"Es un castigo a este barrio porque no vota al PP”
Diariodehuelva.es ha escuchado la voz de los internautas onubenses y en el debate planteado sobre los usos que se podrían dar al abandonado solar, gana la propuesta de aparcamientos públicos. Otros han apostado también por "un polideportivo en condiciones para los habitantes del centro". "Que hagan lo que sea, pero con aparcamientos", dice otro internauta, siguiendo en la primera línea. Mientras que otros se acuerdan de otros proyectos que han sufrido el mismo destino, tales como el de Isla Chica en el antiguo estadio o el antiguo mercado de abastos.
Del mismo modo, Diariodehuelva.es también ha recabado las impresiones de los mismos vecinos del entorno del Manuel Lois para conocer sus impresiones respecto al abandono (por falta de proyectos) del solar. Loli Garrido, observando la situación en perspectiva, lamenta que al final derribaran el edificio. "Al menos podrían haber mantenido el edificio y hacer ahí algo mientras tanto", afirma. Ya no hay edificio, y en todos estos años el espacio ha estado la mayor parte del tiempo lleno de maleza, siendo un importante foco de insalubridad. De hecho, la propia Loli Garrido reconoce que ella misma y otros vecinos han visto ratas, a lo que se suma el hedor de los orines de perros y gatos o las plagas de insectos.
Ahora la situación ha mejorado y al menos no tienen que convivir con una selva junto a sus casas. Juani Rebollo, propietaria del estanco de Federico Mayo, aboga, como la mayoría de los vecinos, por aplicar como mínimo una solución transitoria y que cumpla un servicio al ciudadano. En este sentido, la iniciativa de los aparcamientos gana por goleada. Todo ello a falta del megaproyecto que la crisis ha frenado. La estanquera interpreta el abandono del solar como un "castigo del Ayuntamiento de Huelva, porque dicen que en este barrio votamos al PSOE".
"Si no pensaban hacer nada, que por lo menos hubieran dejado el edificio", coincide con Loli. Mercedes Martín, propietaria de la farmacia de Federico Mayo, siente lástima por cómo ha quedado el lugar después del derribo, y recuerda "la vida que tenía" el entorno cuando el hospital estaba abierto. Un trasiego diario de gente. Vida para el barrio. Han pasado dos décadas e iniciativas, cero.