viernes. 29.03.2024
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El abandono rural y la poca planificación privada y pública de los campos atizan los incendios

Cada verano, Huelva encabeza las estadísticas de hectáreas quemadas. El fuego ha arrasado este año en 107 incendios forestales un total de 2.934,52 hectáreas de superficie en Andalucía hasta el 26 de agosto, de las cuales 1.852,17 hectáreas son de Huelva (63,12%).
El abandono rural y la poca planificación privada y pública de los campos atizan los incendios

La gestión del medio natural que realiza la Junta de Andalucía viene siendo cuestionada cada verano por organizaciones agrarias como Asaja y conservacionistas como WWF o Ecologistas en Acción. La causa: los recurrentes incendios forestales que asolan la provincia de Huelva y que verano tras verano se ceban con los bosques de la principal provincia forestal de España. No en vano Huelva acoge 800.000 hectáreas de terreno forestal. El culmen del despropósito ocurrió con el gran incendio de Berrocal de 2004 (que empezó en Riotinto) y que segó dos vidas y 36.000 hectáreas.

Hasta llegar al pasado año con dos grandes fuegos: el del entorno de Doñana y el de La Granada de Riotinto, con 9.000 y 5.000 hectáreas quemadas respectivamente. Unos con más impacto mediático que otros, caso del de Doñana (Moguer) que obligó a evacuar Mazagón y llenó las portadas, los informativos y de visitas políticas los puestos de mando de las brigadas contra el fuego de la Junta y el Gobierno central. Pero otros, muy graves, sin duda, aunque menos publicitados. En esta esquina aparece el de La Granada de Riotinto que se llevó por delante 5.000 hectáreas de encinas, alcornoques, tierras de altísimo valor ecológico y arruinó decenas de pequeñas explotaciones ganaderas esenciales para la subsistencia rural en una zona muy castigada por la despoblación.

Para muestra sirva este adelanto de balance 2018: el fuego ha arrasado este año en 107 incendios forestales un total de 2.934,52 hectáreas de superficie en Andalucía hasta el 26 de agosto, de las cuales 1.852,17 hectáreas son de Huelva (63,12%), la cifra más alta, y 45,56 hectáreas son de Sevilla (1,62%), la más baja.

Pero qué está ocurriendo para que Huelva se esté convirtiendo en una especie de casa de los incendios, en un polvorín. Asaja exige “responsabilidad” a la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía y que se cumplan las medidas preventivas contra los incendios.

La organización agraria va a más y en unas declaraciones recogidas por Europa Press ha acusado a la Junta de no licitar los trabajos de limpieza y aprovechamiento forestal. Critica Asaja que la Consejería se escude en las circunstancias climáticas y la presunta intencionalidad de los incendios, lo que las autoridades ambientales andaluzas han dado en llamar ‘terrorismo ambiental’ practicado por “terroristas ambientales”. Unos calificativos que tampoco gustan por irreales a la organización ecologista WWF.

Por su parte, la delegación en Huelva de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio ha rechazado las afirmaciones de Asaja sobre la política de prevención de incendios forestales que se ejecuta en Andalucía y achaca estas manifestaciones a un “desconocimiento palmario de la situación”. Desde la delegación se lamenta que sea precisamente una organización que tendría que conocer la situación la que se dedique a efectuar unas acusaciones que nada tienen que ver con la verdad y absolutamente carentes de rigor.

A juicio de WWF, la realidad dice que los informes de la Fiscalía concluyen que “no existen evidencias de tramas criminales complejas ni organizaciones que actúen de manera coordinada y planificada”. Más bien al contrario. Es lo que dice WWF: Existe una elevada intencionalidad, muchos descuidos y variados problemas vinculados al mundo rural que acaban en incendio”.

Para WWF “las autoridades deberían ser cautas” a la hora de hacer este tipo de declaraciones que confunden a la opinión pública y no se ajustan a la realidad”. Según WWF, el abandono rural, la ausencia de gestión forestal y la nula planificación del territorio que ha cercado los núcleos de población con grandes cantidades de biomasa forestal o la escasísima inversión en prevención real tienen mucho que ver con el incremento y la gravedad de los incendios forestales que asolan la provincia de Huelva de norte a sur y de este a oeste cada verano. Incluso se han llegado a dar cuatro incendios en el mismo día este mes de agosto, eso sí atajados a tiempo por las brigadas móviles del Infoca, que hacen un trabajo denodado y arriesgado contra las llamas.

Desde Asaja también se alude al “nefasto diseño y la falta de acción por parte de las autoridades de Medio Ambiente”.  Para Asaja, "es evidente que los trabajos preventivos encargados al Infoca son claramente insuficientes, lo cual no es achacable a esta entidad, porque los cortafuegos deben licitarse y si no existe licitación en tiempo y forma, no existen cortafuegos en montes públicos, algo que cualquier ciudadano puede perfectamente comprobar a simple vista".

Según Asaja, los trabajos correspondientes a las licitaciones publicadas este año "no han podido ser completados, no se ha realizado el mantenimiento de los cortafuegos y la Consejería encomienda a Amaya las licitaciones, lo que supone un grave caso de competencia desleal para las empresas del sector". Por contra, Asaja señala que sí se han llevado a cabo Planes de Emergencia en la zona del entorno de Doñana, consistentes en actuaciones "absolutamente simbólicas" (corta de pinos quemados en carril bici, retirada de pasarelas quemadas, etc). Pero sin embargo "no se ha llevado a cabo ningún Plan de Restauración".

A su juicio, Almonaster la Real con el incendio a las puertas de una mina con grandes polvorines de explosivos, Calañas y Nerva son algunos de los puntos en los que el fuego ha vuelto a hacer acto de presencia este verano. Ante esto, Asaja ha echado en falta "autocrítica" por parte de la administración regional ante "los inexistentes trabajos de prevención, limpieza y aprovechamiento forestal que deberían haberse licitado y que habrían reducido el volumen de combustible y el estado de abandono en los montes de titularidad pública, además de la generación de miles jornales en municipios desfavorecidos de la Sierra y el Andévalo".

Mientras, desde WWF o desde Ecologistas en Acción se ha aprovechado el aniversario del gran incendio del entorno de Doñana para proponer una serie de medidas que frenen los fuegos y ayuden a recuperar el terreno quemado.

WWF coincide: el abandono a su suerte del mundo rural, galopante, intenso, y el abandono de la gestión forestal añaden combustible muy inflamable al problema, al tiempo que apuesta por acotar y recortar superficie al pino y al eucalipto usando especies autóctonas. No olvida la organización ecologista el abandono agrario en muchas zonas, el cese del pastoreo y la proliferación de urbanizaciones en mitad del bosque.

WWF cree que los grandes incendios no solo se apagan con agua sino “con planificación territorial y desarrollo rural. A su entender, es preciso “dar un futuro económico, ambiental y demográfico a las áreas que desde hace años se queman”.

Otro de los mantras que se oyen a menudo sobre los incendios es la culpabilidad del eucalipto. En Orense, con más incendios, hay pocas hectáreas de eucaliptos. Y en Galicia y Portugal arden más extensas zonas de matorral y pinar. Sin embargo, en Huelva y Sevilla se queman de forma recurrente en incendios muy peligrosos. Según WWF, las condiciones meteorológicas tienen mucho que ver pero advierte que, sobre todo, “forman parte de un modelo territorial donde no hay gestión ni planificación alguna y facilita la acumulación de combustible dispuesto para arder en cualquier momento”. Dice WWF que la inflamabilidad de la masa forestal no depende de la especie sino de su estructura, de la cantidad y de la forma en la que se organiza la biomasa disponible “y ello es consecuencia directa de la gestión que se haga de las masas forestales”.

WWF ha elaborado una especie de decálogo para afrontar esta situación tan perniciosa para el futuro del mundo rural. Hace falta una planificación más efectiva del territorio, revitalizar los pueblos, las zonas rurales que se van despoblando con medidas que fijen la población, que generen empleo, apoyen la producción sostenible, extensiva y de calidad. Y que la población asuma la responsabilidad que comporta vivir del monte y cumplir la normativa que exige aplicar planes de autoprotección encaminados a proteger su propiedad, disminuir la propagación del fuego hacia otras propiedades y garantizar la seguridad de los dispositivos de extinción. Además de saber cómo actuar en caso de incendio. Según WWF, “la experiencia demuestra que la improvisación empeora la situación y acarrea más peligros”. Los incendios de Berrocal de 2004 y Doñana en 2017 son dos ejemplos en ambos sentidos.

Por su parte, las autoridades regionales deben incrementar los esfuerzos en investigar las causas de los fuegos para adaptar las soluciones a los conflictos reales, mejorar la eficiencia y la identificación de los causantes de los siniestros.

Respuesta de la Junta

No ha gustado en la Consejería de Medio Ambiente la carga crítica de la organización agraria. La Junta entiende que Asaja tendría que ser consciente de que desde enero de este año, la Junta ha adjudicado a empresas privadas en la provincia de Huelva trabajos selvícolas en más de 584 hectáreas por un valor superior a 1.135.000 euros. También, y a través de la empresa privada, se hacen tratamientos selvícolas preventivos mecanizados en montes públicos de Huelva y Doñana por valor de más de 1.213.400 euros.  Estos trabajos complementan los que se realizan por los trabajadores del Infoca a través de la Agencia de Medio Ambiente y Agua sobre 469 hectáreas con un presupuesto de 926 mil euros. Junto a ello, el personal de los Cedefos de Huelva actúa en este año 2018 sobre más de 1.766 hectáreas a través de una inversión que supera los 3 millones 300 mil euros.

La Delegación de Medio Ambiente recuerda que los incendios que han tenido lugar en Huelva han sido intencionados, y que han sido precisamente las políticas de prevención y extinción las que han propiciado que no fueran a mas; por lo que en absoluto se entienden este tipo de manifestaciones contra las políticas preventivas que aplica la Jun ta de Andalucía.

Por otra parte, la delegación provincial de Medio Ambiente en Huelva recuerda a Asaja que son los propietarios de las fincas quienes tiene que mantener en condiciones óptimas sus montes; ya que las ayudas son eso, ayudas, pero corresponde a los titulares de la propiedad realizar las tareas de prevención en sus terrenos.  Y es que para la Junta de Andalucía, las políticas de prevención son tan importantes como las de extinción, y por eso destina la mitad del presupuesto del Plan Infoca a cada una de ellas; por lo que, nuevamente, las críticas de Asaja se deben exclusivamente al puro desconocimiento de la situación real.

La delegación de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de Huelva recuerda, una vez más, que una de las características más relevantes del Plan Infoca es la integración bajo la misma dirección de la prevención y lucha contra los incendios forestales. Entre los meses de enero a diciembre -y teniendo en cuenta el paréntesis del periodo de alto riesgo-  se actúa de forma mecanizada sobre 3.821 kilómetros lineales de cortafuegos y manualmente en otros 6.052 en todo el territorio andaluz. A estas importantes actuaciones debemos sumar la adecuación de 1.700 km de caminos forestales, por donde se desplazan los equipos de extinción de forma segura y rápida, lo que disminuye el tiempo de respuesta y llegada a un fuego.

Desde la delegación se recuerda que el Gobierno andaluz incrementó en 10 millones el presupuesto del Infoca para 2018, alcanzándose los 168 millones de euros. De esos diez millones de incremento, precisamente 8 están destinados a tareas preventivas, y 2 a labores de extinción. Por lo que una vez más, se lamenta la falta de rigor de Asaja al afirmar que no se realizan tareas preventivas.

La superficie forestal pública en Andalucía es de algo más de 1,2 millones de hectáreas y no toda es susceptible de tratamientos forestales, solo unas 400.000 hectáreas. Los tratamientos preventivos no se hacen de forma generalizada, sino sobre la base de una planificación forestal de carácter plurianual.  Los tratamientos dividen el territorio en “parcelas forestales” con objeto de frenar el avance del fuego, creándose una red planificada con criterios forestales que dan protección al conjunto del monte público andaluz.

Con respecto a las afirmaciones de Asaja sobre el incendio que afectó a parte del Espacio Natural de Doñana,  la delegación ha recordado que se actuó en el montee público afectado tal y como marcaban los criterios técnicos y científicos, y no de otra manera.

Por último, la delegación lamenta que desde Asaja se mienta con respecto al incendio de La Granada, en el que estuvieron presentes dos consejeros, el delegado del Gobierno de España en Andalucía y numerosos representantes políticos de todas las administraciones públicas.