jueves. 25.04.2024
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Luis Eduardo Siles: "En Huelva llevan décadas mandando los mismos hombres o los mismos apellidos"

Made In Huelva entrevista hoy al periodista Luis Eduardo Siles, voz y referencia de la radio en Huelva desde la Cadena Ser. Hombre de teatro, a lo Umbral, reconoce el vértigo de esta profesión.
Luis Eduardo Siles: "En Huelva llevan décadas mandando los mismos hombres o los mismos apellidos"

Recuerdo al invitado de hoy a esta serie de entrevistas en tiempo de pandemia cuando llegó a Huelva. Lo hizo al diario Huelva Información, en la sección de Sucesos. En aquella época tenía yo un programa de dos horas en la Cadena Ser todos los domingos, dedicado al mundo del motor y lo invité a colaborar conmigo en dicho espacio, lo que hizo que se enamorara de la radio  y que pusiera la mente y su ilusión en dejar la prensa escrita y buscar un puesto en una emisora, cosa que consiguió llegando a ser todo un referente del mundo de las ondas en Huelva. Me refiero a Luis Eduardo Siles (Jaén, 1958) quién tiene un bagaje periodístico importante.

Durante 17 años ha estado escribiendo  en ‘El País’, ha sido director del periódico ‘Odiel Información de Huelva’, y desde 1989 a 2005 ejerció como Jefe de Informativos de la Cadena Ser en Huelva.

Actualmente escribe artículos de opinión y reportajes en los periódicos de Andalucía Información, ‘Diario Jaén’, en

el portal digital cineyteatro.es, y en el semanario ‘El Siglo’. En ‘El Norte de Castilla’ publica crítica literaria. Aparte

escribe crítica de teatro, entrevistas y reportajes en la ‘Revista 21’. Es autor de cuatro libros, entre ellos ‘Teoría de Francisco Umbral’, y de 10 más en colaboración con otros escritores. Ha recibido más de 20 premios

periodísticos durante su carrera y ha pronunciado conferencias sobre periodismo en universidades de

España y Portugal.

Con Luis Eduardo, al que le tengo mucho afecto, siempre mantuve una magnífica relación, por lo que la amistad perdura en el tiempo a pesar de no vernos, al vivir en distintas ciudades.

Es un periodista valiente, de raza, que le ha llevado a tener que enfrentarse muchas veces a los poderes de Huelva, persona cordial, intuitivo, optimista por naturaleza, solidario, mordaz, directo, con ideas claras, futbolero sufridor...

Cuando le propongo echar un ratito de charla para poner en pie esta entrevista, no lo duda, acepta y además le hace ilusión. El resultado de esta amena conversación queda reflejada asi:

¿Qué opinión tienes de la situación que estamos viviendo?

Estamos en medio del terror. Ubicados en una permanente situación de provisionalidad e incertidumbre. ¿Mañana existe? ¿Estaré yo aquí mañana? ¿Y tú? En 2018 vi en el Teatro Valle Inclán de Madrid la obra ‘El Mago’, de Juan Mayorga, y el personaje que interpretaba la actriz Clara Sanchís decía: “La gente se acuesta sin saber qué mundo habrá mañana. La gente se  acuesta sin saber si mañana habrá mundo”. Se ha hecho realidad el teatro del absurdo que yo leía y veía durante  mi juventud. “¿Nos vamos? No, no podemos… ¿Por qué?... Esperamos a Godot”… Y  ‘El Rinoceronte’ de Ionesco finalmente nos ha arrollado. Echo en falta a muchos vecinos y vecinas, sobre todo mayores, que veía pasear por mi barrio o en los bares. Añoro ver los gestos de la gente, pero lo impiden las mascarillas. Estamos en una nueva guerra mundial. Hemos maltratado durante décadas a la Naturaleza. El botón nuclear, esta vez, lo ha apretado la Naturaleza.

¿Cómo crees que cambiará la vida después de la pandemia y sobre todo el mundo de la comunicación?

No lo sé. No creo que lo sepa nadie. Me remito otra vez a un personaje de Juan Mayorga, esta vez de la obra

‘Intensamente azules’. Decía: “Las explicaciones acerca del laberinto pueden ser más complicadas que el propio laberinto”. Me gustaría que siguieran durante mucho tiempo los periódicos y las revistas de papel. Yo compro cada mañana ‘El País’ y ‘As’, como he hecho toda mi vida.

El periodismo debe tener una gran exigencia léxica. Esta misma frase se la dije en 1987 a Pedro Rodríguez,

entonces consejero delegado de ‘Huelva Información’, para convencerlo y que me contratara para trabajar en el

periódico. Fue en el hotel Eurobuilding de Madrid en una selección de personal con más de cien candidatos. Me

eligió. Siempre estaré agradecido a Pedro. Pero ahora el significado de las palabras cambia de un día para otro.

Por ejemplo: ‘Libertad’. Isabel Díaz Ayuso dijo ayer que libertad es poder tomar cañas, que haya festejos taurinos,

y que la gente pueda ir a misa todos los domingos. Pues bien, yo creía que libertad significaba otra cosa.

¿Has pasado miedo en algún momento?

He pasado y paso mucho miedo. Por mi, pero, sobre todo, por mi familia. Me cuido mucho, para no contagiarme y para no contagiar. El miedo protege.

¿Qué necesita Huelva para despegar de una vez?

Movilización ciudadana. Los vecinos de Huelva deben llegar donde no alcanzan los políticos. Existe un ejemplo anterior en Teruel. Y el ejemplo más reciente, de ahora mismo, está en Jaén, la ciudad en la que yo nací. El Gobierno ha decidido finalmente conceder a Córdoba la  Base del Ejército de Tierra, que iba a proporcionar muchos puestos de trabajo y cuya sede estaba decidido que fuera Jaén. Los jiennenses se han movilizado. Han organizado multitudinarias y pacíficas manifestaciones en  coches como protesta por esta arbitrariedad del Ejecutivo y en reivindicación de inversiones para la provincia.

Veremos. Pero Jaén trata de ponerse en el mapa. Y en Huelva debe ser éste el momento de las mujeres. En la sociedad onubense, como en tantas otras, han mandado los hombres. Pero en Huelva llevan décadas mandando los mismos hombres o los mismos apellidos. Hay  excepciones aisladas en Huelva de mujeres en puestos de responsabilidad. Como Isabel Arcos, una señora  excepcional. O la gobernadora civil Violeta Alexandre, nombrada a principios de los 90. U otras, en un escalón  más bajo, como la brillante concejala Amalia Perianes, un ejemplo de honestidad política. Este es el momento de que las mujeres sean las grandes protagonistas del futuro de Huelva.

¿Qué representa Huelva para ti?

Yo llegué en mayo de 1987 a aquella Huelva que Pepe Quintero, concejal de IU, decía que parecía una ciudad

bombardeada. Pero me gustó aquella Huelva: familiar, próxima, entrañable, en la que nos estábamos encontrando unos y otros en la calle continuamente. Era  la Huelva de ‘Foto Rodri’, de don Nicolás González Núñez, del bar ‘Los Gallegos’, del restaurante ‘Los Gordos’ –en  Madrid me preguntaban si había ido ya a comer a ‘Los Gordos’-, de Almacenes Arcos, de Nuevas Galerías, y de  Casa Rivero Juguetoon, donde iba con Edu y con Bea, mis hijos, a comprar juguetes. A Edu le compraba también en  Toscano libretas y bolígrafos. Con seis años ya escribía las crónicas del Recre después de los partidos. Aquella Huelva me gustaba mucho.

¿Cuáles son tus mejores y peores momentos profesionales?

En el ‘Huelva Información’ de 1987 existía una atmósfera de amistad, de cercanía, que ha hecho que sea uno de los medios, quizás el que más, en el que fui más feliz. Había humanidad, en el director –Fernando Merchán-, en el

gerente, en la gente de Publicidad. En los integrantes del Consejo de Administración. Pero estuve allí poco más de año y medio. Adolfo Arjona y Fernando Orgambides me  convencieron para que me incorporara a Radio Huelva Cadena Ser y a la corresponsalía de ‘El País’ en Huelva.

Aquello supuso un paso importante en mis aspiraciones profesionales. Yo escuchaba el ‘Carrusel Deportivo’ de

Vicente Marco y me sabía, y me sé, los nombres del corresponsal de entonces en cada provincia. Chema en Castalia; Pepe Bermejo en el Barnabéu; Berenguer Delgado en Altabix; Ángel del Arco en La Victoria. Y Manolo Guerra en el Colombino. Escuchaba a Luis  Rodríguez Olivares en ‘Hora 25’. Y yo, con 29 años, fui uno de ellos. Y escribir en ‘El País’ con Bonifacio de la Cuadra de jefe, al que yo había leído mucho, me aterraba su nombre pero me fascinaba la precisión de sus crónicas.

Me corregía las crónicas sobre la marcha mientras las dictaba a la teclista. Irrumpía su voz, de pronto, por el teléfono: “Oye, eso no lo pongas así, es así…”. Alguna vez, en aquel 1989, fui a Correos, porque se produjo un adelanto inmenso consistente en que en Correos instalaron un fax y mandé las crónicas desde allí. Yo fui también muy feliz en la Ser. Con compañeros como Juan  Diego Morales, Elena Amavizca, Fernando Arnáiz, Antonio Ordóñez –q.e.p.d-, el gran Manolo Guerra, Pedro Galvín, Miguel Doña, Ana Gil, y directores como Juan Carlos Narváez, una gran persona y un sabio de la radio.

Sin embargo fui terriblemente infeliz durante los años en que fui director de ‘Odiel Información’. Desde el primer día  hasta el último. Allí se dieron circunstancias absolutamente desgraciadas, una detrás de otra. Y  coincidió con lo que Willy, que ahora está en Ciudadanos, denominó ‘los años de la pólvora’. Pero conseguí, según los datos que han quedado reflejados en los libros de la OJD, que en mi primer año de director, ‘Odiel’ fuera el segundo periódico que más creció en venta en quioscos, que es de lo que se trataba, en toda España. Y, al año siguiente, fuimos los terceros. Pero recuerdo esos años  en ‘Odiel’ como una pesadilla. Afortunadamente estos últimos años, en Madrid, colaborando con muchos medios, también han sido buenos.

¿Te has arrepentido de algo en tu carrera?

Mi abuelo paterno era médico, dos tíos míos fueron médicos, y mi padre fue visitador médico. La casa de mi

abuelo, en Jaén, tenía tres plantas, él dormía en la segunda, y cuando el teléfono sonaba a las tres de la

madrugada para alguna urgencia, bajaba, tomaba nota, cogía su abrigo, su sombrero, su botiquín, y marchaba a

curar al paciente. Volvía, y a las ocho se iba a pasar consulta en el ambulatorio. Y por la tarde tenía su consulta particular, siempre estaba llena de gente. Fue una auténtica autoridad en la Medicina. Se escribía con Gregorio Marañón. Mi abuelo nunca me dijo que yo fuera  médico. Mis tíos, sí. Pero yo estaba convencido de que no podría soportar la responsabilidad de un médico, de  equivocarme en un tratamiento. Era la vida del enfermo lo que estaba en juego.

Por eso, y porque era mi vocación  desde niño, estudié Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid. Y me arrepiento profundamente del daño que haya podido causar a personas en el ejercicio de mi profesión. Trato de ser un profesional honesto. De tener una preparación cultural que compartir  con los demás. De dar los mejores artículos, las mejores entrevistas, la mejor información. He intentado ser leal  siempre a la línea editorial del medio en el que trabajaba.

En ‘Odiel Información’ defendí, por lealtad a los dueños, cuestiones en las que personalmente no creía en

absoluto. No me arrepiento, tenía que ser leal al medio.

¿Qué te parece las temporadas que están haciendo el Atlético de Madrid y el Recreativo, tus equipos?

El Atleti debe ganar la Liga, por la ventaja de puntos que tuvo. Es menester ver lo que me ha hecho sufrir en la vida

este equipo. El mejor entrenador de su historia es Luis Aragonés. Y en los años en los que lo entrenó Marcel Domingo, Max Merckel y Juan Carlos Lorenzo, a principios de los 70, el Atlético hizo un fútbol delicioso, de contraataque, se decía que era el equipo que mejor  jugaba en Europa. Simeone quiso irse, y debieron dejar que lo hiciera, tras la final de Champions de 2016 perdida  en Milán por penaltis frente al Madrid. Yo pondría a Gabi como entrenador y a Juanfran como secretario técnico. E  ir incorporando en ese staff a Godín, a Filipe Luis, a Thiago. Los hombres del Cholo. Se trataría de mantener el  cholismo pero ya sin El Cholo. Creo que por ahí pasa el futuro del Atleti.

Y el Recre se ha despeñado. Fue una  calamidad que no ascendiera a Segunda en la temporada 2018-19, cuando quedó líder, pero no superó el play off de ascenso. Ay, aquellos minutos desgraciados en Fuenlabrada.

¿Qué papel crees que están jugando los medios de comunicación y las redes sociales en esta pandemia?

No tengo redes. Pero los medios tradicionales, prensa, radio y televisión, están desarrollando una excelente

labor.

¿Cómo valoras la labor de los políticos en general ante la situación financiera y sanitaria?

Hace unos días coincidieron en un acto Felipe González y Rajoy. Cuentan que González le susurró a Rajoy: “Tú y yo,

ahora, Churchill”. Pero no son Churchill. FG es un hombre muy de derechas. Como Alfonso Guerra. Como Susana

Díaz. Me gusta cómo actúa Pedro Sánchez. Me recuerda una frase de Blacke: “Si el sol dudara un solo momento se apagaría”. Este Gobierno, al que llaman “socialcomunista, independentista e ilegítimo”, es un Gobierno que está haciendo lo que puede en medio del diluvio.

Siles que me ha encantado echar este ratito de charla contigo, que me alegro ver que sigues en activo ofreciendo lo mejor de ti como profesional del periodismo y desde luego, no me olvido de tus participaciones en La Tertulia Recreativista, donde contigo la polémica estaba servida, pues no dejabas indiferente a nadie y a mi me encantaba.