sábado. 27.04.2024
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Las importaciones del Este agitan el fantasma de la peste porcina

La entrada de jamones polacos y húngaros en zonas limpias de PPA activa las alarmas en el sector del porcino ibérico de Huelva, Salamanca, Extremadura y Andalucía. Preocupa la importación de jabalíes para cotos de caza.
Las importaciones del Este agitan el fantasma de la peste porcina

La reciente confiscación de 21 toneladas de carne de cerdo español por sospechas de peste porcina africana ha hecho sonar las alarmas en un sector que lleva tiempo exigiendo que se extremen las medidas de control y seguridad para evitar que este mal dé el salto desde la Europa del Este y Bélgica a territorio español. Los veterinarios están alerta y manejan a diario el protocolo de control de un mal que amenaza a uno de los sectores principales de la economía de Huelva: ganaderos de porcino e industrias cárnicas.

Los ganaderos y el sector cárnico están preocupados por la entrada en Andalucía y Extremadura y Castilla la Mancha de animales con dudoso control sanitario. Por no citar el hallazgo de cerdos vietnamitas salvajes de los que no se tiene constancia o la confirmación por parte del Ministerio de Agricultura de la importación por parte de cotos de caza de jabalíes de Hungría, donde se ha confirmado la existencia de Peste Porcina Africana (PPA).

Las investigaciones sobre la partida de carne española infectada se centran en el camión que la transportaba y que había alojado partidas de Bulgaria y Rumanía, dos zonas sensibles a los brotes de PPA. El transporte de carne española se había introducido en Macedonia junto con partidas procedentes de Rumanía y Bulgaria.

En las zonas productoras de porcino ibérico españolas y en las Denominaciones de Origen: Salamanca, Huelva, Extremadura, Sevilla y Córdoba hay preocupación. La peste porcina se ha detectado ya en Hungría a través de los jabalíes. Y las importaciones de estas especie para repoblar cotos de caza pueden ser un vector de transmisión.

Porque hay cotos que están utilizando jabalíes procedentes de países del Este de Europa para satisfacer la demanda de algunos aficionados que exigen piezas de montería más grandes para luego mostrar sus trofeos. Y la carne de caza si está cruzando las fronteras.

También hay cadenas y grandes empresas asentadas en Jabugo que están introduciendo materia prima procedente de Polonia y Hungría sin indicarlo a los consumidores. Y lo peor es que juegan incluso con las letras (HU) como reclamo en su etiquetado. En realidad los jamones son húngaros pero se pueden confundir con la procedencia de Huelva (HU) también, según han advertido fuentes del sector.

Polonia es uno de los países con más brotes en curso de PPA, según la Organización Mundial de la Salud y el contagio es factible a través de los camiones de transporte si no se extreman las medidas de seguridad, limpieza y desinfección que marca el reglamento europeo. Junto a Polonia están Bulgaria, Hungría, Letonia, Bulgaria, Rumanía, Rusia y Ucrania y hasta Bélgica.

Las sociedades de cazadores también están alerta por la propagación de la PPA. Por eso han solicitado al Gobierno que ponga todos los recursos para detener y evitar la entrada del virus de la peste porcina en España.

Ante el riesgo cierto de propagación del virus, el Ministerio de Agricultura ha realizado una simulación, junto al Instituto de Investigaciones de Recursos Cinegéticos, de presencia de PPA en jabalíes silvestres. El simulacro ha tenido en cuenta tres escenarios en zonas geográficas en función de las densidades de jabalíes, tipo de producción porcina y la orografía del territorio. Trataba de estimar los recursos humanos disponibles para mejorar la capacidad de respuesta ante situaciones de emergencia por aparición de focos de PPA en jabalíes.

Y los recursos disponibles en Huelva dejan mucho que desear pues la plantilla de veterinarios en sanidad animal ha sufrido muchos recortes como para afrontar con garantías un escenario con presencia de brote de PPA.

Se revisan los protocolos para la respuesta de focos, se desarrolla un programa de control y erradicación con delimitación de la zona afectada, sistema de búsqueda y eliminación de cadáveres de jabalíes y restricciones a la hora de poner en marcha explotaciones de porcino y actividades cinegéticas y se apuesta por aumentar los recursos materiales y humanos necesarios para hacer frente a las medidas de control.

Lo peor del asunto, al margen de que no existe vacuna efectiva contra la PPA y el único camino es el sacrificio de la cabaña infectada, y que la infección se propaga por contacto directo, por la alimentación y el transporte, es que el plan común entre comunidades se ha pospuesto. Y las organizaciones ganaderas llevan meses dando voces de alarma ante el crecimiento galopante de los brotes de PPA en algunos de nuestros vecinos europeos.