jueves. 25.04.2024
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Salud impone al sector agrario un duro protocolo para blindarlo ante el Covid-19

El protocolo que tendrán que seguir todas las cooperativas y explotaciones onubenses con decenas de miles de trabajadores ordena las cuadrillas, el transporte, la vivienda e impone condiciones a los alojamientos en caso de detectarse casos positivos.
Salud impone al sector agrario un duro protocolo para blindarlo ante el Covid-19

La Junta presentará este martes una guía de prevención y control del Covid-19 para explotaciones agrarias. El consejero envió la propuesta-borrador al sector de los frutos rojos y otros para que se consensúen las medidas e hicieran aportaciones.

Cabe recordar que en Europa han surgido brotes importantes de coronavirus en varios países en este tipo de trabajos al igual que ocurrió en Marruecos en varias empresas de capital español. De momento Huelva se ha librado de brotes en sus explotaciones y cooperativas.

La Junta añade en la guía una serie de propuestas entre las que incluye un protocolo sobre su residencia, las labores que realizan y garantías sanitarias para su trabajo, incluida la vivienda de los temporeros.

Un asunto que afecta sobre todo a las localidades de Almonte, Moguer, Palos, Lucena o Lepe, aunque se extiende hasta La Redondela o Isla Cristina o incluso hasta Aroche, con las plantaciones de arándanos. Asimismo el plan incluye al sector de los cítricos instalados en el Andévalo y Cuenca Minera y viñedos del Condado.

A pesar de este anuncio, el consejero de Salud ha puesto en valor que de los 5.000 PCR realizados a las temporeras marroquíes que están volviendo estos a días a su país desde Huelva no ha saltado ningún positivo.

La guía que se presentará hoy hace especial hincapié en los contactos internos. Y busca limitar la transmisión a partir de posibles casos que se detecten, lo que permitirá reducir el impacto de los mismos y su conversión en brotes “no controlados” que conlleven cierres completos.

Cómo será el trabajo de las cuadrillas

Y apunta que las explotaciones agrarias deben tomar medidas para limitar las cadenas de contacto y transmisión tanto como sea posible. Para ello es necesario partir de las “cuadrillas” como un grupo de trabajo estable sobre la que pivotarían las medidas preventivas en la explotación.

Dentro de una explotación, subraya la guía, los integrantes de una cuadrilla deben estar físicamente separados

tanto como sea posible y las cuadrillas no deben mezclarse entre sí. En la medida de lo posible sugiere que a la hora de confeccionar las cuadrillas hay que tener en cuenta que sean coincidentes con grupos estables de alojamiento durante la campaña, preferiblemente convivientes de un mismo dormitorio.

El borrador de este protocolo propone que los titulares de las explotaciones agropecuarias deben adoptar una actitud proactiva de responsabilidad sobre las medidas a adoptar respecto a la prevención y control de éstas. Y se recomienda que cada explotación agropecuaria elabore un Plan de Actuación específico frente a la COVID-19. Así explica que "en su redacción podrían participar el propio titular de la explotación (o persona en quien delegue), personal de su servicio de prevención de riesgos laborales y consultado a los representantes de los propios trabajadores o cualquier otra persona que se considere de interés por las características de la explotación o del

territorio".

El citado Plan se realizará acorde a las características propias de la explotación y de los diversos perfiles laborales y actividades que en ella se realicen –grupos de trabajadores, labor agrícola, tipo de cultivo, características y disposiciones espaciales, maquinaria etc. - y contemplará de forma concreta todas las medidas que deban ser tomadas en los diferentes escenarios posibles.

Prever la dotación de productos virucidas

Además deberá prever la existencia continua de los materiales necesarios para que este Plan

pueda ser ejecutado y mantenido, tales como materiales de protección personal, materiales relativos a la cartelería o materiales de limpieza y desinfección, tanto de manos como de

superficies, equipos y locales.

Controlar los alojamientos

El protocolo entiende que es importante que durante su elaboración se establezcan los medios de coordinación tanto con los responsables de los alojamientos comunes (como albergues o residencias temporales) cuando éstos no estén bajo su responsabilidad, así como con las administraciones locales, empresas de contratación de trabajo temporales y otros grupos de interés y establezca canales rápidos de intercambio de información que, en caso necesario, faciliten la adopción de medidas si apareciera algún caso confirmado.

Mejor transporte individual: bici o a pie que colectivo

La guía recomienda que en general se promocionará el uso de transportes individuales, tales como motocicletas, bicicletas, o incluso, cuando sea posible, el desplazamiento a pie.

Y añade que en el caso de usar transporte público, deberán respetarse las medidas establecidas para el

mismo en Andalucía. (Uso de mascarilla obligatorio).

En el caso de vehículos particulares de los trabajadores o vehículos de transporte colectivos, deberán de cumplirse las normas establecidas y además tener en cuenta las siguientes recomendaciones, cuando sean aplicables: que los ocupantes pertenezcan a la misma cuadrilla, en la medida de lo posible. Y todos los ocupantes deberán de llevar mascarilla al entrar en el vehículo.

Vestuario de trabajo

El borrador insiste en que  los trabajadores acudirán a la explotación agropecuaria con la ropa de trabajo, evitando así las aglomeraciones en los locales de cambio y vestuarios.

Pero en el caso que sea necesario que las personas trabajadoras tengan que cambiarse de ropa, tendrán que acceder a los vestuarios o locales destinados a esta función, en grupos reducidos, siempre respetando la distancia interpersonal de al menos 1,5 metros. Estos vestuarios o locales tendrán establecido un aforo que permita mantener la distancia de seguridad y deberán seguir pautas de limpieza y desinfección, así como ventilación específica.

Mascarilla obligatoria en todos las actividades agrícolas

El uso de mascarillas será obligatorio en todas las actividades de la explotación agropecuaria, salvo que la naturaleza de la actividad concreta y en base a la evaluación de riesgos del servicio de prevención de riesgos laborales, su uso sea incompatible, por ejemplo cuando las condiciones climatológicas lo desaconsejen. En estos casos será necesario establecer medidas específicas de protección, como garantizar un distanciamiento de al menos 1,5 metros entre los trabajadores. Se refiere a los días de lluvia.

Organización de los alojamientos

Otro de los aspectos que más preocupa a las autoridades que han redactado el borrador del protocolo es el de los alojamientos, ya que aquí coinciden miles de trabajadores y temporeras procedentes de lugares muy distantes y distintos. Se trata de prevenir la expansión del virus por los pueblos vecinos y las zonas de origen a su regreso.

Para ello, el protocolo establece que se deberá realizar un análisis detallado de las infraestructuras y características de los alojamientos (número de plantas, número de habitaciones, sistemas de acceso, zonas comunes) para la adopción de medidas, analizando la posibilidad de división de éstos en áreas o sectores diferenciados para los residentes, coincidentes, en lo posible, con las “cuadrillas”.

Se restringirán todas las visitas sin vinculación con los residentes a no ser que sea estrictamente necesario.

Dormitorios: hay que tener en cuenta que las personas que compartan dormitorios serán consideradas convivientes, a efectos tanto de las medidas de protección individuales como su consideración de posible contacto estrecho. En estos casos, estas personas trabajadoras si deben, en lo posible, respetar las medidas de distanciamiento y mascarilla, en los tránsitos y estancias en las zonas comunes con convivientes de otros dormitorios. Estos dormitorios deben tener una pauta específica de ventilación antes y después de su uso.

Zonas comunes como comedores, aseos y lavanderías serán asignadas al uso exclusivo de personas que compartan el mismo dormitorio. Y en caso contrario se establecerán turnos para su uso, así como habrá que procurar que el menaje o útiles sean propios de cada unidad de dormitorio.

El borrador de guía incluye asimismo tratamiento del aseo de los trabajadores, ventilación de instalaciones, tratamiento de residuos, entre otras cosas que supondrán una verdadera revolución en el trabajo temporero del sector agrícola ya que afectará a cerca de 90.000 trabajadores del sector en plena temporada alta y a todas las cooperativas.

Síntomas, control y casos de detección de positivos

Según el borrador, en el Plan realizado por el titular de la explotación agropecuaria se debe definir una serie de actuaciones para iniciar el proceso de detección, aislamiento y control sin demora en el caso de que un trabajador presente síntomas sospechosos de COVID-19.

Actualmente se considera caso sospechoso de COVID-19 “cualquier persona con un cuadro clínico de infección respiratoria aguda de aparición súbita de cualquier gravedad que cursa, entre otros, con fiebre, tos o sensación de falta de aire. Otros síntomas como la odinofagia (dolor al tragar), anosmia (pérdida del olfato), ageusia (pérdida del sentido del gusto), dolores musculares, diarreas, dolor torácico o cefaleas, entre otros, pueden ser considerados también síntomas de sospecha de infección por SARSCoV-2 según criterio clínico”.

Se recomienda que, el titular de la explotación, como parte del Plan, incluya la existencia de un registro (electrónico a ser posible) con la relación de trabajadores contratados y sus números de teléfono de contacto, y a la cuadrilla a la cual pertenece y la unidad de alojamiento.

Cómo aislar a los afectados

Finalmente, el borrador apunta, que en los casos que los alojamientos sean responsabilidad del titular de la explotación el Plan debería prever las condiciones de los posibles aislamientos, teniendo en cuenta las siguientes

recomendaciones: Mientras esta situación se produzca y para evitar contagios, se clausurarán las zonas comunes y se aislará a la persona afecta en una habitación cerrada con buena ventilación (preferiblemente al exterior, no debiendo existir corrientes forzadas de aire provenientes de sistemas de calor o refrigeración), con baño propio si es posible.