Aunque no deja de ser una costumbre para el Recreativo de Huelva, los dirigentes del Decano estarán obligados más que nunca a mirar el bolsillo a la hora de planificar la próxima temporada. Sobre todo si se cumplen los catastróficos vaticinios que circulan sobre el futuro económico de la Segunda División B.

Es el caso del informe realizado por los clubes partidarios de la implementación por la vía rápida de la Segunda División PRO -opción finalmente descartada por la RFEF-, que justificaban la creación de una nueva categoría profesional en la previsible caída de ingresos que sufrirían los clubes de la Segunda B este verano.

Sin público

En dicho documento se prevé un descenso del 25% de los ingresos totales, en el mejor de los supuestos. Y de un 60% en el peor de los escenarios. La mayor parte de las pérdidas se registrarían en los conceptos de abonos y taquillas, pues se da por hecho que muchas jornadas se jugarán sin público en los estadios.

Así, de los 16,8 millones de euros ingresados por todos los clubes de la categoría de bronce esta última campaña, se pasará a 5,7 millones de euros en el próximo ejercicio. Esto en el supuesto más optimista, o sea, disputándose la mitad de la temporada a puerta cerrada y manteniéndose el mismo número de abonados.

Retrocesos

Los ingresos totales por taquillas también descenderían de los 6,7 millones de euros actuales a 3,3 millones de euros. Parecidos retrocesos se registrarían en patrocinios (de 14,6 millones a 4,3 millones), subvenciones públicas (de 6,4 millones a 1,4 millones) y 'merchandising' (de 4,9 millones a 2,1 millones).

La situación de inestabilidad económica y deportiva -siempre existe la posibilidad de tener que suspender la competición por un rebrote de la enfermedad- implicaría una huida de los inversores privados, que rebajarían sus aportaciones de capital de los 20 millones de euros a los 10 millones de euros.

Ayudas RFEF

En el global, el informe vaticina que los ingresos totales de la Segunda División B caerían desde los 80 millones de euros a los 38 millones de euros. La única partida que se incrementaría serían las ayudas de la RFEF, cifradas en la actualidad en 11,2 millones de euros y sin las que será imposible competir el año que viene.