jueves. 18.04.2024
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Huelva vacía sus calles y abarrota los supermercados

Huelva vacía sus calles pero abarrota los supermercados. El Día de la Alarma ha sido caótico en las grandes superficies y los 'súper': miles de personas acaparando de todo.
Huelva vacía sus calles y abarrota los supermercados

Huelva es hoy una ciudad de contrastes. Calles semivacías, parques cerrados a cal y canto, bares que abren y otros con las persianas bajadas en espera de la sentencia final: el Decreto del Estado de Alarma. Apenas tráfico en las avenidas ruidosas (ni sirenas se escuchan) y todo tipo de actos suspendidos.

Será por eso, como no hay otra cosa que hacer, que desde primera hora de la mañana los supermercados, hipermercados y grandes superficies de alimentación estaban abarrotadas. El público entraba en tropel ante los ojos atónitos de los empleados, exhaustos después de cuatro días consecutivos de ventas dislocadas, reponer sin cesar en las estanterías y llamadas pidiendo más suministros.

Sin sitio donde gastar el dinero, ni cines, ni bares, ni gimnasios, ni barbacoas, ni parques, con las playas cerradas... todos el mismo plan: ir a comprar al súper.

Pronto, los trabajadores de la alimentación serán personal estratégico, como lo son ya los médicos y enfermeros y más pronto que tarde las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Alerta por las aglomeraciones y falta de medidas en los supermercados

La avalancha de gente en los supermercados ha activado las alertas. Si el personal sanitario extrema las medidas de cautela ante el coronavirus en los centros sanitarios, en los supermercados habrá que hacer lo mismo y extremar las medidas de limpieza e higiene y evitar esas aglomeraciones que se están produciendo y el toqueteo continuo de alimentos. Este mensaje ya ha salido del personal sanitario porque al acabar su extenuante jornada laboral se enfrenta a escenas de descontrol en los 'súper'.

Un buen día para tomar prestada de Hilario Camacho su enorme letra, su enorme tema 'Madrid amanece' y colocar ese cartel a cada una de las ciudades de España. Huelva entre ellas.

Porque la letra de Hilario Camacho resume a la perfección lo que está ocurriendo en cada rincón. Ahora sí todos somos Madrid, y Milán, y París, y Pekín y Huelva, claro.

Madrid amanece/Entre sueños perdidos/Confusión y sorpresas latiendo en las venas/Y entre tinieblas de fiebre/Se abre paso la luz/Es como una resaca contagiosa y común/Que te vuelve a recordar/Que solo estás/En medio de tanta gente/Que solo estas.

Cuando ha visto el panorama esta mañana, la patronal de supermercados ha tenido que salir a la palestra para garantizar el suministro al igual que Mercadona y los demás.

La gente no piensa que a primera hora de la mañana puede estar todo vacío simplemente porque no ha dado tiempo ni a reponer existencias. La espiral del miedo se activa y corre como la pólvora de móvil en móvil, de watsapp en watsapp y se colapsa hasta lo más inverosímil: el rincón de las especias, siempre vacío, abandonado a su suerte.

Menos mal que aun no se ha dicho nada de las tiendas nocturnas, esas 24 horas, siempre abierto que proliferaron por Huelva desde que la crisis del 2008 en adelante convirtió a esta ciudad en una de las más necesitadas de España. Y tampoco han aclarado la suerte de los despachos de Lotería, Bonoloto, Cupones y demás.

Semana Santa, El Rocío y las romerías

Con los niños en casa y los actos religiosos, deportivos y sociales suspendidos Huelva se adentra en el día 1 del retiro más grande jamás contado. Pensando en que por no haber no habrá ni Semana Santa en cuanto a los pasos por las calles se refiere. Y queda poco para El Rocío, tan poco que veremos qué ocurre. Lo mismo que las romerías que comienzan con la de Piedras Albas el Domingo de Resurrección. Y siguen con San Benito, La Peña y tantas otras.

Los augurios no son buenos. El paciente cero del coronavirus en China se detectó en noviembre de 2019. Llevan cuatro meses ya de batalla incansable. España está en el principio. Ya lo dijo el Gobierno: miren a junio en el mejor de los casos.

De momento, Almonte ha paralizado los actos previos y peregrinaciones de las hermandades. Y allí, que es tiempo de bodas, como cada estancia de la Blanca Paloma, tendrán que hacer caso a las recomendaciones de la iglesia y celebrarlas con lo más escueto.

Como ha colgado hoy el colega Paco Muñoz en su perfil de Facebook el panorama es el siguiente:

Día 1. Cinco horas y diez minutos de encierro. Empiezo a sentir náuseas. Jaime y María tratan de hablarme, a la vez, mientras procuro dejar listo un dossier de prensa. Ya han devorado las existencias de chocolate y un paquete de Príncipe que debía durar dos días. Ahora juegan al fútbol en el salón. Han tirado una botella de agua y las migas de las galletas casi no me dejan caminar. Acaban de chutarme directamente a la cabeza. No sé si podré resistir mucho más.

Son los tiempos del coronavirus. Esa especie de plaga que recorre el mundo, desde Pekín hasta Huelva, como los jinetes del apocalipsis, como el anillo de Tolkien que parece ahora tener forma de corona-virus

Un anillo para el Señor Oscuro, en la Tierra de Mordor donde se extienden las Sombras.

Un Anillo para gobernarlos a todos. Un Anillo para encontrarlos,

un Anillo para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas

en la Tierra de Mordor donde se extienden las Sombras».

La alarma se ha decretado. Sólo se podrá circular por la calle para adquirir alimentos, ir al hospital, a la farmacia,o acudir al trabajo y varias acciones más: retornar al lugar de residencia habitual, asistir al cuidado de mayores o personas vulnerables, desplazarse al banco o a echar gasolina.