viernes. 26.04.2024
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Angel Helmet: un casco inteligente para salvar vidas fabricado en Huelva

Tras años de duro trabajo, el casco con hasta 18 sistemas de seguridad diseñado por el ingeniero Darío García está listo para comenzar a producirse
Angel Helmet: un casco inteligente para salvar vidas fabricado en Huelva

Un casco que salva vidas, un ángel de la guarda, eso es lo que significa Angel Helmet, el casco inteligente que ha ideado el inventor y emprendedor onubense Darío García. Se le ocurrió mientras trabajaba como ingeniero en una mina de Huelva y estuvo a punto de perder a dos operarios en un accidente. Esta mala experiencia le hizo pensar de qué forma podría salvar vidas y creó entonces un casco con hasta 18 sistemas de seguridad. De eso hace más de siete años.

El Angel Helmet proporciona ubicación por RFID y RTLS  por vía satélite y por radio, envío de SOS, tiene sensores de gas, impacto, movimientos, inclinación, velocidad, alarmas de zona, comunicación por mensajería de texto y de voz en manos libres, posibilidad de multiconferencia, cálculo de rutas, pantalla de información, caja negra, computadora interactiva y casco fotoluminiscente durante 10 horas. Toda esta tecnología permite tener monitorizado y comunicado al trabajador con la sala de control en tiempo real. Darío García explica que las empresas no pueden quitar los móviles a los operarios por si hay alguna emergencia, pero ha habido casos en los que cuando ha ocurrido un problema, ha saltado antes a las redes sociales que a la sala de control.

El casco trabaja con la plataforma Centauri 8.0, que funciona sin necesidad de instalar ordenadores de la compañía y genera una comunicación en tiempo real, bidireccional y segura (dentro y fuera de la tierra), optimiza los recursos y aumenta la seguridad.

Desde que se presentó en marzo de 2019 en el congreso tecnológico CIIT de Perú, el casco tiene como cliente a Acciona y ha despertado el interés de numerosas compañías sudamericanas. La empresa va a realizar pruebas pilotos en El teniente, la mina subterránea más grande del mundo, que Codelco tiene en Chile. También hará una piloto en Bolivia, con la Pass American Sylver, y en Perú. Este casco inteligente tiene aplicaciones más allá de la minería. Puede utilizarse por ejemplo en petroleras, grandes constructoras y puertos.

Darío García está convencido de que en poco tiempo "será algo imprescindible, como unas botas de seguridad". Y que permitirá también a las empresas ser más competitivas porque proporciona una optimización de recursos de hasta 2,7 millones de dólares anuales de las pérdidas asumidas.

Este emprendedor de Jabugo está tan convencido de la excelencia y de la viabilidad de su producto que ha dedicado los últimos años de su vida enteramente a desarrollarlo, rechazando puestos de trabajo. Lo que pensaba que iban a ser un par de años, de convirtieron en siete. Si contabiliza los sueldos no percibidos, el proyecto le ha salido por un millón de euros, financiado con sus ahorros y con ayuda externa. "La gente no se imagina lo que es invertir en algo desde cero sin tener la suficiente solvencia económica".

Muchos problemas le trajo las homologaciones, tanto que tuvieron que trasladarse a Alemania a pesar de tener un centro en Sevilla. En dos meses estaban listas. Ahora tiene inversores y está todo dispuesto para empezar a fabricar, cosa que espera hacer en breve. Para ello dispone de una fábrica en Gibraleón, donde personas con discapacidad se encargan de ensamblar el casco, procedente de Dos Hermanas, y los componentes electrónicos, que provienen de Reino Unido.

Después de tanto esfuerzo, Darío García está satisfecho con lo conseguido: "Si salvo una vida seré el hombre más feliz del mundo", asegura.