martes. 16.04.2024
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Opinión

Navidades a turno

Carta de Rafael Romero, gerente de AIQBE

Llegan unas fiestas entrañables y familiares que, cada año, sacan lo mejor de las personas. Las familias intentan vivirlas lo más unidas posible, lo cual a veces es complicado para una parte de la población activa, especialmente para quienes trabajan a turnos.

Y yo me quiero acordar hoy de un sector generalmente olvidado, el empleado industrial, el personal de “las fábricas”, sin dejar de mencionar tampoco a otros como son sanitarios, personal de seguridad y emergencias, empleados de hoteles y restaurantes, entre otros, cuyos servicios adquieren en estas fechas una especial relevancia.

Y quiero hacerles este pequeño homenaje con mis palabras porque, exceptuando a los propios empleados y a sus familias, casi nadie piensa en ellos esas noches en las que las fábricas, como todas las noches del año, siguen en marcha, ya que el funcionamiento de las mismas no entiende de horarios, días de la semana o festivos, pues funcionan siempre igual, domingo por la noche que martes por la mañana.

Pero esos días, esas largas noches invernales, son bastante duras por muchos aspectos. Generalmente son frías y, si además llueve, te encuentras trabajando de noche, mojado y helado, mientras que la mayoría de los ciudadanos están en sus casas descansando o compartiendo sentimientos y pensamientos, generalmente acordándose de ese ser querido que se encuentra en el trabajo mientras el viento y el agua, como con la tormenta Ana hace unas noches, azota las ventanas.

En esas noches, el empleado a turno puede comerse la cena de Nochebuena en el trabajo…, o no, porque las circunstancias de la planta no se lo permitan, y se tomará a tiempo las uvas de la suerte…, o no, con los compañeros del turno. Y levantará a los niños cuando llega la mañana de Reyes para ver sus caras antes de acostarse y descansar un rato antes de peregrinar a las demás casas de la familia, sobre todo a las de los abuelos.

Y finalmente lo que nadie, o casi nadie, piensa es que esos trabajadores están desempeñando su actividad profesional para nuestro beneficio social. Y lo hacen lo mejor que saben y pueden empleando las mejores tecnologías disponibles, como obliga la ley en toda Europa –Huelva es Europa-. Es decir, trabajan con incontestable profesionalidad a pesar de lo que algunos digan o piensen, como ciudadanos onubenses que son y, por tanto, sabiendo que sus seres queridos están en sus casas esperando su retorno después de su jornada laboral.

¿Y cuál es ese beneficio social que nos proporciona? Pues algunos son muy claros: generan electricidad y el cobre para su distribución, el gas necesario para calentadores y cocinas, los combustibles para nuestros coches, lejías para limpieza, medicamentos, etc.

Por ello, sirvan estas líneas para transmitir mi más sincero agradecimiento a todos los empleados a turno, industriales o no –aunque permitidme un especial recuerdo a los industriales-, por el trabajo que realizáis y que hace posible que mi familia, amigos y yo mismo podamos vivir como vivimos: con luz aunque sea de noche, sin pasar frío aunque esté helando en la calle, cocinando a cualquier hora o, por ejemplo, hacer algo que nos parece ya tan simple como usar un ordenador para hacer este texto. Una cuestión sobre la que algunos deberían reflexionar, porque, una acción tan cotidiana como ver una serie o película en una Tablet o escribir en un teclado mientras miramos una pantalla es posible gracias a vosotros que hacéis ese trabajo callado, honrado y profesional en varias fábricas a la vez. Feliz Navidad a todos y a vuestras familias, de todo corazón.

Rafael Eugenio Romero García, Gerente de AIQBE (Asociación de Industrias Químicas, Básicas y Energéticas)