viernes. 26.04.2024
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Antonio Núñez: "los partidos nacionales van a tener que aceptar que hay intereses que no coinciden con los suyos"

Me llena de satisfacción que se acerque hoy por esta tribuna pública el Dr. Antonio Núñez Roldán, al que conozco desde que militaba en el Partido Andalucista
Antonio Núñez: "los partidos nacionales van a tener que aceptar que hay intereses que no coinciden con los suyos"

Me llena de satisfacción que se acerque hoy por esta tribuna pública el Dr. Antonio Núñez Roldán, natural de La Puebla de Guzmán, y al que conozco desde que militaba en el Partido Andalucista, teniendo con él una gran sintonía, aunque hace mucho tiempo que no coincidimos, pero la verdad es, que en cuanto le he propuesto echar un ratito de charla para realizar esta entrevista, y no lo ha dudado, aceptando del tirón, lo que obviamente le agradezco.

Pero vamos a conocer un poquito más a Antonio, quien cursó sus estudios de Medicina en las universidades de Valladolid y de Sevilla alcanzando el grado de Licenciado en Medicina y Cirugía en 1972. En 1975 consiguió el título de Médico especialista en Hematología y Hemoterapia tras completar su etapa como Residente en el Hospital Manuel Lois de Huelva. Durante los años 1976 y 1977, disfrutó de una beca posgrado para realizar estudios de Inmunología en el Instituto de Investigaciones sobre las Enfermedades de la Sangre (INSERM U93 - Université Paris VII) en Paris (Francia), bajo la dirección del Prof. Jean Dausset, premio Nobel de Medicina en 1980. En 1978 completó sus estudios de Inmunología en el Instituto Pasteur de Paris, consiguiendo el Certificado de Inmunología de dicho Instituto. En 1979 defendió su tesis doctoral, dirigida por el Prof. Dausset en la Universidad de Sevilla, obteniendo la calificación de Sobresaliente cum laude.

Regresó a Sevilla en 1978 siendo el organizador y director del primer laboratorio de histocompatibilidad y trasplante que se creó en Andalucía, lo que hizo posible la práctica de los trasplantes de órganos y de progenitores hematopoyéticos no sólo en Sevilla sino en los demás hospitales andaluces, siendo el único laboratorio de Inmunología del trasplante en Andalucía hasta bien entrados los años 80. Por ello recibió el correspondiente reconocimiento oficial por parte del gobierno de España y del Consejo de Europa.

A partir de 1987, accedió a la plaza de jefe del recién creado Servicio de Inmunología del Hospital Universitario Virgen del Rocío, cargo que ocupó hasta su jubilación en octubre de 2019. Al igual que en el sistema sanitario, en la Universidad de Sevilla, Asimismo ha inaugurado e impulsado el área de Inmunología: desde 1988 hasta 2008 como Profesor Asociado de Medicina; desde agosto de 2008, como profesor titular de Inmunología y, desde septiembre de 2011 hasta su jubilación en 2019, como primer catedrático de Inmunología de la historia de la Universidad de Sevilla.

Fuera de España, Antonio fue, desde 1983 a 1988, profesor Asociado de Medicina en la Facultad de Medicina de Monte Sinaí de Nueva York (EE UU) y entre 1998 a 2007, responsable del programa de acreditación de la calidad de laboratorios de Inmunogenética y Trasplante de la Federación Europea de Inmunogenética (EFI). Bajo su coordinación, un total de 201 centros europeos y extraeuropeos (Sudáfrica, Armenia, Israel, México, etc.) fueron acreditados oficialmente. Por esta actividad, nuestro invitado de hoy recibió la medalla de Oro de la EFI en el año 2007.

De su actividad científica, cabe destacar haber sido autor de más de 200 publicaciones científicas indexadas, director de 27 tesis doctorales e investigador principal en 22 proyectos de investigación financiados por agencias oficiales.

Entre sus diversas contribuciones científicas cabe destacar el descubrimiento de una de las causas que originan el rechazo de los trasplantes de hígado. De igual forma Núñez formó parte del grupo de investigadores del Hospital Universitario Virgen del Rocío a los que fue adjudicado la concesión de 8,5 millones de euros de fondos FEDER que permitieron la construcción del Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBIS), habiendo sido, desde su creación hasta el año 2017, Investigador Responsable del área “Inmunología General y Trasplantes” y coordinador del área “Enfermedades Infecciosas e Inmunología” de dicho Instituto.

En noviembre del año 2019, la Diputación Provincial de Huelva concedió a Antonio la medalla de la provincia de Huelva por sus méritos científicos y profesionales.

Pero como resañaba, anteriormente Antonio también hizo sus pinitos en la política y entre 1990 y 1994 fue diputado del Parlamento de Andalucía por la circunscripción de Huelva perteneciendo al Partido Andalucista.

Durante dos legislaturas (2000-2004 y 2008-2012) fue parlamentario andaluz por el PSOE-A por la circunscripción de Sevilla, donde reside actualmente.

En las tres legislaturas fue portavoz de varias comisiones parlamentarias y ponente de diversas leyes, entre las cuales, la de la creación de la Universidad de Huelva, la del Testamento Vital y Voluntades Anticipadas, la Ley Andaluza de Universidades y la Ley Andaluza de Cooperativas.

Una vez que ya conocen lo más importante de Antonio a nivel profesional y una mijita de su etapa política, entramos en faena y comienzo a preguntar

P. - ¿Qué opinión tienes de la situación que estamos viviendo?

R. - Estamos asistiendo en todo el mundo a enormes cambios de todo tipo: sociales, económicos, políticos, medioambientales y de salud pública en un contexto que se ha dado en llamar globalización, todo lo cual está determinando una nueva realidad que nos puede terminar desbordando. Como dijo alguien, nuestro mundo desaparece cuando aún no ha aparecido el nuevo. Difícil coyuntura.

P. - ¿Crees que durará mucho esta pesadilla de pandemia?

R. - Creo que gracias a la rápida respuesta de la investigación biomédica descubriendo novedosas vacunas en tiempos increíblemente cortos y a la eficaz acción de los gobiernos la epidemia podría estar controlada, aunque hay que vacunar al tercer mundo. Pero epidemias de este tipo pueden volver a aparecer en el futuro.

P. - ¿Cómo cambiará la vida después de la pandemia y sobre todo el mundo de la sanidad?

R. - Lo característico de esta pandemia es que se ha hecho presente en todo el mundo en un corto espacio de tiempo sin respetar climas ni latitudes, pues se ha desarrollado a la vez en ambos hemisferios. Los sistemas sanitarios han respondido muy bien pero me temo que la atención a muchos otros pacientes no-COVID se ha debilitado. Habrá pues que estar atentos y preparar circuitos y dispositivos para atender a futuras pandemias sin dejar de lado las demás patologías.

P. - ¿Has pasado miedo en algún momento?

R. - No. En nuestro caso, como creo que ha hecho casi todo el mundo, hemos respetado las directrices de las autoridades sanitarias y hemos resistido bien.

P. - ¿Qué proyectos tienes para el futuro y qué haces ahora?

R. - Desde hace dos años estoy jubilado de mis tareas en la Universidad y el hospital.

Ahora me dedico a tomarme la vida con tranquilidad, a leer mucho, a conversar con amigos, algo que me gusta especialmente, y a la pintura, a la que no me había dedicado nunca pero donde he encontrado una actividad muy placentera.

Acabamos de clausurar mi primera exposición colectiva, ¿quién me lo hubiera dicho hace dos años?

P. - Desde la distancia, ¿qué crees necesita Huelva para despegar de una vez?

R. - La situación geográfica de Huelva, en una esquina de España, ha complicado las cosas. Si conseguimos que los pujantes sectores agro industrial, incluyendo el vinícola y la industria de transformación mineral, rompan de una vez su “techo de cristal”, Huelva puede llegar muy alto, aunque es preciso hacer una revisión a fondo de otros sectores como el energético y, sobre todo, el turístico, donde hay grandes oportunidades de mejora. Tenemos que seguir reivindicando la mejora de nuestras infraestructuras, especialmente la alta velocidad Sevilla-Huelva-Faro, lo que supondría sin duda un incremento notable de la cadena de valor de nuestros productos y servicios.

P. - ¿Qué significa la provincia de Huelva para ti y en especial La Puebla?

R. Es donde tengo mis raíces. Y las siento muy profundas. Tenemos una provincia diversa y grandiosa en todos los sentidos y yo, no sólo la amo, sino que trato de disfrutarla.

P. - ¿Los sanitarios estáis disgustados o contentos con la labor de los políticos?

R. - Yo ahora, como te dije, estoy jubilado, pero me consta que están muy agotados y, a la vez, bastante escépticos con respecto a los responsables políticos. La pandemia ha sido muy dura y ha pillado al sistema sanitario andaluz en un momento de cierta debilidad. Gracias a los fondos covid generados por el gobierno central se ha podido hacer frente a la situación, aunque, como dije antes, dejando en segundo término a los enfermos crónicos (diabéticos, cardiópatas, etc. etc.), sobre todo mayores. Todos temen que una vez que el gobierno andaluz deje de recibir estos fondos especiales, la situación pueda llegar a ser muy delicada. Hay que tener en cuenta que las listas de espera han crecido considerablemente y ahora habría que acelerar y fortalecer la demanda pendiente y la futura.

P. - ¿Los medios de comunicación han dado los datos reales de muertes, contagios... durante el estado de alarma?

R. - Creo que, en líneas generales la mayoría de los medios de comunicación han hecho un buen trabajo, con objetividad y huyendo del alarmismo y la demagogia. Es lógico que, ante una situación dramática y desconocida, por nueva, haya podido haber algunas deficiencias en la información facilitada por las administraciones públicas, sobre todo al comienzo de la pandemia, pero repito, la información que han transmitido los medios ha sido en general de buena calidad.

P. - ¿Cuáles son tus mejores y peores recuerdos profesionales y políticos?

R. - El instinto de supervivencia hace que olvidemos los malos recuerdos y mantengamos sólo los buenos. Tengo magníficos recuerdos de mi paso por la política, donde fui ponente de la Ley de creación de la Universidad de Huelva, de la Ley del testamento vital, de la Ley de Cooperativas, de la Ley de Universidades de Andalucía, entre otras. En la esfera profesional, mis buenos recuerdos son muchos: mi doctorado en París con Jean Dausset, quien recibió el premio Nobel en 1980; la creación, tras mi regreso de Paris, del primer laboratorio andaluz de Inmunología que permitió que pudiéramos comenzar a hacer trasplantes de órganos y tejidos en Andalucía, algo que no podía hacerse sin este laboratorio. Otra experiencia extraordinaria fueron mis 5 años, entre 1982 y 1987, como profesor en la Universidad Monte Sinaí de Nueva York o mi toma de posesión de la primera cátedra de Inmunología en la historia de la Universidad de Sevilla. Son muchos los buenos recuerdos.

P. - ¿Cuáles son tus logros médicos y políticos de los que te sientas más orgulloso, aparte de los ya citados?

R. - Podría añadir que en mis años como profesor de la Facultad de Medicina de Sevilla he tratado de inculcar en mis alumnos la cultura del esfuerzo, de la curiosidad científica, del optimismo y de la pasión por las cosas. Sin pasión la vida se empequeñece. Quiero pensar que por todo ello, la Diputación Provincial de Huelva me concedió la medalla de oro de la provincia, algo de lo que me siento particularmente orgulloso.

P. - ¿Necesita Andalucía un partido político netamente andalucista?

R. - Creo que no y he vivido la experiencia. Alguien podría reclamar un partido netamente onubense o sevillano como ha ocurrido en Teruel y así podríamos seguir descendiendo a niveles más locales. Eso sí, los partidos de ámbito nacional van a tener que aceptar que, en sus ámbitos regionales, haya cada vez más intereses y opiniones propias que no siempre van a coincidir con la de los partidos centrales.

En el caso del PSOE, se trata de un partido estructurado en clave federal lo que les facilita esa necesaria adaptación a las realidades regionales.

P. - ¿Quiénes han sido tus referentes en esta vida?

R. - Mi padre falleció cuando yo apenas tenía 10 años, pero tuve la suerte de tener una madre extraordinaria. Ella ha sido siempre mi referente y mi inspiración. Pero también lo han sido D. Aurelio Palma, mi maestro en La Puebla, cuyas enseñanzas y ejemplo me han acompañado siempre o el profesor Jean Dausset, sabio tanto en lo científico como en lo personal y humano. Tengo también mucha gente a la que admiro. Aprendo ahora mucho de mis hijas que me ayudan a seguir tratando de entender el mundo actual.

P. - ¿Qué recuerdos guardas de tu niñez y soñabas ser de mayor?

R. - Disfruté mucho de mi infancia en La Puebla, de mis amigos, de mi abuelo Cristóbal, que me enseñó a amar el campo y los animales. Mis grandes amigos de la infancia y juventud aún los conservo. A mi padre, que estuvo más de un año enfermo en casa antes de morir, lo atendía un gran médico, D. José Luis Marenco Santana, médico también de la mina de las Herrerías. Irradiaba un aura especial; cuando llegaba a casa a ver a mi padre, era majestuoso. Pronto decidí que quería ser médico como él. He sido muy feliz por haber seguido esa llamada interior.

P. - ¿Antonio, quieres añadir algo más?

Casi nada de lo que he hecho hubiese sido posible sin Concha, mi mujer, que me ha respetado fielmente siempre. Mis suegros eran, él, de Villanueva de los Castillejos y ella, de Moguer. Debido a mi profesión, vivimos en Sevilla, tenemos una casa en Isla Cristina y visitamos todas las veces que podemos Puebla de Guzmán y otros pueblos de Huelva. Así pues, Sevilla capital y la provincia de Huelva son nuestro escenario vital que no cambiaríamos por ningún otro del mundo. Sevilla y Huelva son una combinación perfecta.

Antonio, ha sido todo un placer echar este ratito de charla, y, a ver cuando coincidimos físicamente que ya va siendo hora y si es en Isla Cristina, mejor, así podríamos tomarnos unos pellejitos de atún, que lo preparan riquísimos