentado contra algo que pensábamos que era
eterno e inalterable hasta el fin de los tiempos: el carácter mediterráneo.
En cuanto a los medios de comunicación, el papel quedará reducido a los medios más poderosos económicamente (El País, El Mundo, ABC…) y a las revistas del corazón
que, paradójicamente, no están sufriendo esta crisis del papel. Y los periódicos digitales se seguirán reinventando (ya lo están haciendo) cobrando por contenidos o realizando
campañas de mecenazgo puntuales entre sus lectores. No creo que haya cambios significativos en TV ni en radio.
P- ¿Has pasado miedo en algún momento?
R- Por supuesto. Quizá el peor momento fue la vuelta al cole en septiembre. Pensar que mi hija iba a estar cinco horas en una clase cerrada con otros 24 niños me daba pánico. Es verdad que me fui tranquilizando al ver las medidas que tomaba el colegio, con la inestimable ayuda del AMPA, y al escuchar a los expertos decir que los niños menores de 6 años contagiaban un 70% menos que los adultos.

P- ¿Qué proyectos tienes para el futuro y qué haces en la actualidad?
R- Soy redactor jefe del periódico digital www.ellibre.es, desde donde denunciamos todas las tropelías que cometen los políticos de uno y otro bando a nivel municipal, regional y nacional. También ofrecemos al lector reportajes donde damos voz a los más desvalidos, a los denunciantes de corrupción y a las personas que padecen un sistema sanitario público gestionado de forma nefasta, como pasa en Andalucía. En definitiva, tratamos de hacer un periodismo totalmente independiente (no tenemos publicidad
institucional ni empresarial) con la verdad como principal faro, como objetivo primordial.
En cuanto a mis proyectos, el más personal que tengo ahora es la educación de Alicia. Si ya de por sí es difícil educar a una hija, con las restricciones y la nueva normalidad
anormal, más todavía, así que mi mujer y yo empleamos todo el tiempo que podemos en estar con ella, jugar con ella y llevarla por el buen camino. Asimismo, me gustaría publicar una novela que tengo escrita desde hace tiempo con alguna editorial que esté interesada en ella. Y, como todos, ver en persona a mis familiares y amigos y poder jugar a baloncesto sin miedo al contagio.
P- ¿Qué es lo que has echado de menos en este año que llevamos pandémico?
R- Los desayunos en los bares sin tener que medir si hay distancia suficiente entre las mesas; los ratos presenciales con los amigos; las reuniones familiares; los partidos de baloncesto, especialmente las pachangas con mi gran amigo Lolo Olivares, alma máter de ese equipo inolvidable que es Anystar, referente del mundo de la canasta en la
provincia onubense; poder llevar a mi niña a los parques infantiles; ir al cine; disfrutar de algún concierto; ir a ver partidos del Betis (Liga ACB) al Pabellón de San Pablo; ir a Huelva y pasear por la ría o el Conquero; poderle preguntar a Elías Bendodo a través de una conexión en directo en las ruedas de prensa del consejo de gobierno de la Junta
de Andalucía…

P- ¿Cómo ves la situación de Huelva desde la distancia?
R- Echo mucho de menos a mi tierra: la Plaza de los Dolores, donde aprendí a amar el básquet en una caja de cartón, donde labré mis primeras amistades (Juanma y Emilio siguen siendo, a día de hoy, dos de mis mejores amigos) y donde gocé cada Viernes Santo con la visita de la virgen, el añorado Joseli Carrión y su Coro de Emigrantes y
las saetas de Argentina, actual máxima referente del flamenco junto a Arcángel. Con este último jugué mucho a baloncesto en las pistas de la Barriada del Carmen a principios de los años 90. ¡Quién me iba a decir a mí que aquel chaval con greñas que entraba a canasta protegiéndose con el codo se iba a convertir en una figura mundial del flamenco!
Estoy al tanto de todo lo que acontece en Huelva y, especialmente, en la capital, y cosas como el Centro de la Comunicación Jesús Hermida hacen crecer a mi tierra. Eso sí, echo en falta una mejora del transporte público (Emtusa), porque no es de recibo que mi hermana, viviendo en Las Colonias, tenga que coger dos autobuses para ir a trabajar al Torrejón (antes se llegaba con la línea 1, pero ahora el 1 solo llega hasta el Hospital Juan Ramón Jiménez). En la otra dirección también ha empeorado la situación: los vecinos de Las Colonias teníamos el 2 y el 5 y ahora solo nos queda el 2 para ir al centro de la ciudad.
En el plano cultural, Huelva ha mejorado mucho en los últimos 20 años, pero todavía queda margen de mejora. Hay que recuperar las Noches del Foro y volver a traer a Huelva artistas de talla internacional como Elvis Costello o Santiago Auserón. En el plano deportivo, Huelva ha decaído muchísimo. Recuerdo cuando teníamos equipos en la elite del voleibol (Aguas de Huelva), baloncesto (Ciudad de Huelva) y fútbol (el Recre en Primera ganándole al Real Madrid), además de éxitos individuales notables en la figura de Diego Moisés Santos. Ahora nos tenemos que conformar con el bádminton (gran mérito el del IES La Orden y ese gran gurú que es Francisco Ojeda) y los logros individuales de Carolina Marín, Blanca Betanzos o las cracs del tiro con arco.

P- ¿Qué es lo que más te ha molestado de esta situación que estamos viviendo?
R- La irresponsabilidad de la gente; la falta de conciencia de los jóvenes haciendo botellón; los miserables que han organizado fiestas privadas habiendo más de 700 muertos cada día; esos dueños de bares y discotecas que se han saltado las medidas de seguridad, haciendo que paguen justos por pecadores; las mentiras de los políticos; los mezquinos que no han echado una mano a sus amigos o familiares en apuros con una simple llamada de teléfono; los ‘trincavacunas’; esos agentes de policía que han mirado para otro lado cuando han visto una infracción en la calle en lugar de hacer su trabajo y multar al que fuera; parques infantiles cerrados, pero parques de perros abiertos; el pasotismo de la gente…
P- ¿Qué papel crees que están jugando medios de comunicación y redes sociales en esta pandemia?
R- Un papel muy importante, pero la gente debe saber informarse bien. No todo vale. Un yutuber no es un periodista. Hay que hacerle más caso a los periódicos asentados, ya sean tradicionales o de la nueva ola digital, y a los informativos de radio y TV (aunque sepamos qué color político tiene cada uno) que a personajes como Roma Gallardo o Ibai Llanos. Puedes irte al muro de Facebook o al de Twitter de esos medios (y de agencias como EFE o Europa Press) y estarás bien informado. De todas formas, las redes son más para el disfrute y el ocio que para estar bien informado.

P- Tus mejores y peores recuerdos de tu vida profesional…
R- Mmmm… Es complicado elegir uno o dos, porque son cerca de 23 años de profesión. Quizá el mejor sea el de ahora, porque hago periodismo sin ningún tipo de cortapisa, sin censura ni ideológica ni empresarial, aunque guardo muy buenos recuerdos de mi etapa en Suplementos del Huelva Información bajo tus órdenes, porque había un compañerismo espectacular. Aquellos cuadernillos que hacíamos de El Rocío, de fútbol provincial o de coches se leían muchísimo. También tengo que mencionar mi etapa en el extinto Odiel Información, donde pude aprender muchísimo del que considero que es el mejor periodista deportivo que ha dado Huelva: mi gran colega José Carlos Galván. Sin olvidar aquella entrevista que le hice a Jesús Quintero, nunca publicada (razón, Grupo Joly), en el año 2009. Nunca olvidaré el mensaje de voz que me mandó felicitándome. ¡El mejor entrevistador de España dándome la enhorabuena por una entrevista! Aquello vale más para mí que el propio título de la carrera.

Mis peores recuerdos están relacionados con situaciones de explotación laboral que viví en el pasado y que muchos periodistas han tenido, tienen y, desgraciadamente, tendrán que seguir aguantando debido a la crisis del papel, al auge de esos intrusos llamados yutubers, al periodismo ciudadano y a la crisis del coronavirus. Sigue faltando corporativismo en los medios para luchar contra esos empresarios cuya avaricia ha sido el peor yugo para la calidad periodística. La corrupción en los medios llegó de la mano de ellos, no de esos grandes periodistas de provincias que siguen sudando tinta para poder dedicarse dignamente a la profesión de sus sueños. Hay que acabar de una vez con la figura del falso autónomo y la Junta de Andalucía debería realizar más y mejores inspecciones de trabajo en los medios. Quiero pensar que hay luz al final del túnel de la profesión periodística. Tenemos que ser más empáticos, solidarios y estar más unidos frente a la adversidad.
Lo dicho Paco, que eres un auténtico crack y que te deseo toda clase de éxito y verte feliz.
Un abrazote.