domingo. 05.05.2024
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Manolo Zambrano: Un hombre de fútbol al que el fútbol traicionó

Aunque el presidente saliente del Recreativo de Huelva ha estado al frente del Decano durante un lustro, sólo tuvo el mando real del club durante dos años. Lidió con algunos de los momentos más difíciles de la historia del club y su política deportiva ha dejado al Recre al borde de un doble descenso.
Manolo Zambrano: Un hombre de fútbol al que el fútbol traicionó

La familia y el fútbol. Esas han sido siempre las prioridades para Manolo Zambrano. Y no necesariamente por ese orden, pues el presidente saliente del Recreativo de Huelva ha antepuesto no pocas veces el balompié a sus familiares. Porque el ahora ex-mandatario recreativista ha sido siempre y será un hombre de fútbol.

Nada más que con su currículo como jugador de élite podrían llenarse varias noticias como esta. Y lo mismo sucede con su experiencia como entrenador, por mucho que se le recuerde principalmente por haber mantenido al Decano en la Primera División. Y por su posterior cese, orquestado desde el Ayuntamiento del Partido Popular.

Un paso al frente

Futbolista, técnico y también director deportivo titulado, Zambrano demostró su amor al escudo y su valentía cuando dio un paso al frente para convertirse en el primer presidente del Recre tras la expropiación de las acciones de Pablo Comas. Varios fueron los candidatos sondeados por los políticos. Sólo uno dio el paso.

Y cabe recordar que en aquellos momentos, ser directivo albiazul equivalía a jugarse el patrimonio personal, a presentarse a la guerra con el pecho descubierto, pues el chaleco antibalas de la protección legal del Consistorio llegaría más tarde. Y está por ver si es tan eficaz como los políticos han prometido.

Mandato de cinco años

Más allá de consideraciones políticas, la decisión del Ayuntamiento pareció todo un acierto. Ex-jugador y ex-entrenador de Primera División, con formación en gestión deportiva, y figura respetada, cuando no venerada, por la afición y los medios de comunicación, nadie objetó nada a la elección de Manolo Zambrano.

Durante su mandato de cinco años, el nuevo 'presi' lidió con algunos de los peores momentos de la historia del club: una huelga de trabajadores, la guerra civil con Óscar Carazo, los reiterados impagos, los inadecuados presupuestos para aspirar al ascenso, los mercados de invierno sin poder fichar, los agónicos 30 de junio...

Difícil coexistencia

Por no hablar de la difícil coexistencia con Eurosamop y Krypteia Capital, a las que el Consistorio entregó por contrato la gestión integral del club -aunque a la hora de la verdad dicha gestión se redujera principalmente a la parcela deportiva-, en una amarga píldora que el Consejo de Administración tuvo que tragar.

Porque mientras Zambrano daba la cara en el palco por los malos resultados de las dos primeras temporadas de su presidencia, quien fichaba futbolistas y entrenadores era Juanma López. Cuando Eurosamop dio un paso más y Carazo suplió a Manolo Toledano en la dirección deportiva del club, el conflicto estalló.

Al lado del presidente

Los resultados terminaron dándole la razón a Carazo en su lucha con Zambrano, pero llegada la hora de elegir entre uno y otro, los políticos se pusieron al lado del presidente. Entonces, tras tres años de gestión 'compartida', el Consejo de Administración al fin tenía el mando real del Recreativo de Huelva.

Zambrano eligió a un entrenador 'top' de su gusto -Alberto Monteagudo- y a un secretario técnico de su confianza -Juan Antonio Zamora-, con los que compartía ideario futbolístico y metodología de trabajo. Pero su política deportiva de fichar a veteranos ilustres y viejas glorias del recreativismo ha sido un desastre.

Descender dos divisiones

No sólo no ha traído el ansiado salto de categoría, si no que, salvo milagro deportivo, ha condenado al Recre a descender dos divisiones. No era una apuesta fallida de antemano. Funcionó en otros sitios y en otras épocas. Porque en el deporte no hay un sólo camino hacia la victoria.

Y es fácil encontrar éxitos y fracasos con un mismo modelo. Y en el caso del presidente, buena voluntad, conocimientos y experiencia no faltaban. Pero los resultados, que dan y quitan razones, mandan. Es la paradoja de la dimisión de Manolo Zambrano. Un hombre de fútbol al que el fútbol traicionó.