lunes. 30.06.2025
El tiempo

Enrique Morán: "Ninguna provincia tiene tres chares empantanados como pasa en Huelva"

Se acerca hoy a esta ventana pública  Enrique Morán Núñez, antiguo compañero de trabajo. Nacido en Madrid en 1959 es licenciado en Periodismo por la Complutense y ha pasado casi toda su vida periodística y laboral en Huelva.
Enrique Morán: "Ninguna provincia tiene tres chares empantanados como pasa en Huelva"

Se acerca hoy a esta ventana pública  Enrique Morán Núñez, antiguo compañero de trabajo en el diario Huelva Información. Nacido en Madrid en 1959 es licenciado en Periodismo por la Complutense. Tras trabajar en una productora de radio y ejercer como docente de Teología, disciplina que siempre le ha atraído aunque confiesa que desde un punto de vista heterodoxo pero honesto, llegó a Huelva en 1989, donde ha ejercido el grueso de su carrera profesional en prensa escrita y televisión. Es padre de dos choqueros.  Persona discreta, cordial, educado, trabajador, fiable, comprometido con la sociedad, buen amigo, solidario, optimista, buena gente...

Cuando me pongo en contacto con Enrique para concretar esta entrevista no lo duda, acepta del tirón y empezamos así: P. - ¿Qué opinión tienes de la situación que estamos viviendo? 

Pues aún no he salido de la perplejidad. Si hace tan solo tres años nos hubieran dicho lo que iba a suceder, no nos lo hubiéramos creído pero lo cierto es que la realidad siempre supera a la ficción. Una de las primeras cosas que me vinieron a la mente cuando la pandemia llegó fue alegrarme de que esta situación tan dura no les había

tocado vivir a mis padres que ya les tocó sufrir una guerra.

¿Cómo crees que cambiará la vida después de la pandemia y sobre todo en el mundo de la prensa? 

En absoluto soy optimista respecto a que la pandemia vaya a tener algún efecto positivo en nuestra sociedad. No creo que nos haga replantearnos nada. He visto actitudes y oído opiniones durante este tiempo, que estremecen. Tan solo me conformaría con que nos hiciera poner un poco más los pies en el suelo y no perdiéramos de vista que en el fondo, somos seres muy vulnerables. En cuanto al mundo de la prensa, no ha hecho otra cosa que profundizar su crisis y yo soy una prueba de ello. Desde un punto de vista más profesional, creo que el mundo del periodismo está llevando bien el tema con una seriedad que no veía, dentro de este ámbito de la salud, desde los años 80 cuando irrumpió el sida. Afortuadamente no  tiene nada que ver el trabajo que se hace sobre esta pandemia que cuando surgieron otros problemas como las vacas locas o la gripe A.

¿Te esperabas una nueva ola de contagios?

Para nada. Y menos mal que contamos con las vacunas. La sociedad ya está cansada y no se cree del todo que esta ola sea ya la definitiva. Ojalá pero nadie sabe si va a surgir una nueva variante. Lo que se necesita es una vacuna que sea plenamente eficaz que al menos, proporcione inmunidad por un año porque como sigamos así vamos a acabar con los brazos como yonquis (jajajaja).

¿Has pasado miedo en algún momento?

Fíjate que no me considero una persona hipocondríaca pero al principio si sentí bastante miedo quizás porque estábamos viviendo una situación apocalíptica. Hay que tener en cuenta que al principio había mucho desconocimiento sobre el virus y  veíamos el peligro por todos los lados: teníamos cuidado al tocar el dinero,

lavábamos la fruta, dejábamos el calzado fuera de casa... Lo cierto es que la primera ola solo afectó a Huelva de refilón y eso contribuyó a que las cosas se tranquilizaran y del miedo pasé a la precaución. Estremecía no obstante, la alta tasa de muertes de las primeras semanas.

¿Cómo valoras la labor de los políticos en general ante esta pandemia?

Afortunadamente no hemos tenido mandatarios negacionistas como pasó en Estados Unidos, Brasil o Reino Unido. Aquí se reaccionó tarde y una vez más, la sociedad reaccionó mucho mejor que sus políticos. Pese a ello, y tras las primeras etapas en las que muchos de ellos andaban como pollos sin cabeza, las cosas se han hecho razonablemente bien. Lo más triste es que la pandemia se use como carnaza de sus disputas.

¿Qué proyectos tienes para el futuro y que haces en la actualidad?

R. - Hace medio año cambié de lugar de residencia y me vine a tierras levantinas, a un lugar que conocía de hace mucho tiempo pero solo en período veraniego. De algún modo es afrontar un nuevo comienzo vital pero el futuro no está escrito y en ningún momento me veo como una persona pasiva aunque afortunadamente, ya sin estrés. En la actualidad dedico mucho tiempo a la lectura y estoy escribiendo mis memorias así como un relato que lo tengo bastante estancado.

Has estado mucho tiempo escribiendo sobre la actividad sanitaria. ¿Qué nivel tiene la sanidad en Huelva y qué es lo que necesita más urgentemente?

La sanidad onubense ha cambiado a mejor y mucho en las últimas dos décadas. La sanidad ha pasado a ser uno de los temas que más preocupan a la sociedad y los políticos se han tenido que poner las pilas. Hace treinta años, este era un tema que ni se tocaba en una campaña electoral y ahora es clave. Por desgracia, Huelva sigue estando en el furgón de cola de las preocupaciones de las autoridades autonómicas tal y como pasó con el anterior Gobierno.

Ninguna provincia tiene tres chares empantanados como pasa aquí y tiene carencia de un Materno infantil que ni se sabe cuándo será una realidad. Dentro de lo más inmediato, Huelva necesita como el resto de las provincias españolas, que se refuerce la Atención Primaria y que la sociedad haga un uso racional de la sanidad pública. Creo que no somos plenamente conscientes del privilegio que tenemos con ella.

¿Qué recuerdos guardas de tu etapa profesional en Huelva?

Mi etapa profesional en Huelva es prácticamente decir mi etapa profesional. Allí he vivido lo más gratificante y donde más he aprendido. De siempre, desde 1989 que es cuando llegué a Huelva, he visto excelentes profesionales y gente muy trabajadora por lo que quiero romper una lanza en favor por el periodismo provincial que no tiene nada que envidiar al de las capitales.

¿Qué añadirías y quitarías de la prensa actual?

R. - La decadencia de las empresas periodísticas ha provocado una auténtica matanza profesional de gente que aún estaba en lo mejor de su carrera. Lo cierto es que cada vez es más difícil vivir del periodismo y la precariedad tiene siempre un efecto negativo en cualquier ámbito laboral. Espero que los profesionales que empiezan ahora no pierdan su espíritu crítico y no se limiten a ser meros notarios de la actualidad, es decir, reproducir simplemente lo que dicen otros.

¿Qué te llevó a estudiar periodismo? ¿Se lo recomendarías a alguien?

Desde muy jovencito sentía una enorme atracción por los periódicos. Para mí, abrir un periódico era entrar en un universo que hablaba de una sociedad, de sus preocupaciones. En el periódico estaba todo lo que buscaba y eso me sedujo.  Afortunadamente la gran parte de mi carrera, la he vivido en un diario. Respecto a la segunda pregunta, si retrocediera 40 años no estudiaría Periodismo. Posiblemente lo tendría como una afición. Me ha encantado ser periodista pero no puedo evitar un cierto sabor agridulce al ver cómo se ha degradado esta profesión. Aun así, les envío muchos ánimos a todos aquellos que quieren dedicarse a ello por si, como se dice, lo llevan en la sangre.

¿Qué entiendes que necesita Huelva para despegar de una vez?

Para mí Huelva no entra en los parámetros de la España Vaciada pero sí en lo que se podría conocer como España Ninguneada. A nuestros políticos se les nota mucho que están deseando que los llamen para dar el salto a Sevilla o Madrid aunque supongo que esto pasa también en muchos otros sitios. Vivir en una provincia como Huelva es sentirse de algún modo ninguneado pues somos ciudadanos que tenemos las mismas obligaciones fiscales que cualquier otro español y sin embargo nos cuesta más que se nos hagan realidad las soluciones a nuestros problemas. Respecto a la sociedad onubense, pienso que es más activa de lo que habitualmente creemos. Hay gente que ama y apuesta por Huelva sin ningún tipo de complejos y además, con toda la razón del mundo.

¿Qué significa para ti Huelva?

Huelva para mí es una de las fibras más sensibles de mi corazón. Cuando llegué a Huelva en 1989, vi una ciudad con muchas carencias pero desde el primer momento fui consciente de que había llegado a un lugar especial y esa sensación no la he perdido nunca. Tengo que hablar con María Eugenia Limón para que me nombre Embajador de Oro (Jajaja) porque no hago otra cosa que hablar bien de Huelva en todos los sitios. Me da mucha pena lo desconocida que es pero los pocos que de aquí han estado allí, coinciden en que es “una buena tierra”. Vivo en un sitio donde viene gente de todo el país y estoy cansado de oír “no conozco Huelva pero Cádiz sí”, señal de que en nuestra provincia hay cosas que no se están haciendo bien del todo.

¿Qué recuerdos guardas de tu niñez y qué soñabas ser de mayor?

Creo que la infancia se va idealizando con la edad. Yo tuve una buena niñez pero tampoco echo mucho la vista para atrás pues no tengo recuerdos que me hayan marcado de una manera especial. No quita que las pocas veces que he ido por el barrio donde crecí, sienta un pellizco en el corazón.

¿Qué es lo que más sentido da a tu vida en estos momentos?

Quererme a mí mismo, cosa que olvidamos con mucha facilidad. Y como padre, pues como todos, que nuestros hijos sean felices así como todas las personas a las que queremos. Afortunadamente tengo muy buenas amistades y eso da un enorme respaldo emocional.

¿Cuáles son tus aficiones preferidas?

Como ya te he comentado leo mucho y soy muy heterogéneo en ello. Llevo un tiempo con el misticismo español. Después de leer a Santa Teresa estoy con San Juan de la Cruz y después quiero pasar al último libro de Ken Follet. Las ganas de escribir me han abandonado desde que 2022 ha empezado, pero quiero seguir con ello.

Después de haber vivido tantos años en Huelva, a la que suelo ir varias veces al año, vivir al lado del mar se me ha vuelto imprescidible.

¿Quiénes han sido o son tus referentes profesionales y personales? 

Siempre admiraré a Jesús Hermida. Con él hubo un antes y un después en el periodismo español. Además imprimió un estilo personal que no personalista. A nivel personal o vital, obviamente Jesucristo es el faro de mi vida y admiro a todas aquellas personas que han sido adelantadas a su tiempo, que sufrieron la incomprensión de sus contemporáneos y luego la historia les dio la razón. Me admira leer obras de escritores de hace tiempo y que sin embargo parece que están escritas  ayer mismo. Ese pálpito de frescura y eternidad no lo tiene todo el mundo. Admiro a gente como Cervantes, Wilde o el propio Da Vinci.

Enrique ha sido una gozada echar este ratito de charla contigo, pero si quieres añadir algo más, hazlo. 

Agradecerte, en primer lugar a ti José Luis, la oportunidad como me has dado de poder participar en esta sección que tiene tantos seguidores y que el futuro aún está abierto. Tengo 62 años pero con unas enormes ganas de seguir dando guerra.  Tampoco quiero olvidar a aquellos que fueron algo importante para mí en el mundo del periodismo como fueron Ana Vives, Mari Ángeles Puente o el querido Angel Serradilla. Todas ellas, muertes prematuras que nos han estremecido.