jueves. 28.03.2024
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Opinión

El silencio de los corderos

Yo voy a ir a la manifestación del jueves 2 de diciembre contra el proyecto de Fertiberia y los fosfoyesos ¿qué vas a hacer tú?
El silencio de los corderos

No puedo permanecer callada ante el proyecto pacato con el que Fertiberia pretende saldar su enorme deuda con nuestra tierra.

Como arquitecta no puedo permanecer impasible ante un documento técnico insuficiente que no tiene en cuenta cuestiones tan relevantes como la capacidad portante del suelo bajo las balsas, sus deformaciones, el grado de sismicidad, los riesgos de licuefacción, de colapso. Estas carencias son advertidas por el equipo de geólogos de la Universidad de Huelva altamente especializados que lleva estudiando el estuario desde hace años, José Borrego y Juan Antonio Morales. Unos investigadores independientes, sin deudas con la AIQB, que están insistiendo en los grandes riesgos que corre el territorio y, por ende, la población onubense, la vida en el estuario.

Como urbanista no puedo quedarme en silencio ante el injustificable informe municipal de compatibilidad urbanística emitido sobre el proyecto de Fertiberia que legitima un uso industrial, un vertedero de residuos tóxicos y peligrosos, en dominio público marítimo terrestre, incumpliendo la Ley de Costas, generando una pantalla de fosfoyesos de 30 metros de altura, impidiendo el libre acceso, el flujo mareal que caracteriza un sistema de marismas, distorsionando el paisaje. Fertiberia no propone la RECUPERACIÓN de la MARISMA sino la clausura de un vertedero.

Esa responsabilidad que me confiere el conocimiento me empuja a no quedarme callada. Por eso llamo la atención sobre el incomprensible silencio de instituciones como el Colegio de Arquitectos de Huelva, el Colegio de Ingenieros de Huelva o la propia Universidad.

El 3 de diciembre de 2015 las calles de Huelva se llenaron de personajes políticos e institucionales portando pancartas en contra del proyecto de Fertiberia. Hoy una parte de ellos y ellas exhiben un censurable silencio cobarde si no un impúdico rechazo de la movilización ciudadana convocada el próximo jueves. Nada ha cambiado desde entonces, el proyecto sigue siendo el mismo, igual de temerario y hasta burdamente embustero por cuanto pretende hacer pasar por "recuperación" de la marisma la clausura de un vertedero ilegal de residuos tóxicos y peligrosos, a pocos cientos de metros de barrios populosos de Huelva.

Pero algunos han decidido dar la espalda a Huelva y plegarse a los lobbies con intereses ajenos a lo local que siguen tergiversando las demandas ciudadanas Porque nadie rechaza la industria tal cual, sino esta industria contaminante que genera un gran PIB que no se traduce en una mejora de la provincia con inasumibles índices de desempleo y pobreza. Una industria que repele la implantación de otras limpias agroalimentarias, biotecnológicas, que apliquen sin tergiversaciones el concepto de economía circular, sin comprometer territorios ni poblaciones.

Harta está esta provincia de maltratos históricos cronificados hasta en el momento presente. Sin inversión pública, sin infraestructuras sostenibles y con los residuos industriales que nadie quiere. Huelva se planta, sí. Se planta en las calles el próximo 2 de diciembre para decir un rotundo #NOalProyectodeFertiberia. Por responsabilidad hacia las generaciones presentes y futuras, sí a una #MarismaLimpia, sin fosfoyesos.

Yo voy a ir a la manifestación del jueves 2 de diciembre ¿qué vas a hacer tú?

Alicia de Navascués Fernández-Victorio

arquitecta