viernes. 19.04.2024
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Antonio Navarro: "De verdad, da hasta vergüenza el abandono que muestra Huelva"

El periodista Antonio Navarro, que ha trabajado con Manuel Chaves y Susana Díaz, desgrana sus reflexiones en esta entrevista. En ella entiende que hay "comunismo" en este Gobierno, critica el abandono de Huelva y, como semanasantero, reclama la importancia del Calvario en la resurrección del la Semana Santa onubense.
Antonio Navarro: "De verdad, da hasta vergüenza el abandono que muestra Huelva"

Se acerca hoy por esta sección de entrevistas en tiempo de pandemia Antonio Navarro Vázquez del que tengo muy buenos recuerdos cuando a finales  de los años 70 coincidimos trabajando para la agencia Efe, siendo Antonio uno de los compañeros al que le enviaba mis trabajos periodísticos desde la costa onubense, fundamentalmente desde Isla Cristina, donde yo ejercía como corresponsal. Ahí fue donde lo conocí, y, desde entonces hemos mantenido una buena relación.

Empezar a escribir sobre una semblanza de Antonio me resulta algo bastante complicado. No es por nada, pero podría escribir casi un libro sobre actividades realizadas a lo largo de años tanto de periodista, letrado, creador de instituciones, conferenciante, tertuliano… No en balde, también estuvo en la Administración del Estado: Campeonato Mundial de Atletismo, en Sierra Nevada y, en la Administración Autonómica andaluza con Manuel Chaves y Susana Díaz, sin olvidar aquel hito del V Centenario del Descubrimiento de América donde desarrolló una importante labor. Sus residencias siempre han estado en Huelva, Sevilla o Madrid, pero cuando no, estaba de

corresponsal de EFE en África o América. También, de obligado cumplimiento, es destacar la Fundación de la Posconciliar Hermandad y Cofradía del Calvario onubense que acabó con la grave crisis que padecía la Semana Santa de Huelva.

Han pasado muchos años y en muchas historias o quehaceres periodísticos he coincidido con nuestro invitado de hoy, por ejemplo cuando colaboraba, en los  comienzos de “Huelva Información” con aquella sección de “Onubenses en Madrid”, o cuando estuvo dirigiendo “La Voz de Huelva…”

Pero me gustaría que conocieran un poquito más a Antonio, por lo que me gustaría añadir que fue de la tercera generación de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, que cuando estudiaba quinto curso se matriculó en  Derecho, no estaba lejos la Facultad donde estudiaba comunicación o periodismo. Terminó los estudios en su segunda Facultad de Derecho meses antes de partir hacia Guinea Ecuatorial. No hace tampoco mucho tiempo que ha acabado su primer tomo de la Historia de la Posconciliar Hermandad y Seráfica Cofradía del Calvario onubense.

Antonio, es un gran semanasantero, persona cordial, amable, solidario, con gran sentido de la amistad, optimista, buen conversador.... que cuando lo llamo para proponerle echar este ratito de charla que ha sido de lo más instructiva, interesante, entrañable y amena, acepta del tirón y este es el resultado:

¿Qué opinión tienes de la situación que estamos viviendo?

Parece que vivimos un equilibrio entre lo positivo y lo negativo. Hay temor todavía en la sociedad, y bastante por el Covid. Creo importante que no debemos elegir la inercia de las masas o mirar por las conveniencias políticas de cada momento. No se puede ni se debe huir de la realidad y, menos, desde una perspectiva personal.

¿Cómo crees que cambiará la vida después de la pandemia y, sobre todo, el mundo de la comunicación?

La informática continúa con su despegue y avance decisivo y a costa del periódico.  Vamos, la ausencia que conlleva, por otro lado, la carencia de los consejos de dirección que celebrábamos a mediodía para la creación del diario que empezábamos a hacer.  Creo que el periódico actual -con la desaparición del papel- tiene los días o años contados para su desaparición, pero, desde mi interior, ojalá no.

¿Has pasado miedo en algún momento?

Periodos que recordarás durante el resto de tu vida. Es verdad que me han llevado a una soledad fuerte, menos mal que el optimismo nunca me ha abandonado. La esperanza, acompañada de la fe y mis principios éticos o morales, me han ayudado a superar malos y complicados momentos. He estado lejos de la desesperación, ni se me ha cruzado por  delante.

¿Qué proyectos tienes para el futuro y qué haces ahora?

Julián Marías escribía “sin una considerable dosis de bondad se puede ser listo, pero no inteligente.” El respeto al prójimo lo creo básico para una sociedad avanzada, lo que significa dejar actuar también a los demás, comprender realmente los puntos de vista y admitir que puedan llevar razón. Buscar, en honor a la verdad, moderación y mucha

prudencia. Sí, ya sé que es difícil, pero se intenta o debe intentarse. Practico la lectura y escribir, no olvido textos históricos…

¿Cómo valoras la labor de los políticos en general ante esta pandemia?

La valoraría de muy regular. Desgraciadamente, España no ha dado ni da políticos de categoría. Es verdad que existen algunos buenos en países europeos y desarrollados y también en otros continentes aunque no abundan que digamos. Un buen ejemplo de  calidad es la ex presidenta alemana Merkel. Yo destacaría la ausencia de generosidad en los políticos, principalmente en España, donde se nota una carencia muy fuerte.

Recuerdo ahora a Emilio Lledó cuando escribía que lo que más le preocupaba en la vida pública es la ignorancia de los políticos y que solo entienden muy bien de sus trapisondas. Por cierto, en cuanto a ese comunismo que hoy padecemos en el Gobierno de España y que se le conoce por Podemos, el poeta polaco y Premio Nobel, Czeslaw Milosz, –tras la pregunta que le hacen sobre qué había aprendido tras años bajo el régimen comunista de la antigua URSS- dijo “la resistencia frente a las estupideces.” La  verdad, es muy fuerte vivir bajo un régimen comunista donde no existe la libertad y ni muchísimo menos la democracia. España, como todos los países civilizados, demanda líderes dignos de respeto, que amen la libertad de opinión, que sepan escuchar y actuar  desde otras perspectivas. Líderes veraces que no permitan la difamación, que admiren a sus conciudadanos y respeten a sus contrarios. Y para sacar nota o matrícula que sepan irse cuando lo ha hecho mal, muy mal o no sepan hacerlo bien. Vamos, como en cualquier otro trabajo.

¿Qué te ha parecido el papel de los medios de comunicación y redes sociales en esta pandemia?

Me pareció muy triste y pienso que fuimos desbordados por la propia pandemia. Es verdad que fue algo que volvía el hombre a vivirlo, pero no había, que digamos, muchos referentes. Un cúmulo de sensaciones extrañas aparecieron y por, otra parte, se  truncaron ilusiones y esperanzas. Vino intensamente un miedo a lo desconocido, no se veía empatía en nada ni en nadie. La mayoría, no podemos olvidarlo, no hemos vivido  aquella horrible Guerra del 36.

¿Qué crees necesita Huelva y Provincia para despegar de una vez?

Concienciación de todos los onubenses para tener a Huelva en la jerarquía de nuestros valores. Ahí entra lo que podamos ofrecer a la vieja Onuba y con generosidad: dar ideas, obligarnos a trabajar por ella de forma generosa y altruista, participar en el mayor número de acontecimientos, apostar por sus entes, visitar alguna vez la Universidad

onubense, Museos… No olvido ahora a Hegel que escribía que “la Historia es el largo camino de la Humanidad hacia la libertad y la prosperidad”. Huelva necesita de todos nosotros y hacer realidad muchos trabajos y proyectos que beneficiarán a todos, es decir, a Huelva. Y esto conlleva el respeto a la capital y provincia y a todos los que somos de aquí o viven en esta tierra o provincia milenaria. No olvidemos que la Biblia cita, por primera vez a Europa, con Tharsis: la plata que utilizaron para el Templo de Salomón. Sí, una tierra maravillosa y grande que ha escrito con letras de oro muchas páginas de la  Historia de la Humanidad, como el Descubrimiento de América.

Y algo para concluir: obligarnos a elegir a los mejores para que ocupen los puestos de responsabilidad, como ayuntamientos, diputaciones provinciales, subdelegados…

Estamos obligados a no olvidar el futuro de Huelva y, por ende, el nuestro, como la integridad, la verdad, el buen hacer… Olvidemos a incompetentes que no sirven para asumir o crear responsabilidades. No es de recibo, por ejemplo, los años que ha llevado  y lleva olvidada la antigua plaza del Mercado de Abastos que ya no existe, como tampoco los edificios que la rodeaban y que hoy se concreta a un enorme garaje, explotado por varios dueños y, todo el espacio, a menos de cinco minutos andando de la céntrica Plaza de las Monjas. De verdad, da hasta vergüenza el abandono que muestra Huelva, no creo que lo merezca o lo merezcamos.

¿Qué significa para ti Huelva?

Hay un magnífico consejo marinero que dice que” no hay viento favorable si no sabes a dónde vas”. Un ejemplo es el antiguo Banco de España, en la céntrica Plaza de las Monjas y calle 3 de agosto. Allí lleva años cerrado y sin utilizarse: ¿hasta cuándo? Es tremendo.

Yo soy partidario y así lo hice saber a responsables cuando se cerró el Banco de dedicarlo a la Casa de América de Huelva e incluso lo saqué en más de una ocasión en el recuadro o columna que tenía en el periódico que editaba el amigo Urbano Gómez, “Odiel”. Allí  estaría una biblioteca, un museo de pintura, hemeroteca, archivos… todo dedicado a América y, en especial, al Descubrimiento. Habría salón de actos y demás infraestructuras para lograr incluso que si hubiera Consejos de Ministros u otras reuniones, como la Junta de Andalucía, especialmente en conmemoraciones históricas  como el 3 de agosto o 12 de octubre o en la llegada de Colón a Palos de la

Frontera, el 15 de marzo de 1493, tras su regreso del primer viaje. Vamos, un rico edificio ejemplar y admirable donde Huelva pudiera sentirse plenamente orgullosa. Por supuesto, con el ofrecimiento de la Casa de América onubense a todos los países americanos.

¿Tus mejores y peores recuerdos profesionales?

Recuerdo entrevistando a José María Ruiz Mateos, en el Parque londinense de  Kensington Gardens, tras su rápida salida de España y donde me llevé más de dos horas charlando exhaustivamente de Rumasa con él y para los servicios especiales de EFE; no  puedo tampoco olvidar el Hotel Palas de Madrid donde tomé café con Bob Dylan cuando vino por primera vez a actuar a España y lo hizo en el Estadio del Rayo Vallecano; creo que era septiembre de 1982 y hacía poco tiempo que el PSOE ganaba, por primera vez, las Elecciones Generales que se celebraron aquel año. Recuerdo que Santana hacía de telonero en el concierto del Nobel Dylan. Los malos recuerdos no me vienen ahora a la mente, por supuesto que los habrá, pero, seguro, que no merecen la pena citarlos.

¿Qué recuerdos guarda de tu niñez y que soñabas de mayor?

Muchos, por ejemplo cuando cogíamos el tren muy cerca de la Plaza 12 de octubre para trasladarnos al Club Náutico o al Balneario o a la misma Punta del Sebo para bañarnos.  Los jueves por la tarde era siempre porque después no teníamos colegio. Me viene a la mente el gran pintor onubense, Mateo Orduña, que veíamos pintar muy cerca de la Estatua de Cristóbal Colón; las Fiestas Colombinas se celebraban en los Jardines del  Muelle... La actriz Jessica Lange dijo en una entrevista –“El País” 5/II/1984- que “por nada en el mundo volvería a vivir mi vida. De ninguna manera. Ha sido muy dolorosa. Incluso con todas las alegrías ha sido dolorosas.” No, no es que firme sus declaraciones, pero las entiendo o puedo entenderlas.

¿Qué representa para ti la Semana Santa?

 La forma que me ha ayudado a seguir ejerciendo como católico. Desde muy pequeño tomé plena conciencia de mi fe y contando con la inestimable ayuda de mis padres que me educaron, como a mis hermanos en la Iglesia Católica. La Semana Santa fue la  fórmula idónea en la búsqueda de Jesús y María. Recuerdo mi estrecha relación de pequeño con la Compañía de Jesús, Salesianos y otras órdenes y sacerdotes, como el rvdo. Manuel López Vega o el obispo tercero de Huelva, monseñor Rafael González Moralejo. Fue un 24 de marzo de 1972 cuando nos reuníamos en la parroquia de la Concepción cincuenta amigos/as para votar la creación de una Hermandad y Cofradía  de penitencia. Aquello fue algo inaudito para la Historia de Huelva y su Semana Santa que vivía momentos muy difíciles donde la crisis amenazaba con hacerla desaparecer.  Fue en la Semana Santa de 1972 cuando se pospuso hasta el año siguiente para  suspender definitivamente las estaciones de penitencia de las cofradías porque apenas había nazarenos, no existían monaguillos, los costaleros –que eran profesionales- ya no querían portar los pasos y largo etc. Hubo, en aquella reunión, en la Cámara de Comercio, donde se reunieron obispo, alcalde, gobernador, presidente, Manuel Marin y algunos más y se comprometieron hasta el año siguiente de que si no avanzaba la Semana Santa en el próximo se acababan las sillas y palcos. Vamos, desaparecía la Carrera Oficial y si alguna Hermandad saliera debería dar una vuelta por su respectiva  parroquia. Y toda la crisis desapareció al fundarse la que sería la Posconciliar Hermandad y Seráfica Cofradía de Ntro. Padre Jesús del Calvario, María Stma. del Rocío y Esperanza y San Francisco de Asís que traería la maravillosa Semana Santa onubense que empezó  Huelva a vivir muy intensamente y la creación de nuevas e importantes hermandades en otros puntos de la ciudad onubense: hacía muchos años que no se creaba ninguna.

El Calvario fue la Hermandad 16 cuando se creó y hoy ya existen cerca de diez nuevas.  Fue algo inaudito: Huelva empezaba a escribir Historia cofrade y con letras de oro.

¿A qué dedicas tu tiempo libre?

El periodista Vicente Verdú escribía en “El País” que “todos los medios de comunicación de masas crean simultáneamente un público y un espectáculo, un espectáculo y a la vez  un público”. Esto me lleva a don José Ortega y Gasset que defendía que “el hombre no tiene naturaleza; lo que tiene es historia: Romper la continuidad con el pasado es una disminución del hombre y un plagio al orangután”.

¿Quiénes son tus referencias personales y profesionales?

R. - Me vas a disculpar, pero de referencias me suena ahora mismo al Alcalde de Móstoles, sí, aquel héroe que se llamaba Andrés Diego Torrejón García que firmó el Bando de Independencia que alertaba sobre la masacre cometida en Madrid por las tropas napoleónicas y que llamaba al auxilio de la capital de España y, por ende, a toda la Nación. Parece, a veces, que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz  Ayuso, se parece mucho, muchísimo, a aquel Alcalde. Esperemos nada tenga que ver con aquella Guerra de la Independencia y, en las próximas Elecciones Generales gane el  o la mejor política, pero de forma urgente para que España pueda avanzar de forma maravillosa en este nuevo Siglo XXI y el presidente de la primera potencia del mundo, supongamos sea el actual Joe Biden, venga a saludar a Madrid al Rey y a la nueva presidenta o presidente del Gobierno. Por otro lado, recuerdo cuando el líder socialista  Indalecio Prieto, en 1933, escribía lo siguiente: “estamos derrotados por nuestras propias culpas, por habernos dejado arrastrar a la línea bolchevique, que es la aberración política más grande que ha conocido quizás los siglos.”