viernes. 19.04.2024
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Polémica agrícola en Gibraleón por el destino de los suelos contaminados retirados del Ensanche

La organización denuncia que decenas de camiones transportan toneladas de arena “potencialmente contaminada” y son vertidas “sin ningún control” en una finca de uso agrícola en Gibraleón.
Imagen del traslado de las tierras supuestamente contaminadas a Gibraleón
Imagen del traslado de las tierras supuestamente contaminadas a Gibraleón
Polémica agrícola en Gibraleón por el destino de los suelos contaminados retirados del Ensanche

Mesa de la Ría ha puesto en conocimiento del Servicio de Protección a la Naturaleza de la Guardia Civil (SEPRONA) la evidente “gestión irregular” de la capa de terreno retirada de la parcela destinada a la construcción del colegio público en el Ensanche.

Esta organización ha podido comprobar que decenas de camiones transportan toneladas de arena “potencialmente contaminada” y vertida “sin ningún control” en una finca de uso agrícola en Gibraleón.

Aunque no exista hasta la fecha una declaración expresa de la toxicidad del material retirado, tanto la Junta de Andalucía como el Ayuntamiento de Huelva son conocedores de la contaminación de esos terrenos por metales pesados. Cabe señalar que la propia Universidad de Huelva, en un estudio de 2014, señalaba la más que probable contaminación de la zona por residuos industriales.

Para Mesa de la Ría la solución al gravísimo problema de suelos contaminados que padece nuestra ciudad no puede ser nunca la de “trasladar esa contaminación a otra localidad”, afirma el presidente de Mesa de la Ría, Juan Manuel Buendía, con lo que apuesta claramente “por la puesta en marcha de una industria de la descontaminación”, que, mediante la captación de fondos europeos, convierta lo que en la actualidad es una debilidad en una fortaleza, permitiendo la generación de empleo y la implantación de una nueva industria limpia y de futuro. 

Huelva tiene un grave problema de gestión de material potencialmente contaminado, como son los terrenos del Ensanche y Francisco Montenegro, los lodos de dragado de la Ría y las balsas de fosfoyesos, con lo que “una industria de la descontaminación sería una oportunidad generadora de de empleo y economía durante varias décadas”, añadió Juan Manuel Buendía.