El grupo empresarial onubense se retira y deja al Recre al borde de la desaparición
Ha firmado un contrato de compra-venta y sus representantes llevan meses entrando y saliendo del Nuevo Colombino, conversando con directivos, técnicos, jugadores y empleados, rebuscando hasta en el último cajón y sentando las bases de un nuevo proyecto deportivo.
Y ahora, una vez superados los escollos judiciales y deportivos, una vez que Pablo Comas ha dado su brazo a torcer y aceptado una venta en condiciones de pago favorables, el grupo empresarial onubense anuncia que se retira, dejando al Recreativo al borde de la desaparición.
Sin embargo, para el grupo empresarial onubense es Gildoy España SL quien "ha incumplido sistemáticamente los preacuerdos adoptados y no ha aportado el informe de auditoría contable a pesar de haber sido abonada", por los propios empresarios de Huelva, "la provisión de fondo solicitada por el auditor, el 60% de la factura total, obrando en poder de Gildoy España SL dicho informe desde el domingo".
Suena a excusa, pues resulta difícil imaginar que los empresarios de Huelva no dispongan de una información exacta sobre la situación económica de la entidad, sobre todo tras su acceso libre a los despachos del Nuevo Colombino y a la propia auditoría, tal y como reconocen en el comunicado lanzado este miércoles.
"Estas circunstancias imposibilitan que podamos llegar a un acuerdo definitivo de compra y venta con una empresa tal, siéndonos imposible tener una certeza de que la operación en sí misma goce de las garantías legales que corresponda", indican los empresarios onubenses en su nota oficial.
El Recre se encuentra sin dueño -aunque Gildoy lo siga siendo formalmente, desde enero no actúa como tal, y si acude a la justicia, será el Juez quien determine la validez del contrato de compra-venta firmado con el grupo onubense- y debe cerrar la temporada el 30 de junio o descenderá a Tercera División. Y se necesitan unos 2 millones de euros.