La defensa de Montoya maniobra para evitar la prisión permanente revisable

La cuarta sesión del juicio a Bernardo Montoya por el brutal crimen de Laura Luelmo ha comenzado este jueves con la pericial de la Guardia Civil. Cuatro agentes están llamados a prestar su testimonio en un juicio al que le quedan pocas horas hasta que el Jurado Popular pronuncie su veredicto.

De momento solamente está trascendiendo lo que dice la defensa de Montoya y poco más. Además del monólogo que el acusado pronuncia cada vez que llega a la Audiencia de Huelva en el furgón policial. Críptico, lacónico, se escucha, atronador, el sonido de la voz de Montoya: "inocente", "lo siento".

Después llega su abogado a exponer lo que interesa a esa parte y se centra en evitar la condena a prisión permanente revisable. Por eso desacredita y vierte dudas sobre las pruebas o indicios que apuntan a la agresión sexual, violación de la víctima, además de su detención ilegal y asesinato a golpes.

La defensa es la única parte que está informando. Todo un síntoma de un juicio que no quería "circo mediático" y un desfile de imágenes escabrosas por los platós de televisión y el uso de fotografías que hubiesen provocado un dolor añadido a la familia de la víctima.

La defensa confía en evitarle a Montoya la prisión permanente revisable que le haría viejo en prisión, de imponerse esta condena. En esa estrategia se enmarca la táctica del defensor y no duda en proclamar hasta la supuesta "impotencia" de Montoya.

Los forenses que han declarado hasta ahora han definido las causas de la muerte de la joven zamorana que se relacionan directamente con los golpes que le propinó su captor y los tiempos de su fallecimiento, una de las claves en este proceso.