domingo. 06.07.2025
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’50 sombras de Grey’, ¿morbo o espejo de la inseguridad psicológica más profunda?

’50 sombras de Grey’, ¿morbo o espejo de la inseguridad psicológica más profunda?

Pilar Enjamio disecciona una de las obras más populares y controvertidas de los últimos tiempos, tanto en la literatura como en la gran pantalla.

No solamente es una película, es el reflejo de una alteración psicosexual que sucede realmente y quizás llegue a ser educativa al ser el espejo en que se ven reflejadas acaso bastantes números de personas con un denominador común de base, la inseguridad y dependencia afectiva, por un lado, y el complejo, frustración e inseguridad psicológicas por otro , no coincidente con una seguridad eonómica, social de triunfo que provoca vacío y más vacío.

En principio la historia comienza de una forma atractiva. Anastasia, universitaria, con una educación hasta ahora centrada en el estudio sin dar otra cabida a los sentimientos en su esfera personal y con unas normas adentradas interiormente donde se da supremacía al rol masculino, ingenua, entrevista a un hombre capaz de enamorar a cualquier mujer, Christian Grey. Guapo, rico, famoso, pero esa luz de apariencia ocultaba la oscuridad psicológica más profunda . Por supuesto, el interés y atracción era unidireccional, pero en vertientes dispares .

La personalidad y educación de Anastasia hacía más fácil la seducción y conseguir esa sumisión patológica, deseo irrefrenable y dependencia afectiva, rayando en la obsesión, renunciando a su auténtico yo, y ese masoquismo pasivo y fruto de la personalidad sádica de Grey, disfrutando al provocar dolor en el otro humillándolo y dominándolo, lo que Freud definió como neurosis extrema.

Esta esclavitud… esclavo y amo… física y psíquica crea la dependencia similar a la del síndrome de Estocolmo, enamorándose del verdugo, y cada vez su culpabilidad le abre los ojos para una salida encuentra nuevas razones para continuar, desea ayudar y cambiar una conducta que no era lo que ella soñaba ni esperaba, pero ya no tiene escapatoria.

En una relación sado-masoquista deja de tener importancia la persona para convertirse en un mero objeto de placer y cobra especial importancia el fetichismo, las esposas, la correa para apalear, las máscaras, las cuerdas, sin cabida para el sentimiento y el amor. Como lo demuestra la exigencia de un contrato laboral con reglas o claúsulas, Anastasia reducida a un simple contrato mercantil de confidencialidad.

Esta inhibición de la capacidad de amar y destrucción de la persona contrario al mutuo amor y respeto con una mutilación de las funciones de cuerpo y psique son una aberración psicológica y demuestran por ambas partes baja autoestima y a veces puede provocar la muerte en la persona objeto de sadismo, bien por accidentes traumáticos como estrangulamiento o caídas fortuitas, o bien por suicidio masoquista consentidor obligado a través del suicidio por carecer de valor para romper una situación que quema, mata lentamente y crea seres inertes sin personalidad ni decisión.

El sadismo es maltrato, humillación, nulos valores e infinidad de complejos en quien lo practica, porque a través de una persona convertida en objeto que de este modo la coloca en un status inferior, él se eleva momentáneamente cayendo en la obsesión e infelicidad y arrastrando a otra persona que pretende cambiarlo a través del amor.

Aquí la única solución sería una psicoterapia profunda y adentrarse en posibles complejos de Edipo y traumas infantiles y conflictos no resueltos. Y cambiar el desequilibrio, el hedonismo, el falso placer, la desigualdad por el equilibrio, el amor, el sentimiento, la igualdad, el deseo de la persona que se ama, siendo lo único que puede ser, PERSONA.

Pilar 

María Pilar Enjamio Furelos. Psicólogo

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