jueves. 25.04.2024
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Una oportunidad entre fogones: la cocina como herramienta de integración social

La cocina se convierte en una oportunidad para muchos chicos que no tienen un futuro claro. Todo esto a través de un programa de inserción laboral y social que se realiza en Huelva.
Una oportunidad entre fogones: la cocina como herramienta de integración social

Muchos piensan que la cocina es un arte. Pero la cocina también se convierte en una oportunidad para muchos chicos que no tienen un futuro claro. Todo esto a través de distintos restaurantes y chef que apuestan por ellos.

Es el caso de Abdul, Anas, Ahmed y Fakir. Cuatro jóvenes a los que algunos tratan de llamarlos menas y que han encontrado en el restaurante Masero de la capital onubense una oportunidad formativa y laboral.

“Aquí aprendemos un oficio, disfrutamos y también nos formamos en valores. Gracias a Dios estamos en un lugar como éste”, afirma Abdul a Diario de Huelva, mientras afrontas las tareas diarias de cocina.

Y es que esta oportunidad es algo que ni ellos ni ninguno de sus tutores de formación lo van a olvidar. "Yo me siento muy orgulloso de ellos. No sólo se les está formando en un oficio sino que se les está brindando una oportunidad de futuro", afirma Abel Masero, chef y miembro de este proyecto de colaboración. "A veces me veo reflejado en ellos. Su ilusión, sus ganas de aprender, de comerse el mundo. Tienen contextos complicados y les ayudamos porque ellos tienen voluntad", añade.

Una labor de inserción laboral y social

La única realidad de todo esto es el contexto difícil y complejo de donde salen los chicos. "Nuestra labor es sencilla. Trabajamos todo lo posible para que chicos con dificultades sociales y culturales puedan tener una oportunidad formativa y laboral en nuestra ciudad", afirman desde de la Asociación Engloba.

Una asociación que se dirigen a la atención, mejora y desarrollo en el progreso en ámbitos tales como, infancia, juventud y tercera edad, además de la prevención y apoyo a la familia, prevención y lucha contra el maltrato, orientación e inserción socio-laboral, entre otros.

“Para ellos es crucial por dos motivos. El primero es el documental, necesitan acceder a un empleo estable para terminar su proceso documental, es un camino muy duro, una carrera de obstáculos. Por otro lado, es tambor una forma de integración. Los jóvenes necesitan sentirse ligados a la sociedad fuera de su entorno cercano. Las prácticas en el restaurante les ofrece la oportunidad de relacionarse con una gran variedad de personas y de mostrar sus capacidades” afirma Gustavo Ángel Lorca, orientador del DISL La Rábida.

Un repaso donde el papel de los tutores es fundamental. “Los tutores, especialmente Abel, saben encontrar eso en lo que el chico es bueno y puedo asegurarte que tiene una paciencia infinita hasta que eso en lo que es bueno sale a la superficie” añade Gustavo.

También esa es la opinión del programa de formación del Banco de Alimentos de Huelva. "Trabajamos con ellos para darles un futuro, o al menos una oportunidad. Creemos que todos merecemos tener las mismas opciones y eso hacemos, algo que sería impensable sin el apoyo de los demás".

Cocina o sala, lugar perfecto para aprender... Y crecer

A diferencia del lugar, la formación es la misma. "Estoy aprendiendo muchas cosas. Cómo se hacen los platos, a servir en mesa, a cocinar... Pero también estamos aprendiendo valores o a cómo apoyarnos en momentos difíciles", relata Fakir.

La cocina es, en cualquier caso, solo una parte de la formación. “"Gracias a Dios tenemos un jefe muy bueno. Me siento bien y muy a gusto con todos. Sólo podemos dar gracias", argumenta Ahmed. Siendo consciente de que el camino no ha sido nada fácil. Dificultades con el idioma, con una ciudad nueva o simplemente con el propio contexto familiar.

“Al final lo que nosotros buscamos no es solo que se dediquen a la cocina, sino que encuentren ese espacio en el que realmente quieren aprender, quieren disfrutar”, destaca.

Un horizonte esperanzador

Después de unos años de gestación del proyecto, el proyecto se halla en el punto de ser sostenible y de aumentar la participación de las distintas empresas de Huelva. 

El siguiente paso será empezar a plantear nuevos proyectos aunque, por ahora, si todo se mantiene como hasta ahora, es más que suficiente. "Esta formación es una ventana magnífica. Para ellos y para nosotros. Si además de enseñar cocina o servicio en mesa, podemos ayudar a mejorar la vida de los chicos... Muchísimo mejor", añade Abel Masero.