domingo. 13.07.2025
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El polen de olivo hace estragos esta primavera entre los onubenses

El polen de olivo hace estragos esta primavera entre los onubenses

Los principales síntomas son estornudos, picor nasal, congestión, picazón en los ojos y lagrimeo. El polen de gramínea, sin embargo, tiene niveles inferiores a otros años como consecuencia de las condiciones climáticas. En la actualidad, uno de cada tres onubenses padece algún tipo de alergia.

La llegada de la primavera trae consigo el calor y una mejora del ánimo, pero también es, en ocasiones, una pesadilla para los alérgicos. Picor en los ojos, estornudos, tos o congestión nasal son sólo algunos de los síntomas. Y esta primavera es especialmente dura para algunos onubenses, sobre todo para los alérgicos al polen de olivo, uno de los pólenes prevalentes en Huelva. Mientras los niveles de gramínea –otro de los responsables de la mayoría de las alergias en esta fecha del año en la provincia- no son muy elevados hasta el momento, los de olivo superan las cifras de años anteriores, causando estragos entre la población.

La alergóloga del Complejo Hospitalario Universitario de Huelva Cesárea Sánchez ha explicado a la redacción de diariodehuelva.es que esta diferencia está relacionada con las condiciones climáticas de 2014-2015: “Hemos tenido un otoño lluvioso pero el invierno ha sido bastante seco, esto explica que el número de gramíneas que polinizan sea inferior, pero esa sequía no ha afectado al nivel de flores del olivo”. Las alergias primaverales se caracterizan principalmente por el aumento de pólenes en el ambiente, y, en una provincia como Huelva, donde los pólenes prevalentes son los de gramínea y olivo, una parte de la población está sufriendo síntomas más intensos que años anteriores. En estos casos, los pacientes presentan principalmente rinitis (estornudo, picor nasal o congestión) y conjuntivitis (enrojecimiento en los ojos, picazón y lagrimeo). Sin embargo, en casos de alergia más severa, pueden producirse también síntomas a nivel bronquial, como tos, y urticaria, relacionada esta última con salidas al campo cuando hay mucho polen. Estos síntomas podrían mantenerse hasta el mes de junio, cuando acabe la polinización. La polinización de la gramínea se produce entre los meses de abril y junio, mientras que la del olivo está concentrada en mayo. También hay casos de personas alérgicas a la planta conocida como ‘plátanos de sombra’, utilizada para la ornamentación de ciudades, cuya polinización ocurre entre marzo y abril.

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Según los datos aportados por Sánchez, en la actualidad el 33% de la población española padece algún tipo de alergia, datos extrapolables a Huelva, ya que la provincia onubense tiene el mismo índice de alergias que el resto de España, según los últimos estudios epidemiológicos. De acuerdo con estas cifras, uno de cada tres onubenses es alérgico.

La aparición de síntomas relacionados con la alergia puede darse en cualquier momento de la vida del paciente. “Un lactante, por ejemplo, puede presentar síntomas relacionados con las proteínas de la leche de vaca, mientras que las alergias respiratorias, aun apareciendo antes, no suelen diagnosticarse hasta los 4 ó 5 años. Sin embargo, los síntomas pueden presentarse en cualquier momento de la vida, no hay edad”, detalla la alergóloga.

La explicación está en los factores hereditarios y ambientales. Sánchez aclara que una persona puede nacer con una condición de atopía, pero puede desarrollarla o no como enfermedad alérgica.  En el caso ambiental, “se ha demostrado que el índice de alergia en países desarrollados es superior al de los países subdesarrollados, esto puede deberse tanto al modo de vida actual, con cambios en los estilos de alimentación –incorporación de alimentos externos al entorno, como frutas tropicales o alimentos modificados-, o a la organización del domicilio –el aire acondicionado, la calefacción y las alfombras mantienen los alérgenos en el ambiente”.

Tal y como ha detallado Sánchez, ante un posible caso de alergia, lo primero es identificar cuáles son los alérgenos que ocasionan los síntomas (ácaros del polvo, hongos, pelos de animales, pólenes…) a través de pruebas, y, según el diagnóstico, se utiliza un método terapéutico u otro. La primera opción es evitar, en la medida de lo posible, los alérgenos, pero también se le puede dar al paciente un tratamiento sintomático para aliviar los síntomas cuando es imposible evitar el alérgeno. En algunos casos también se aplica la inmunoterapia, para que el alérgeno acabe siendo tolerado y el paciente sólo requiera medicación en casos muy concretos.

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