El Belén viviente de Beas cumple medio siglo
La Hermandad de Nuestra Señora de Clarines ultima los trabajos que desde hace meses viene desarrollando para que todo esté listo en la 50 edición del Belén Viviente de Beas que se inaugura este próximo 30 de noviembre. Medio siglo de un esfuerzo monumental de los hombres y mujeres de esta localidad de la campiña onubense para crear esta obra de arte reconocida en toda la geografía española.
El Belén es el símbolo de una generación, de unas costumbres ancestrales, de una manera de vivir y de ser. Es, en definitiva, una parte de la historia de Beas. Casi todos los niños de este municipio han participado en el Belén. Han sido niños del Belén los tres últimos alcaldes de la localidad (el último lo vemos vestido de Rey Mago con túnica naranja en estas imágenes), y una parte importante de los beasinos. No hay un habitante de Beas que no haya tenido relación, por mínima que sea, con el Belén Viviente.
El Belén Viviente es un acontecimiento que no entiende de edad ni de religiones. De hecho, cada vez más niños de otras creencias religiosas participan en esta puesta en escena.
Beas vive la Navidad todo el año con las miras puestas en el Belén. Cuando se hace una obra en una casa o limpieza de un trastero o de un doblado se llama a la Hermandad de Clarines para que recoja los objetos que puedan servir para el Belén. Y así, la piedra de afilar tiene más de 100 años, y el telar, el mecanismo del molino, la rueca, los lebrillos, las planchas de hierro, las telas, los vestidos de las costureras, y todo lo que sirve de atrezzo.
Los personajes, el decorado, las escenas, los animales y sobre todo la acogida, hacen del Belén Viviente de Beas la representación navideña más importante de Andalucía, con el sello que dan los años y el trabajo bien hecho.
Este 2019, en que se celebra la 50 edición del Belén Viviente, los beasinos quieren mostrar al mundo su buen hacer, su trabajo en equipo, su gusto por lo auténtico.
Este año, la Navidad en Beas será un homenaje a las personas que lo crearon y un punto de partida para las próximas ediciones, en que se quiere hacer del Belén Viviente una muestra permanente de los usos y costumbres de los pueblos de Andalucía.
