viernes. 29.03.2024
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El Juzgado reactiva la causa que investiga la falsificación de emisiones de mercurio en Huelva

El caso ha pasado de Madrid a los juzgados de Moguer. Siete personas y empresas declaran en sede judicial. Se investiga la presunta falsificación de los datos de emisiones químicas a la atmósfera y vertidos tóxicos a campos, acuíferos y Ría de Huelva.
El Juzgado reactiva la causa que investiga la falsificación de emisiones de mercurio en Huelva

El Juzgado de Instrucción número 2 de Moguer y la Fiscalía de Medio Ambiente de Huelva tratan de esclarecer una trama de varias empresas asentadas en el Polo Químico de Huelva que habrían manipulado un software y falsificado resultados de analíticas para ocultar datos reales de vertidos y emisiones tóxicas a la atmósfera, acuíferos, ría de Huelva y terrenos de cultivo colindantes con las instalaciones industriales.

Entre los contaminantes detectados en las pesquisas del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) se encuentra el mercurio, de elevada toxicidad para el medio ambiente y las personas, y con demostradas propiedades cancerígenas.

La investigación que ahora se ha trasladado a Huelva afecta a 24 personas y empresas, de momento, relacionadas con el sector cloroalcalino. La emisión de contaminantes objeto de investigación judicial se habría producido entre los años 2005 y 2017.

El Juzgado ha recibido declaraciones periciales, según han confirmado fuentes de la investigación, y tomado declaración a siete representantes de empresas químicas, que acudieron a la sede judicial moguereña el pasado 30 de enero provistos de abogado y procurador.

Se da la circunstancia de que este Juzgado moguereño lleva también la causa del incendio de Doñana y se ha advertido sobre su falta de personal. En dos años ha cambiado de titular en varias ocasiones.

Las primeras instrucciones partieron de la Fiscalía de Medio Ambiente y Urbanismo con sede en Madrid dentro de la denominada ‘Operación Flixanco’ al encontrar evidencias de posible contaminación de atmósfera y subsuelo.

La investigación ha sido desarrollada en primera instancia por agentes pertenecientes al Seprona, que han contado con el apoyo de miembros de la Unidad Técnica Adscrita a la Fiscalía de Medio Ambiente y Urbanismo y del Instituto Nacional de Toxicología.

Análisis del Seprona en el Polo Químico de Huelva.

Según ha venido informando el Seprona desde el pasado mes de junio, la investigación se inició en 2017 a raíz de las irregularidades denunciadas en el sector cloroalcalino que acabaron contaminando supuestamente las aguas subterráneas, terrenos fabriles, campos colindantes, zonas usadas por pescadores aficionados de la ría de Huelva e incluso podrían haber afectado a la salud de los trabajadores del sector y residentes.

Entre los productos fabricados por las empresas, se encuentra el cloro, obtenido a través de distintos tipos de electrolisis.

La Guardia Civil ha explicado que hasta el 11 de diciembre de 2017, “uno de los procesos productivos se basaba en la utilización de celdas de mercurio, tecnología que ha sido sustituida por otras alternativas que no utilizan mercurio para su producción”.  Y como consecuencia de ello, se habrían producido efectos medioambientales adversos provocados por supuestas fugas de mercurio y otros contaminantes, así como a causa de deficiencias en la producción, en la gestión de residuos, vertidos y emisiones a la atmósfera de gases contaminantes.

Discrepancias en datos oficiales

Tras un estudio documental, unido a informes aportados por las distintas administraciones, entre ellas, la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, se observaron diversas discrepancias en los datos analizados, por lo que se realizó un muestreo de suelos y aguas en distintos puntos de las instalaciones de la planta investigada. Los investigadores hallaron sustancias contaminantes compatibles con la actividad de las empresas que superaban ampliamente los parámetros establecidos y con una concentración suficiente para determinar la existencia de riesgos no admisibles para la salud humana y los ecosistemas.

Según ha trascendido de las denuncias que obran en manos de la Guardia Civil, había encargados de las empresas que manejaban mediciones hasta tres veces más altas de las que luego comunicaban en los informes oficiales a la Junta de Andalucía. E incluso se recibían cargamentos no declarados de mercurio.

El asunto trasciende de las empresas investigadas porque éstas han alegado durante el procedimiento de investigación que de haber existido contaminación por mercurio en la atmósfera y en los trabajadores se hubiera detectado en los sistemas de vigilancia ambiental establecidos por el Gobierno andaluz y presentes en varios lugares de Huelva cercanos a las instalaciones industriales. No obstante, no se ha podido confirmar hasta ahora si esos medidores estaban verificados, en funcionamiento o apagados en las fechas que recogen los datos aportados por las empresas.

Esta estrategia de defensa de las empresas investigadas (Ercros, ahora en manos de Salinas del Odiel, entre otras) ponen en un brete y levantan dudas sobre los sistemas de control de la calidad ambiental de la Junta de Andalucía en Huelva en esas fechas.

Hay varios documentos en los informes que denuncian que los datos de emisiones que se liberaban a la atmósfera eran supuestamente corregidos para reflejar cantidades menores de presencia de mercurio en la atmósfera de Huelva, Palos, Moguer y la zona de la Ría, incluso hasta tres veces por debajo de los reales. Está por demostrar que pasara lo mismo con las analíticas realizadas a los trabajadores de las plantas por lo que también se investigan esos resultados aportados en su día.

También se aportan los transportes de mercurio que entraban en la planta ubicada en Palos. La investigación deberá cotejar los balances aportados con el mercurio consumido.

Por su parte, la Junta de Andalucía ha confirmado que ha aportado a la Fiscalía toda la información requerida. Y ha concretado que constan expedientes, varios de ellos sancionadores derivados de los seguimientos realizados a estas empresas. También ha entregado las respectivas Autorizaciones Ambientales (AAI) de Ercros y Electroquímica.

Versión de Ercros

La última versión que ha dado Ercros de los hechos que se investigan y ahora siguen adelante por decisión del Juzgado de Moguer subraya que “la empresa ha actuado siempre de acuerdo con la legislación ambiental y que en ningún momento, mientras ejerció la propiedad de la fábrica, estuvo en riesgo la salud de las personas o del medioambiente”.

Esta afirmación se basa en los datos y análisis que contienen los informes preceptivos periódicos que Ercros ha reportado, que a su vez confirman los informes emitidos por las administraciones competentes en materia ambiental y de salud laboral.

Ercros mostró su convencimiento de que todo ello será acreditado oportunamente en sede judicial, proceso al que ahora se enfrenta en el Juzgado moguereño.

El Seprona entiende que con esta operación se ha confirmado la existencia de contaminación en suelos y aguas subterráneas causada por sustancias peligrosas producidas por la actividad industrial anterior de la planta cloroalcalina y de las plantas asociadas a la misma que componían el complejo investigado. Asimismo, se han detectado concentraciones de estas sustancias muy por encima de los valores de referencia legalmente establecidos que habrían estado acumulándose en los terrenos ocupados por el complejo industrial y en las aguas subterráneas.

Advertencias de Ecologistas

La organización Ecologistas en Acción venía denunciando los vertidos de mercurio desde hace una década.

Y en concreto, llegó a publicar un informe relativo a la empresa Aragonesas/Ercros de Huelva.  Según esos datos “Aragonesas de Huelva emitía anualmente más de 85 kg de mercurio a la atmósfera. Estas emisiones, junto con vertidos directos al agua de mercurio, plomo y otros contaminantes como Dicloroetano, agravan la situación de riesgo para el medio ambiente y para los propios trabajadores de la empresa, en un entorno ya seriamente contaminado por los impactos del conjunto de las industrias del Polo Químico de Huelva”. Sin olvidar que hay muchos aficionados a la pesca deportiva de Huelva y Palos que pescan en la zona investigada y en muchas ocasiones estas capturas acaban llegando a los consumidores.

Sistema de producción reemplazado

El mercurio se utilizaba en celdas de electrolisis en la obtención de cloro y de sosa cáustica. Es un contaminante de “alta movilidad” y puede transformarse rápidamente en compuestos orgánicos más tóxicos cuando se libera al medio ambiente. En el proceso productivo este compuesto se somete a elevadas temperaturas lo que puede provocar su volatilización con la consiguiente contaminación de la atmósfera, de los suelos y de las aguas superficiales y subterráneas, poniendo en riesgo la salud de los trabadores de la industria.

No obstante, a través de la Decisión de Ejecución de la Comisión Europea, que aprueba las mejores técnicas disponibles para el sector Cloro-Álcali, este sistema de producción ha sido reemplazado por otras tecnologías menos contaminantes.

Con la normativa reguladora se pretende garantizar y mejorar el comportamiento ambiental de estos procesos productivos y así reducir y controlar la contaminación de la atmósfera, del agua y del suelo, mediante el establecimiento de sistemas de prevención y control de la contaminación. Asimismo, se trata de proteger a los trabajadores contra los riesgos derivados o que puedan derivarse de la presencia de agentes químicos en el lugar de trabajo o de cualquier actividad con agentes químicos.