viernes. 26.04.2024
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Felicidad Mendoza: "He dedicado muchos años de mi vida a investigar la vida y la obra de mi abuelo"

Hace algún tiempo que no coincidía con nuestra invitada de hoy a la que tengo un gran aprecio, me refiero a Felicidad Mendoza Ponce, periodista, doctora por la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid
Felicidad Mendoza: "He dedicado muchos años de mi vida a investigar la vida y la obra de mi abuelo"

Hace algún tiempo que no coincidía con nuestra invitada de hoy a la que tengo un gran aprecio, me refiero a Felicidad Mendoza Ponce, periodista, doctora por la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, donde obtuvo, en febrero de 2016, un Sobresaliente Cum Laude con su tesis “Biografía personal, profesional, intelectual y política del periodista José Ponce Bernal (Huelva 1898 – Madrid 1940)”, dirigida por el doctor Agustín Martínez de las Heras, y que fue merecedora del premio Extraordinario de Doctorado que otorga la UCM a las mejores tesis doctorales.

Ha dedicado buena parte de su vida a investigar la trayectoria vital de su biografiado, su abuelo materno. Una vez presentada la tesis, ha publicado artículos en revistas especializadas de reconocido prestigio, como Historia y Comunicación Social y Andalucía en la historia. En estos días sale de imprenta un libro sobre su tesis, una biografía más reducida de José Ponce Bernal que publica la Universidad de Huelva. También prepara otros proyectos relacionados con su biografiado.

Además de haber participado en congresos y jornadas de diversa índole, tiene publicado el libro “Sobre el parte-grito de guerra del alcalde de Móstoles”. En cuanto a su carrera profesional como periodista, ha trabajado en diversos medios de comunicación, donde ha

ejercido responsabilidades varias, como La Voz de Huelva, donde fue redactora-jefe; en la Agencia Europa Press como delegada en Huelva, en Diario 16 Andalucía, Huelva Información, entre otros. Pero está especializada en gabinetes de información y prensa. Ha sido jefa de la Oficina de Comunicación del PSOE de Huelva, donde trabaja actualmente. También ha ejercido de directora de Comunicación en la Subdelegación del Gobierno en Huelva y en la Diputación Provincial de Huelva.

Aprovechando que esta tarde a las 18:45 horas se rinde homenaje a su abuelo materno, el periodista José Ponce Bernal, donde se descubrirá un busto junto al Centro de Comunicación "Jesús Hermida"  he tenido la oportunidad de echar un ratito de charla en el día de ayer con Felicidad, que con la amabilidad que le caracteriza ha contestado a nuestras preguntas y este ha sido el resultado:

¿Qué opinión tienes de la situación que estamos viviendo?

En mi opinión, la ciudadanía se está comportando muy bien ante una adversidad tan grande como la que estamos viviendo. No se trata de unas semanas, de unos meses. Hay que tener en cuenta que llevamos así casi año y medio y es justo reconocer que la respuesta de la gente ha sido positiva ante una situación tan angustiosa, tan extraña, que ha generado un nivel de incertidumbre colosal que no conocíamos los que hemos crecido en una sociedad libre y democrática.

¿Crees que durará mucho esta pesadilla de pandemia? 

No lo sé. ¿Quién lo sabe? Nos enfrentamos a un problema mundial.

 ¿Las vacunas acabarán con este virus?

Mitigan su acción, desde luego, pero nadie garantiza que vayan a acabar con él y que no vendrán otros detrás.

¿Cómo crees que cambiará la vida después de la pandemia y, sobre todo, en Huelva? 

La vida ha cambiado para todos. A veces pienso que después de lo que hemos pasado, no hemos aprendido y nos creemos que las cosas van a volver a ser como antes. Pero yo creo que no, que nada es igual y que deberíamos tener muy presente el tiempo que estuvimos confinados y recapacitar para cambiar nuestras actitudes y contribuir a que no volvamos a vivir una situación semejante.

¿Has pasado miedo en algún momento? 

Sí, he pasado miedo, a veces mucho. No me importa reconocerlo porque es la verdad. Soy inmunodeprimida, por una enfermedad intestinal que padezco. Eso quiere decir que soy más vulnerable, que mi medicación anula mis defensas porque mis defensas atacan mi intestino. Entonces, he tenido que protegerme mucho y mi familia me ha cuidado. También he pasado mucho miedo por mis padres, que durante el confinamiento estuvieron muy solitos, tan mayores como eran. Y, fíjate, superado lo peor, a los dos días de recibir ambos la segunda vacuna, mi padre falleció. Eso ha sido un golpe durísimo para mí porque siento que he perdido un aliado en mi vida, una persona que velaba por mí cada minuto de su existencia y yo me sentía protegida por él. Su marcha ha dejado un enorme vacío en mi vida porque era un hombre con una personalidad muy poderosa. No estamos educados para afrontar la muerte y eso creo que es un error en nuestra educación.

¿Qué proyectos tienes para el futuro y qué haces ahora? 

Siempre estoy enfrascada en cosas diversas para aliñar bien mi vida y que no sea monótona. A veces me abrumo porque no puedo con tanto, pero al final me alegro porque sí que puedo, claro que puedo. Tengo proyectos. Si dejas de tener proyectos, dejas de tener ilusiones y la vida es ilusionarte con las cosas que haces y las que te quedan por hacer.

Hiciste tu tesis doctoral sobre tu abuelo materno. Cuéntanos.

Mi abuelo, José Ponce Bernal, es alguien crucial de mi vida. Ya sabes que fue un periodista y político onubense, cuya vida quedó truncada por el desenlace de la guerra civil, su encarcelamiento y su muerte en 1940. He dedicado muchos años de mi vida a investigar la vida y la obra de mi abuelo. El miedo de la dictadura, por la brutal represión que Franco ejerció sobre la sociedad española, hizo que en casa de mi madre se guardara silencio y ella, que solo tenía seis años cuando dejó de verlo y once cuando murió, tenía escasos recuerdos. Pero guardaba unas postales que él le escribió desde la prisión de Almería y su lectura me cautivó de tal manera que ya no pude dejar de preguntarme quién había sido mi abuelo, que escribía tan bien, que dibujaba tan bien y que murió en circunstancias extrañas. Pero se me contaban pocas cosas, que había sido periodista y por sus ideas políticas lo mataron. Con ocasión de estudiar Periodismo en Madrid, decidí comenzar a investigar. Aquello empezó a dar tanto fruto que decidí hacer una tesis doctoral con su biografía. La defendí en febrero de 2016, me calificaron con Sobresaliente Cum Laude y obtuve después el Premio Extraordinario de la Complutense a las mejores tesis doctorales.

Hoy martes se le hace un homenaje en Huelva. Estarás muy orgullosa.

Sí, es algo muy esperado. Al poco tiempo de obtener mi título de doctora, la Asociación de la Prensa de Huelva y el Colegio Profesional de Periodistas, a cuyo frente estaba el compañero Rafael Terán como presidente, se interesaron mucho por la figura de José Ponce. Organizamos un acto en la Fundación Cajasol para darlo a conocer a la sociedad onubense. Después, solicitamos al alcalde de Huelva, Gabriel Cruz, un reconocimiento público, tanto esos organismos como la familia. Pues ha llegado el momento. Hice varias propuestas al alcalde y le gustó mucho la idea de colocar un busto suyo en el entorno del Centro de la Comunicación Jesús Hermida. El de José Ponce Bernal será el primero de otros que se pongan en el futuro en ese mismo lugar de otros periodistas ilustres. Huelva es una tierra fértil que ha dado grandes periodistas y debemos presumir de ello, porque nuestra profesión es clave en una sociedad democrática.

¿Qué crees necesita Huelva y provincia para despegar de una vez? 

Pues mira José Luis, mi abuelo dedicó muchos artículos a remover las conciencias ciudadanas para que entre todos lograsen que Huelva prosperara. Decía que para que una ciudad triunfara era necesario que sus moradores fueran laboriosos, emprendedores y cultos, pero también era necesario que sus regidores fueran aptos, inteligentes y comprensivos, siendo el ciudadano un elemento útil dentro de la organización general del trabajo que había de poner sus iniciativas y sus esfuerzos al servicio de la ciudad, cooperando a la obra de crear fuentes de riqueza pública. Y los que gobernaban y administraban debían hacerlo con sabia dirección de los asuntos públicos, facilitando con su actuación la corriente del progreso general, estimulando las iniciativas particulares y abriendo ancho cauce al desenvolvimiento colectivo. Verás, él criticaba mucho la desidia y la desgana, el conformismo, porque realmente es lo peor que puede haber en el ambiente social para que todo se detenga. No gustaban muchas de sus reflexiones, quizá porque tenía razón y la verdad duele. Yo me voy a buscar antipatías, pero creo que hemos cambiado poco. Con asombro he leído artículos suyos de los años 20, 30 del siglo pasado que si los publicásemos hoy nadie notaría que tienen un siglo. Esto es preocupante, pero es.

¿Qué significa Huelva para ti?  

Soy de pueblo. Nací en Cumbres de San Bartolomé, pero mi vinculación con la ciudad de Huelva siempre fue estrecha porque mi madre nació aquí. Vivo en Huelva desde mayo de 1995, cuando entré a formar parte de la redacción de La Voz de Huelva y aquí me quedé, me enamoré y mis hijos han nacido en Huelva. No creo que me mueva ya de aquí. Realmente la ciudad ha cambiado mucho en los últimos años y se vive muy bien en ella. Es acogedora de verdad. Suena a tópico, pero es así. Es amable y cómoda. Cada día me encuentro más a gusto aquí. Huelva es mi sitio, sin duda.

¿Qué recuerdos tienes de tu niñez? 

Tuve una infancia muy, muy feliz. Soy la pequeña de cinco hermanos y me he sentido muy querida y protegida, por ellos, por mi madre y por mi padre. En mi pueblo estaba todo mi mundo y no me faltaba de nada. Éramos muchos niños. Ahora es una pena ver lo vacío y silencioso que está porque casi no hay críos en la calle. El griterío de unos niños jugando, yendo al colegio, saliendo y entrando llenan de vida un pueblo y Cumbres estaba lleno de vida. Había tiendas y personas que desarrollaban todos los oficios para que las necesidades de la gente estuvieran cubiertas: Andrés y Rosalía hacían el pan; Paco, los muebles; Gumersindo, Antonio, José o Francisco te arreglaban los zapatos; José trabajaba la fragua y herraba los caballos; Andrés te instalaba y reparaba la electricidad; Ángel te ponía los grifos; Leandra, Rafaela, las hermanas Forrajeras, Josefa y Leandra, te hacían la ropa. Mi padre, que tenía una tienda donde había de todo, también te arreglaba una tele o una radio. Venía la gente: Mendoza, arréglame esta radio que ya no habla, jaja. Me encantaba ayudarlo a deshacer las cajas y a poner los precios de los objetos que vendía. Jugué mucho, en todas partes, todos los días, en el campo, en la plaza, en los callejones En verano íbamos a la rivera a bañarnos y esperábamos a nuestras amigas que habían emigrado a Cataluña y veíamos cómo habíamos crecido. Sí, tuve una infancia maravillosa, muy feliz; y mis recuerdos son buenos, gratificantes, hermosos.

¿Cómo valoras la actuación de los políticos en general durante este más de un año que llevamos de pandemia? 

Siempre se puede decir que se podía haber hecho mejor porque es verdad que todo en esta vida se puede hacer mejor de lo que se hace y nunca estamos conformes. Nos hemos enfrentado todos a algo nuevo y se han cometido muchos errores que podían hacerse evitado. Cuando surgió el virus en China, en casa lo hablábamos. Va a llegar aquí más pronto que tarde y deberíamos prepararnos. Pero no se hizo. No sé por qué se tardó tanto en reaccionar. Ha habido una falta de previsión y una confianza en no sé qué cosa milagrosa. ¿Nos creíamos imbatibles, quizá? Pues ahí tenemos las consecuencias. Los ciudadanos tenemos que confiar en los gobernantes porque para eso los votamos, para que nos protejan y vayan por delante. Bueno, hay que ser optimistas.

¿Qué te parece el papel que están jugando medios de comunicación y redes sociales? 

Para los medios de comunicación también ha sido una revolución lo que ha ocasionado la pandemia. Estoy preparando con el compañero y amigo Rafa López, de Onda Cero, una intervención en un curso de la UNIA sobre cómo se han enfrentado los medios a la pandemia y es realmente interesante porque ha habido que aprender, innovar y convertir cada minuto en un reto. Ha sido muy difícil para la prensa porque de pronto nos hemos convertido en protagonistas de primer orden en todos los hogares y en todos los entornos a todas las horas del día. Somos la vía de transmisión de la información desde los organismos oficiales hasta las personas y esa tarea se convirtió en algo titánico. Yo recuerdo durante el confinamiento que no paraba de trabajar en todo el día, estábamos todo el rato conectados, trabajando. Ha sido agotador. Las redes sociales merecen otro análisis bien distinto. No se puede confundir una red social con un medio de comunicación. Las redes tienen otra función. No son fuentes de información fiables, salvo los perfiles oficiales de los medios de comunicación. Cada persona tiene hoy en su mano su perfil para decir y difundir lo que quiera y eso es muy poderoso. Dentro de un tiempo veremos qué consecuencias tiene esta manera de comunicarse. O las estamos viendo ya.

Feli, que me ha encantado enormemente echar este ratito de charla tan amena y entrañable al mismo tiempo. Me alegro verte feliz y esta tarde disfruta lo más grande con el homenaje que se le va a tributar a tu abuelo.

Un abrazo grande amiga.