La producción de gurumelos cae un 80 por ciento por las lluvias tardías
La escasez de precipitaciones durante los meses de octubre y noviembre así como la amplia pluviometría de principio de año han afectado severamente a este codiciado hongo.
Cuando un producto depende para su producción casi de manera imprescindible de los factores climatológicos su existencia no siempre está garantizada. Bajo esta premisa, podemos afirmar, sin miedo a equivocarnos, que no es año para gurumelos (Amanita ponderosa).
Las escasas precipitaciones que cayeron durante los meses de octubre y noviembre han impedido que, como suele ocurrir otros años, el mes de enero ya comience a ofrecer estos hongos en la provincia de Huelva. La zona del Andévalo occidental –Paymogo, Calañas, La Zarza- suele ser la primera en ofrecer esta codiciada seta, casi autóctona de la provincia de Huelva. Sin embargo, requiere de una notable presencia de lluvia y, posteriormente, la luz del sol. Marcelino Vázquez, de la empresa ‘Amanita de Aroche’ explica que “el año pasado, en enero ya había mucho en la zona de Paymogo, y este año, casi nada”.
A ello, se ha unido las tardías lluvias del invierno que se han prolongado hasta bien e entrado el mes de febrero. Por todo ello, los productores de esta seta en la provincia estiman que la caída de la producción puede superar el 80 por ciento respecto a la del año pasado. Tal es así que el presidente de la asociación Amanita de Aracena, Manuel Campos, califica este año como “anómalo”, aunque apunta que “hay años que son muy atípicos”. No en vano, “el gurumelo es un seta silvestre que no sigue un regla fija”, concluye Campos.
La escasez de gurumelos se constata mirando los puestos en el mercado y lo corrobora Juan González, encargado de la empresa ‘Gurumelos del Andévalo’ que explica que “el año pasado a estas alturas había ya cientos de kilos en el mercado”, porque, recuerda “ya llevábamos varias semanas de sol”. En esta ocasión, además de escasos, “los que hay son pequeños”, afirma, con cierta resignación, González. Y es que lo normal es que en esta fecha “es cuando más gurumelos hay, a estas alturas salen como flores”. Los pocos que hay son “colorados –los habituales de la provincia de Huelva- y alguno, negro, es de Portugal”, sostiene el empresario de Gurumelos del Andévalo.
Marcelino Vázquez se muestra rotundo: “la temporada en el Andévalo se ha perdido este año”. Y la Sierra no pinta mucho mejor, por ahora. “El año pasado salías a buscar gurumelos y cogías 15 o 20 kilos, ahora si vuelves con uno o dos kilos, da gracias”.
Con todo esto, en las próximas semanas se espera que puede haber algo más de producción, aunque procedente de Portugal o Extremadura. “En Badajoz, Villanueva del Fresno y esa zona se puede encontrar algo pero por allí son de menos calidad”, explica Juan González. También “de Cáceres, en la zona de Plasencia, puede haber algo pero no son como los de aquí”, apunta Marcelino Vázquez.
Ante esta situación, los precios también lo están notando. “Para lo que hay, no está pagado”, lamenta Juan González. A ello se une “la crisis. Porque si hubiera más, estarían baratísimos pero se está vendiendo muy poco”. Desde ‘Amanita de Aroche’, Marcelino afirma que “en el campo, el año pasado se vendían a unos 15 o 20 euros el kilo, y este año unos 5 o 10 euros menos por cada kilo”.
Así las cosas, este año está muy retrasado, “aunque en ocasiones ha habido gurumelos hasta el mes de junio, ya que depende mucho de la temperatura”, concluye Manuel Campos. Marcelino Vázquez también mantiene la esperanza de que “lo que queda de marzo y el mes de abril se recupere algo la producción”.